OpiniónLunes, 28 de agosto de 2023
El resurgimiento de Antauro Humala, por María José de Piérola
María José de Piérola
Estudiante de derecho

El periodista Carlos Orozco tuvo el lujo de sentarse con una de las figuras más polémicas de la política peruana. Un personaje alabado por muchos y despreciado por otros, del cual no se supo demasiado durante casi 20 años tras su tiempo en el penal Ancón II. Un gran político y organizador social, fundador de la ideología etnocacerista, izquierdista acérrimo y con valores sociales conservadores a ultranza. Solo se puede estar hablando de Antauro Humala.

Antauro Humala es conocido principalmente por dos motivos: ser hermano de un expresidente y ser la mente y la fuerza detrás del Andahuaylazo, levantamiento armado en el que murieron 4 policías.

La primera vez que escuché sobre este polémico personaje fue durante una entrevista que se le hizo a el expresidente Ollanta Humala, en la cual este deslindaba de los ideales políticos de su hermano, mientras este cumplía una cuantiosa sentencia en prisión. Recuerdo que me sorprendió muchísimo saber que un presidente podía tener como hermano a un reo. En 2011, tenía 9 años y mi conocimiento político se limitaba básicamente a saber que en el Reino Unido había una reina y algunos datos curiosos sobre la Guerra del Pacifico.

Teniendo la inmensa suerte de haber recorrido casi todo el Perú en auto (gracias papá y mamá), pude toparme con más de una piedra pintarrajeada con la frase "Antauro Libertad". Con el avanzar del carro, se volvió cada vez más notoria su popularidad en la sierra peruana. Antauro Humala logró mantener su movimiento vivo tras 17 años encarcelado y hoy en día se muestra ante las cámaras de la prensa alternativa para dar sus descargos y ratificarse.

Presentándose a sí mismo y a su hermano como "el bueno y el malo", con comparaciones como Huáscar y Atahualpa o Caín y Abel, queda claro con qué lado de la ecuación se relaciona este señor. Una entrevista con claros tintes antisemitas y resaltando los ideales de ser, en sus propias palabras, un "cholo arrebatado, digno y feroz". Me sorprendió que en algunos de sus comentarios encontrara la luz de la verdad, por ejemplo, describiendo en términos claros y tajantes la ineptitud tanto de Castillo como de Toledo.

Queda clarísimo que de tibio no tiene nada y si tiene que pelear con las grandes agendas internacionales, lo va a hacer y, como él dijo: "¿cuál es el problema? Ellos no votarán por mí". Antauro Humala tiene un pensamiento autoritario comparable con las políticas de estado del Che y el nacionalismo boliviano de Evo Morales. Esto, lejos de alejarlo de la popularidad, permite que se consolide como un muy probable candidato para las siguientes elecciones. Con propuestas tan poco realistas y peligrosas como revertirnos a la constitución del 79, lo cual es básicamente imposible en términos legales, tomar los medios de comunicación por la fuerza para poder controlar el discurso público efectivamente, similar al caso de China, y nacionalizar industrias, en especial en el ámbito de los recursos naturales, propuesta particularmente parecida a la de un político del país vecino con los índices de inmigración más altos en todo Sudamérica. Un discurso que apesta a populismo y un falso patriotismo, rancio y que jamás será una opción viable para el Perú.

En una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos se revelaron cifras sobre el profundo conservadurismo social que existe en nuestro país. Más del 70% de los encuestados apostaron por incluir el servicio militar obligatorio y la pena de muerte en una nueva constitución. Antauro viene armado con tácticas autoritarias que en papel aparentan ser perfectas. Todos los latinoamericanos somos herederos de dictaduras y eso definitivamente nos moldea como sociedad en cuanto al tipo de gobierno que preferimos. El autoritarismo de gobierno con tintes conservadores es una propuesta que será muy dura de ganar en ciertas regiones del Perú, en las cuales se clama por la mano dura y que el gobierno central maneje cada uno de los acontecimientos del día a día. Fue él mismo quien declaro que "las dictaduras en el Perú son más pacíficas que las democracias"

¿Sorprende acaso que el peruano prefiera el modelo Bukele en lugar del modelo Milei? Antauro es un riesgo legítimo para la libertad de expresión y la democracia tal como la conocemos.

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