En la madrugada del 4 de septiembre, terroristas de Sendero Luminoso del VRAEM, encabezados por el "camarada Antonio", emboscaron una patrulla combinada de militares y policías en la localidad de Putis, en Huanta, Ayacucho, dejando cuatro miembros del ejército fallecidos y varios heridos, incluyendo a un efectivo policial. Lamentablemente, la historia se repite desde hace más de 20 años en esta zona y parece que no tiene fin. Nuestras fuerzas armadas están de luto una vez más, y sobre esto, debemos hablar con claridad y contundencia.
Al parecer, nada logra convencer a los políticos de que el problema real en el VRAEM no es solo el narcotráfico, sino el terrorismo en sí mismo, organizado y dirigido por el alias "camarada José", quien no pierde tiempo para continuar en su delirante carrera hacia la utopía del "comunismo".
En el VRAEM existe una alianza siniestra entre terroristas y narcotraficantes, pero, aparentemente, enfocarse en esta hipótesis nos hace perder la perspectiva de quién realmente estamos combatiendo. Nos olvidamos de que ellos, los terroristas, están ideologizados, politizados, tienen estrategia y armamento de alto calibre. En su historial, cuentan con numerosos fallecidos, entre civiles, militares y policías, hechos que les otorgan el poder de atemorizar a una población sometida por el miedo (y en muchos casos, la complicidad). Por eso, es urgente revisar todos nuestros procesos, porque seguramente algo no estamos haciendo bien, a pesar de contar con el armamento, personal, recursos, inteligencia, valor y la determinación de cientos de miles de militares y policías, incluyendo a civiles, que siempre están dispuestos a dar su vida por el país.
Es muy probable que, en muchos casos, el exceso de celo profesional no haya permitido realizar un trabajo efectivo debido a la falta de una verdadera coordinación con todos los componentes comprometidos en esta lucha. La ansia por el reconocimiento legítimo ha llevado a todos a cometer el error del desorden, el cual debemos resolver con prontitud. Las fortalezas con las que cuentan nuestras fuerzas pueden verse empañadas y convertirse en debilidades cuando se imponen criterios erróneos en todo el proceso, desde la producción de inteligencia, manejo de fuentes, uso de la inteligencia electrónica, ejecución de operaciones, investigaciones y participación del Ministerio Público y el Poder Judicial, y eso debe terminar.
Por eso, planteamos que es imperativo designar a un responsable político que rediseñe la estrategia (tanto política como operativa), controle los presupuestos, integre la información, distribuya la inteligencia y dirija las operaciones conjuntas de todos los sectores comprometidos, incluyendo la Inteligencia Nacional, para que, con un solo líder y estrategia, pongamos fin de una vez por todas a este flagelo del terrorismo en el VRAEM.
La presidenta Dina Boluarte ha demostrado tener voluntad política para la lucha contra el terrorismo en este período. Sin embargo, creemos que a esta voluntad le falta la decisión política de resolver el problema, designando una sola autoridad, como un "zar", con todo el poder del Estado y del Gobierno, con liderazgo y estrategia, lo que marcaría el camino para poner fin a la impunidad de los senderistas en el Vraem para siempre. Por eso, queremos decirles con respeto y consideración a los valientes uniformados que luchan contra el terrorismo que recordemos siempre que no podemos amar a nuestras instituciones más que a nuestro país. ¡Adelante, sí se puede!