Tuve el gusto de ser invitada al preestreno de la película del momento, "The Sound of Freedom", el día 14 de agosto en una función muy especial en el Cinépolis de Larcomar. El productor y actor mexicano Eduardo Verastegui fue el invitado de honor en el evento y el encargado de liderar el tour por Latinoamérica.
Durante la alfombra roja, se dejaron ver algunos miembros de la política local, entre ellos el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, y la congresista Adriana Tudela.
La película llega a Latinoamérica casi 2 meses después de su estreno en Estados Unidos. Admito que estaba enterada de la trama general del filme, pero sobre todo de la crítica de los "expertos en cine" estadounidenses que la tildaban como una fantasía conspirativa por parte de los amantes de Donald Trump y fanáticos religiosos.
La película retrata de manera cruda cómo Tim Ballard, protagonizado por Jim Caviezel, conocido por interpretar a Jesús en "La Pasión de Cristo" de Mel Gibson, se desempeña como agente especial en el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Poco a poco, se va desmenuzando lo que implica el trabajo y sus repercusiones en su vida personal. Sin spoilers, Ballard pone su sustento en juego al dedicarse a resolver un caso particular, contra viento y marea, para cumplir su cometido. Poco a poco, vamos conociendo personajes involucrados en el tráfico de niños, ya sean los interesados en salvarlos o los que están buscando la siguiente oportunidad para venderlos. Al menos el 60% de la película tiene lugar en Latinoamérica, en países con realidades dolorosamente similares a la peruana, y eso choca inmensamente.
La crítica que se le hizo en la revista The Rolling Stones describe lo siguiente:
"Hay sufrimiento visible a nuestro alrededor en América. Hay personas pobres y sin hogar, y personas brutalizadas o asesinadas por la policía. Hay tiroteos masivos, falta de atención médica, desastres climáticos. Y, sin embargo, una y otra vez, la extrema derecha recurre a estas sórdidas fantasías sobre monstruos impíos que dañan a los niños".
Me parece que a los críticos estadounidenses les podría parecer fantasioso pensar en lo llamado "territorio rebelde" o lugares controlados en su totalidad por el narcotráfico, mafias y grupos terroristas. Sin embargo, es una realidad que atravesamos todos los países productores de cocaína, nosotros incluidos, con sede central en el VRAEM. Quizás ellos no se imaginan que realmente es así. Nuestra realidad está demasiado alejada de los altos edificios y del ruido de la ajetreada vida en Nueva York, Seattle o Los Ángeles.
De esta manera, si oponerse al tráfico de niños como esclavos sexuales es de extrema derecha, me proclamo la más radicalizada a la diestra.
Los latinos sabemos muy bien que dentro de estos territorios no existe patria ni hombre, las realidades de los productores de coca, los guerrilleros y los niños esclavos sexuales son algo que se sabe, pero no se habla; los medios se alejan de discutirlo, es tan sucio, es tan repulsivo que no se presta para la conversación. Querer crear una equivalencia con un ring internacional de violación diaria con las fallas del sistema de salud o el cambio climático es completamente deleznable y en el mejor de los casos, poco sincero.
Hay varios ejemplos de cómo la gran prensa estadounidense manipula la información sobre el tráfico de niños. ¿Cómo olvidar la publicación del año 2021 por parte de la revista The Atlantic, de la cual es dueña Laurene Powell Jobs, viuda del fundador de Apple, Steve Jobs? El artículo, tétricamente titulado "La (Falsa) Gran Epidemia De Tráfico De Niños", describe que los estadounidenses han sido engañados por los medios al haberlos convencido de que el tráfico de niños es un gran problema, basándose en una narrativa falsa y que está terriblemente sobreexplotado. Una deleznable publicación por donde se la mire.
Me pregunto: ¿Quién gana cuando se desvirtúa la lucha contra el tráfico infantil?
Laurene Powell Jobs y Ghislaine Maxwell, grandes amigas
¿Será una coincidencia que Powell Jobs sea amiga personal de Ghislaine Maxwell, quien fue acusada con 5 cargos de tráfico de niños y ahora cumple 20 años de cárcel? No olvidemos que Maxwell es la exnovia del pederasta, pedófilo y consumidor de sexo infantil predilecto de Hollywood, Jeffrey Epstein, quien se "suicidó" sospechosamente en su celda antes de declarar sobre lo ocurrido en su isla privada.
Al salir de la película, te sentirás frustrado y con mucha inquietud interior, quizás seques algunas lágrimas de tus ojos como yo lo hice. Sin embargo, no podemos olvidar que queda en nosotros tomar acciones para disminuir las estadísticas. Un paso en la dirección correcta no es solo crear ruido alrededor de la película, sino también efectivizar las medidas de desmantelamiento de la praxis y abandonar por completo el consumo de la pornografía en cualquiera de sus formatos.
¿Quiénes son los hombres poderosos y soberbios en el Perú que temen por el estreno de la película? Lo sabremos pronto tras su estreno en cines el 31 de agosto.