OpiniónDomingo, 20 de agosto de 2023
¿Recesión o no recesión?, por Arturo Delgado Vizcarra
Arturo Delgado Vizcarra
Asociado del CIPP

Noticias de varios medios de comunicación expresan con preocupación, a partir de las declaraciones de técnicos especializados, que estamos en un período de recesión económica debido a que el PBI ha caído en dos trimestres seguidos.

Por su parte, Julio Velarde y Alex Contreras, del BCR y MEF respectivamente, declaran que no lo estamos, basados en el continuo crecimiento de la demanda y el empleo formal. Aunque, con sinceridad, el titular del BCR menciona que nuestras cifras son mediocres.

Como ciudadano, es positivo que podamos tener alertas en tiempo real sobre nuestras cifras económicas. Este debate debe mantenerse ya que nos permite exigir, en el momento oportuno, las medidas para resolver este problema.

Las causas de la falta de crecimiento en los últimos tres trimestres han sido, en primer lugar, el gobierno de Castillo, un grupo de oportunistas y corruptos socialistas que gobernó y retrasó las inversiones relevantes, lo que afectó el ingreso de nuevas empresas al país y disminuyó el empleo, junto con una larga lista de acciones destructivas para el país.

Esta misma caterva fue incapaz de adquirir urea para nuestros campos y de liderar la ejecución de las obras para la prevención del Niño Costero.

Luego, la violencia a principios de año, violencia defendida por más de un economista afín al socialismo nacional, quienes la calificaron como una legítima protesta. Sin embargo, hoy ponen caras de consternación académica frente al retroceso de la economía peruana.

Es objetivo que la construcción ha decrecido un 8.97%; es cierto que la manufactura también ha decrecido un 6.09%, así como otras actividades de la economía nacional.

Es objetivo también que el gasto público avanza lentamente, según cifras de la consulta amigable en la web. Hoy, 19 de agosto, se encuentra en un 56.6% para el Gobierno Nacional, 53.8% en los Gobiernos Regionales y 40.8% para los Gobiernos Locales.

No existe una cifra oficial para el nivel de gasto mensual ideal, pero con aritmética simple deberíamos estar en un 8.3% mensual, lo que implicaría un 62.5% para estas fechas.

La construcción ha sido, desde hace años, una de las actividades que mejor refleja la salud de la economía nacional. La gran cantidad de proveedores asociados y la mano de obra que debe contratarse para la ejecución de los proyectos inyectan fondos en la economía.

Por otro lado, la demanda de los proyectos de construcción está dictada por el crecimiento de la minería y de la inversión, ya sea pública o privada, en infraestructura.

Visto el problema, se requieren soluciones. Frente al atraso del gasto público, la cifra de gobiernos locales parece irreversible. Se debe priorizar la inversión en infraestructura y, para ello, variar estructuralmente los sistemas de ejecución de la inversión y sus controles.

El temor debe dejar de ser la norma en la ejecución del presupuesto estatal. Cubrir las acciones del funcionario público con procedimientos más rigurosos para evitar persecuciones posteriores está demorando la ejecución de los fondos públicos.

Setiembre es un mes crítico para la inversión pública, ya que los procesos deben lanzarse en ese periodo para que, si todo va bien, se puedan realizar los primeros pagos en diciembre.

En el caso de la minería, los temas son más complicados, ya que involucran la paz social. En el ámbito político, la aceptación de la minería como impulsora de la economía nacional debe ser completa y acompañada de una represión absoluta a la minería ilegal, que es la que destruye el ambiente, trafica con personas y permite el narcotráfico y la tala ilegal de nuestra Amazonía (en el caso del oro ilegal).

La paz social tiene mecanismos que ayudan a lograrla, como la tecnología para minimizar la afectación al ambiente y la infraestructura en la zona de influencia para que los beneficios de la inversión se perciban desde el primer día, además de mejoras en los servicios públicos como la seguridad ciudadana. Estas acciones podrían estar incluidas en los costos de la gran inversión minera.

Es vital aceptar que habrá impactos en el entorno por la explotación minera y que será difícil que sean bien recibidos si no se cuentan con beneficios tangibles desde el primer día. El canon minero está demostrado que está en manos de quienes no lo aprovechan. Deben dictarse medidas excepcionales de manera urgente para fortalecer las capacidades de inversión en los gobiernos locales, mediante el acompañamiento de equipos técnicos especializados.

El fortalecimiento de la agricultura a través de los gobiernos locales es otra acción que hace falta. Los programas del MIDAGRI se han quedado cortos y han sido contaminados por el gobierno de Castillo, presentando superposiciones en enfoque y funciones, situación que es anterior a la administración de Castillo, por cierto.

Hay varias lecciones que podemos aprovechar para evitar la recesión, reducir la inflación, aumentar el empleo formal y generar desarrollo. La elección de Castillo nos costará algunos años de esfuerzo, pero creo que será una nueva lección que aprenderá nuestra sociedad.

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