PortadaLunes, 4 de septiembre de 2023
Burbuja financiera caviar

En la historia de las finanzas, siempre ha habido estafadores dispuestos a explotar la confianza de las personas en busca de ganancias fáciles. El caso de Óscar Flores Lama y su empresa Óptima Inversiones, revelado por IDL-Reporteros, es un claro ejemplo de cómo incluso los inversionistas más experimentados pueden caer en una trampa bien elaborada. Esta es la historia de cómo alrededor de 200 personas, incluyendo a destacados miembros de la élite caviar limeña y ciudadanos que confiaron sus ahorros de toda una vida, fueron estafados en un esquema que ha sacudido los cimientos del mundo financiero en Lima.

El Origen de la Estafa

La historia se remonta al año 2015, cuando Óscar Flores Lama, un hombre de escasa notoriedad en el mundo de las finanzas, decidió independizarse y crear sus propias compañías. Este movimiento coincidió con el impulso del gobierno de Ollanta Humala hacia un Plan de Diversificación Productiva desde el Ministerio de la Producción, que buscaba mejorar las condiciones de financiamiento de las micro, pequeñas y medianas empresas.

En ese contexto, Flores fundó dos compañías: Óptima Inversiones Perú SAC y Óptima Factoring Perú SAC. Ambas empresas compartían el mismo gerente general: Óscar Flores. Su objetivo era atractivo: ofrecer inversiones con una rentabilidad anual "esperada" del 10 por ciento en dólares y del 12 por ciento en soles, con pagos trimestrales de intereses. Esto superaba con creces las tasas de interés ofrecidas por la banca tradicional en ese momento.

La Confianza, un Factor Crítico

Óscar Flores buscó inversionistas desde finales de 2015, tanto de forma directa como a través de María del Rosario Díaz García, una asesora financiera de su confianza. Díaz había establecido relaciones de confianza con varios inversionistas, algunos de los cuales eran figuras destacadas en la élite caviar de Lima. La confianza desempeñó un papel crucial, ya que para invertir en un fondo privado de inversión, donde no hay regulación ni supervisión de entidades como la SMV o la SBS, la confianza en la persona que ofrece la oportunidad y en otros inversionistas resulta fundamental.

Esta confianza se basó no solo en la diligencia debida, sino en factores personales y subjetivos. La reputación de quienes invertían y su experiencia financiera fueron elementos cruciales que bajaron la guardia de los inversionistas, quienes entregaron sus ahorros y fondos de jubilación con la esperanza de hacer crecer su dinero.

Los Fondos y las Víctimas

Dentro de la estructura de Óptima Inversiones, existían seis fondos de inversión en los que participaron alrededor de 200 personas entre 2015 y 2022. Estos fondos llevaban nombres como Supernova, Opportunity Dólares, Opportunity Soles, Gamma, 50M y 20M. Las víctimas se dividieron en dos grupos principales.

El primer grupo estaba formado por inversionistas expertos con carteras diversificadas. Para ellos, Óptima representaba solo una parte relativamente pequeña de su patrimonio. Entre ellos se encontraban destacadas figuras como Piero Ghezzi, Alonso Segura, Federico Oviedo, Gianfranco Castagnola, Elena Conterno y Ernesto Balarezo.

Asimismo, destacan en este grupo algunos personajes caviares conocidos. Por ejemplo, Ernesto de la Jara, fundador de IDL. Según declaró, tenía la intención de rentabilizar sus fondos recibidos por la AFP, ya que había depositado estos fondos en la banca tradicional sin recibir mayor rentabilidad.

Patricia Arévalo, directora del Fondo Editorial de la PUCP, también tiene un papel relevante en el caso debido a su amistad con Rosa María Gastañeta, la corredora de inmuebles interesada en generar rentabilidad a partir de una herencia familiar y ahorros acumulados. Además, había estado recibiendo asesoramiento de María del Rosario Díaz en el manejo de inversiones durante varios años. Ella invirtió 160 mil soles en Óptima a través del fondo Gamma siguiendo la recomendación de Díaz.

Piero Ghezzi y Alonso Segura, ex ministros del gobierno de Ollanta Humala, también estuvieron implicados. Ghezzi conoció a Rosario Díaz, quien lo convenció de invertir. Hacia 2018, tenía alrededor de 3 millones 100 mil soles y más de 1 millón de dólares invertidos en Óptima. Más tarde, se le ofreció la creación de una Sociedad Administradora de Fondos de Inversión (SAFI) llamada Óptima SAFI SAC, donde inicialmente tenía el 99.5% de participación y Óscar Flores el 0.5%. Sin embargo, los fondos nunca se movieron de la empresa, lo que llevó a Ghezzi a protestar y finalmente vender su participación en la SAFI.

Por otro lado, el segundo grupo de inversionistas estaba compuesto por personas con menos conocimientos financieros, quienes confiaron sus ahorros, fondos de jubilación e incluso herencias familiares en Óptima. Algunos invirtieron sin realizar una debida diligencia adecuada, influenciados por la reputación de quienes les recomendaron la inversión.

La Captación de Inversionistas

María del Rosario Díaz desempeñó un papel crucial en la captación de inversionistas. Su cercanía con los potenciales inversionistas, así como la mención de nombres de figuras respetadas en el mundo financiero, generaron la confianza necesaria para atraer a nuevos inversionistas a Óptima. Los testimonios de figuras públicas que habían invertido previamente con Díaz actuaron como un sello de aprobación para muchos.

A medida que más inversionistas ingresaban, los pagos de intereses iniciales se utilizaron para crear la ilusión de éxito y estabilidad financiera. Este es un componente clave en los esquemas piramidales, donde los intereses pagados a los primeros inversionistas provienen del dinero de los nuevos participantes.

La Caída y el Desastre Revelado

La tragedia comenzó a manifestarse en 2020, durante los primeros meses de la pandemia de COVID-19. Los inversionistas comenzaron a notar que los pagos de intereses que habían estado recibiendo regularmente dejaron de llegar. La alarma sonó, y las llamadas a Óscar Flores y María del Rosario Díaz se multiplicaron mientras los inversionistas exigían explicaciones.

Fue en ese momento cuando la verdad comenzó a emerger. Se descubrió que Óscar Flores había logrado que aproximadamente 70 millones de soles desaparecieran. La confianza que había sido su principal herramienta se convirtió en su peor enemigo. Las víctimas, desde expertos financieros hasta jubilados, se encontraron en medio de una estafa piramidal que había depredado sus ahorros y sueños de un futuro seguro.

El caso de Óptima Inversiones y Óscar Flores Lama es un triste recordatorio de que incluso los más experimentados en el mundo de las inversiones pueden caer en una estafa piramidal cuando se confían en exceso. La confianza en personas influyentes y la falta de una debida diligencia adecuada pueden tener consecuencias devastadoras para los inversionistas. Es, en efecto, una advertencia vital para futuros inversores y un recordatorio que en el mundo de las finanzas, la confianza debe ir acompañada de una diligencia extrema.

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