OpiniónDomingo, 3 de septiembre de 2023
Noelia… ¡Noelia!, por Juan Carlos Llosa Pazos

Cuando niño, en la década de los setenta, la balada romántica alcanzó su máximo apogeo y sus intérpretes se convertirían en las estrellas del momento en Latinoamérica a contrapelo de las rebeldías hippies, de la iconoclasia del mayo francés, del desenfreno de Woodstock. Eran tiempos del tocadiscos, de los discos de vinilo, de las camisas floreadas, y de las vastas anchas.

Fueron días felices para mí, de los que recuerdo con nostalgia a personas muy queridas que ya no están, así como entrañables vivencias como los paseos a Chaclacayo y a Chosica, con mis padres y mis hermanos. Fue en uno de esos paseos domingueros -yendo por la antigua carretera central- que escuche por primera vez Noelia, que cantaba mi Papa con su maravillosa voz de tenor mientras iba al volante de su Volkswagen escarabajo, tan típico de esa época de igualitarismos infértiles.

Unos pocos años antes, el 16 de abril de 1973, se había apagado para siempre, en un accidente automovilístico, una de las voces más extraordinarias de habla hispana de todos los tiempos, por su calidad y potencias tan poco comunes. Me refiero a Luis Manuel Ferri Llopis, el célebre Nino Bravo quien interpretó muchas canciones que hoy, medio siglo después de su desaparición, siguen siendo escuchadas y cantadas con deleite por miles, y que además fueron compuestas por reconocidos compositores como José Luis Armenteros y Manuel Alejandro. Incluso algunas de aquellas letras han sido arregladas para otros géneros musicales.

Entre sus grandes éxitos destacan Un beso y una flor, América, América, Mi gran amor, Te quiero, te quiero, Libre, Cartas amarilla, Es el viento y Noelia, con los que el cantante valenciano logró superar a los grandes baladistas de aquella época, Julio Iglesias, Raphael, José Luis Rodríguez El Puma, Roberto Carlos, Camilo Sesto, Juan Bau entre otros.

Nino Bravo (1944-1973).

Álbum Un beso y una flor (1972)

“Hay una chica que es igual pero distinta a las demás. ¡La veo todas las noches por la playa pasear y no sé de dónde viene y no sé a dónde vaaaaaa!!!!(………)”. No sé si Noelia fue su mayor éxito, pero en mi modesta opinión, fue la mejor interpretación de Nino Bravo. La autoría de la letra y arreglos musicales de esa sensacional balada son de los compositores españoles Antonio Guijarro y Augusto Alguero. Se dice que Noelia surgió de la inspiración de Alguero en una bella modelo española llamada Noelia Alfonso Cabrera, que a principios de los setenta fue coronada miss Europa.

(https://www.youtube.com/watch?v=3hf4c9y-Bhc)

Noelia Afonso Cabrera

Noelia, la balada de la chica misteriosa, es la favorita de mi Papa, quien la ha cantado innumerables veces, y aún hoy lo sigue haciendo casi como ayer.

Sean estas líneas en recuerdo del gran Nino Bravo al cumplirse este año, medio siglo de su tan prematura muerte a los 28 años, dejando viuda, una pequeña hija y otra en camino, quien brindó al mundo una extraordinaria voz y una calidad interpretativa únicas, en un género musical que jamás perderá vigencia, a pesar de las oleadas deconstructoras que vienen inundando la cristiandad.

Cada vez que escucho Noelia, vuelven a mi mente imágenes, ya borrosas después de cinco décadas, del entonces camino sosegado de la campiña limeña, rodeado de abundantes verdes y grises, en aquellos días maravillosos de amor y de despreocupadas alegrías, jugando entre arbustos, piedras y charcos a la vera de un tiempo que se perdió irremediablemente para siempre…

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