Ya no hay más aplazamientos. La Comisión de Ética del Congreso ya fue conformada y esto permitirá seguir con el curso de distintas investigaciones parlamentarias, entre estas la que incluye al mismísimo presidente de la Mesa Directiva, Alejandro Soto. Sobre el legislador de Alianza para el Progreso (APP) pesan distintas denuncias como la de haber contratado irregularmente a su cuñada Yeshira Peralta o como la de haber mentido en su declaración jurada omitiendo que tenía una reparación civil vigente —la que paradójicamente tuvo un espaldarazo con una ley de su puño y letra—. Esto último puede ser un detonante porque representa la amputación de información que pudo interrumpir su carrera congresal si la exponía con anticipación. Y eso no es todo. Como punto álgido de esta secuencia es que ya se viene voceando su censura. Si se materializa, sería la segunda caída consecutiva de un postor apepista —como pasó el 2022 con Lady Camones— en la silla principal del Legislativo.
Los indagadores
La única jurisdicción congresal con luz verde en el corto plazo para escudriñar al presidente del Congreso, Alejandro Soto, es la Comisión de Ética.
Después de varias idas y venidas pudo ser armada y admitida este último jueves 17 de agosto. Sus integrantes son: Rosangella Barbarán, David Jiménez, Juan Carlos Lizarzaburu y Cruz Zeta (Fuerza Popular); Margot Palacios y María Taipe (Perú Libre); Cheryl Trigoso y Nelcy Heidinger (Alianza para el Progreso); Ruth Luque (Cambio Democrático/Juntos Por el Perú); Alex Paredes (Bloque Magisterial de Concertación Nacional); Javier Padilla (Renovación Popular); Diego Bazán (Avanza País); Elías Varas (Podemos Perú); Kira Alcarraz (Acción Popular); Jorge Marticorena (Perú Bicentenario); Héctor Valer (Somos Perú); Esdras Medina (Unidad y Diálogo Parlamentario).
Quien llevará la posta será la podemita Francis Paredes, después que su colega Kira Alcarraz no sea aceptada.
Paredes estará a la cabeza de la comisión de ética
El caso Soto
El congresista de Alianza para el Progreso, quien según el trascendido fue escogido directamente por el mismo César Acuña, debe dar sus descargos ante la comisión por distintos casos.
Debe explicar por qué omitió la deuda de reparación civil que tenía con la empresa Waynapicchuy al inscribirse en el ruedo electoral para ser congresista. No consignó el monto de S/ 10.000 que debía desde el 2016 en el documento entregado el 26 de octubre de 2020 al Jurado Electoral Especial de Cusco. Pese a que pagó en junio de 2021 este importe, esto no quita que mintió en el trámite introductorio para poder obtener una curul. De hecho, distintos expertos, como el abogado penalista Carlos Caro, señalan que puede ser castigado con una pena de hasta cuatro años de cárcel por ser un “delito de falsa declaración y procedimiento administrativo”.
El otro caso es el de la contratación de Yeshira Peralta, la hermana de Lizbeth Peralta Salas, la mujer que es madre de su hijo de 11 meses. El presidente del parlamento dijo que no existe una relación entre ambos y que esto supuestamente desinfla cualquier intento de tráfico de influencias. Sin embargo, la distancia que él dice que tienen se vino abajo cuando la mencionada estuvo presente en la asunción del apepista. Esto reactiva las sospechas de una buena relación que se tradujo en dar irregularmente un trabajo en su despacho a un familiar.
También debe dar sus descargos por el edificio que construyó de forma ilegal en Yucay, en el corazón del Valle Sagrado de los Incas, en Cusco. Ordenó el levantamiento de un inmueble de cinco pisos cuando el límite son dos. Esto último porque estaba en el perímetro de un sitio arqueológico, donde hay templos y palacios incas. Es decir, violentó una ordenanza municipal que había oficializado el Ministerio de Cultura.
Soto atraviesa un camino muy complicado
¿Censura tangible?
Las acusaciones dirigidas hacia el líder del Congreso, Alejandro Soto, siguen aumentando. No obstante, parece que él muestra preferencia por las reuniones privadas o, en algunos casos, por actividades públicas, como la reciente instalación de la Comisión Permanente, evitando cuidadosamente la cercanía con los periodistas. Sin embargo, esta distancia se desvanece cuando se trata de los legisladores que respaldaron su elección como líder del Congreso. Esto se evidenció cuando el vocero de Fuerza Popular, Arturo Alegría, comunicó que las explicaciones que Soto compartió con él y con otros congresistas han sido "satisfactorias". El inconveniente radica en que estas explicaciones no se han hecho públicas y que, además, afecta a la imagen de la mesa directiva.
Este escenario ha agotado la paciencia de algunas agrupaciones parlamentarias, como es el caso de Cambio Democrático-Juntos por el Perú. El vocero alterno, Roberto Sánchez, adelantó que ya ha redactado una propuesta para censurar a Soto y condicionó la presentación de la misma a que su colega cusqueño proporcione aclaraciones "lo antes posible".
"La moción ya está redactada... Existen una serie de eventos y ninguno ha sido esclarecido. Esta situación ya no es simplemente un rumor que (Soto) necesita aclarar cuanto antes. Si esto no se aborda, el siguiente paso es que dé un paso atrás, ya que, en este punto, sobran las explicaciones sin aclarar", comentó el también exministro del golpista Castillo a un medio local.
En medio de estas acusaciones, distintos voceros políticos tienen diversas opiniones. Mientras Alejandro Muñante de Renovación Popular demanda que Soto se someta a investigaciones y responda para evitar un sentimiento generalizado de dimisión, Guido Bellido de Perú Bicentenario aboga por que los medios informen basados en hechos y espera aclaraciones del presidente antes de evaluar una censura. Por su parte, el congresista Alejandro Cavero de Avanza País reconoce el derecho a presentar una censura, pero considera más importante la estabilidad del país y exige que Soto aclare las acusaciones pronto, rechazando cualquier falta de transparencia en la rendición de cuentas.
El camino de Soto está en una encrucijada: o da descargos sin medias tintas o encamina con su caída otro intervalo de tensión en el país.