En los últimos días se ha hablado mucho del denominado "Fenómeno Milei", producto de los resultados que el economista Javier Milei obtuvo en las PASO argentinas, al ser el candidato más votado en dichas elecciones. Además, se le ve como un outsider con particularidades poco comunes en el ambiente político, tanto por sus formas como por el fondo de sus mensajes públicos.
Incluso, muchos están hablando de que en el Perú se deberían replicar o seguir los pasos del candidato presidencial argentino, ya que se cree que es necesario tratar a nuestra clase política nacional como "la casta", que se ha instaurado en el poder para beneficiarse a costa de la ciudadanía, convirtiendo el aparato estatal en su botín. Asimismo, muchos también creen que las propuestas, principalmente de índole económica, que Milei promueve, podrían ser tomadas en cuenta en nuestro país.
Otro aspecto importante en el fenómeno Milei es que es uno de los pocos políticos a nivel regional que expone y difunde ideas libertarias como parte de un plan de gobierno. Algo que ha entusiasmado a muchos liberales y hasta les ha dado esperanzas de que un proyecto de ideología liberal sea llevado a la práctica política, considerando que muchos piensan que la mayoría de los liberales se quedan en lo teórico, descuidando lo pragmático.
Es interesante el efecto que está generando Javier Milei en distintos niveles. Y digo esto porque incluso en el ámbito académico, muchas personas en su país, y estoy seguro de que en los demás países del continente, han empezado a leer e investigar las bases filosóficas de sus ideas, principalmente las relacionadas con la Escuela Austríaca de Economía, a la cual el argentino hace referencia en sus intervenciones. Y eso es bueno, ya que de esta manera se renueva y diversifica el debate público.
Ahora bien, para varias personas que se adhieren a las ideas liberales, Milei es en la actualidad el único político al que se debe seguir o tomar como ejemplo. Sin embargo, considero que esto no debería ser así, ya que creo que otro de los políticos que podría ser tomado como ejemplo para quienes comparten ideas liberales podría ser el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou. Él proviene de un partido consolidado y ha sido firme en la defensa de la libertad en la región, rechazando y denunciando los autoritarismos.
Tal vez algunos no estarían de acuerdo en considerar a Lacalle Pou dentro del liberalismo, sin embargo, el presidente de la república oriental ha promovido algunas ideas liberales, como la apertura comercial y la promoción de la inversión para su país. Además de ser un estadista de pies a cabeza, que mantiene actitudes a favor del estado de derecho y las libertades individuales sin perder la sensatez y la prudencia. Quizás Milei deba considerar alinearse más con el primer mandatario uruguayo.
Y hablando de nuestra política nacional, más que esperar o querer formar a "nuestro Milei", deberíamos pensar en la formación de políticos auténticos que estén a la altura de las circunstancias políticas actuales. Para quienes promulgan ideas liberales, está bien tomar como ejemplo dentro de nuestra región tanto a Milei como a Lacalle Pou, y tal vez a otros políticos más que defiendan la libertad y los derechos humanos. Es importante tener claro que tomar como ejemplo no es sinónimo de imitación, sino de tomar lo mejor de cada uno de ellos y replicarlo sin perder la autenticidad personal y la conexión con la realidad en la que se vive.