El gobierno de Dina Boluarte se encuentra en un momento crucial, marcado por cambios significativos en su gabinete ministerial y la repentina renuncia de la ministra de Educación, Magnet Márquez. Estos acontecimientos no solo ponen de manifiesto las tensiones internas en su administración, sino que también arrojan luz sobre los desafíos que enfrenta su gobierno, el cual deja cada vez más señales de incompetencia.
De producirse estos cambios, Boluarte tendría más de treinta ministros en menos de un año de gestión. Y, si bien no es equiparable a los 78 ministros de Pedro Castillo, sigue sin ser un buen indicador.
La renuncia de Magnet Márquez, ministra de Educación, ha sido uno de los sucesos más destacados de los últimos días en el gobierno de Dina Boluarte. Esta dimisión se produjo en medio de un conflicto con el Congreso relacionado con la aprobación de un proyecto de ley que buscaba reincorporar a 14,000 docentes interinos a la carrera pública magisterial. Márquez defendió la meritocracia y se opuso rotundamente a la medida, argumentando que esta tendría un impacto negativo en la calidad de la educación en el país. Sin embargo, esta discrepancia no solo generó tensiones en el gobierno, sino que también plantea interrogantes sobre la capacidad de Boluarte para mantener un equipo ministerial cohesionado y eficiente. Y, sobre todo, los presuntos intereses de Boluarte para quedar bien con los sindicatos magisteriales.
Renunció repentinamente por vulneración al sector educación.
¿Más de lo mismo?
Es importante destacar que esta no es la primera vez que Dina Boluarte enfrenta una crisis en su gabinete. En menos de un año de su mandato, ya ha tenido cuatro ministros de Educación. Esta rotación constante en el liderazgo de una cartera tan importante en un país donde, según estadísticas del Minedu, la deserción escolar supera el 6%. Por lo tanto, es motivo de preocupación y sugiere la necesidad de una revisión profunda de las políticas y estrategias educativas del gobierno como medida urgente.
La solicitud de renuncia a Márquez también ha revelado una cierta inestabilidad en la gestión de Boluarte. La presidenta pareció estar dispuesta a ceder ante las presiones sindicales, lo que plantea interrogantes sobre su capacidad para tomar decisiones firmes y basadas en principios sólidos. Con esto, imitaría a su predecesor, que benefició al sector más cuestionado del magisterio a cambio de respaldo político.
Carteras en suspenso
Más allá de la crisis en el Ministerio de Educación, se han anunciado cambios en otras carteras ministeriales, incluyendo Producción, Agricultura, Justicia y Transportes. Estos movimientos indican que el gobierno de Boluarte se encuentra en una posición precaria y que necesita realizar ajustes significativos para recuperar la confianza de la ciudadanía y la estabilidad política.
Por ejemplo, la ministra de Agricultura, Nelly Paredes, se encuentra en la mira del Congreso debido a acusaciones de nepotismo y mal uso de recursos públicos. Además, desde el Congreso buscan interpelarla por la contratación de su sobrino y sus testigos de boda en el sector. También piden que responda por el “mal uso e ineficiente ejecución presupuestal del plan ‘Con Punche Perú' y la no reglamentación de la Ley 30407, Ley de Protección y Bienestar Familiar”.
Paredes podría ser reemplazada por investigaciones en su contra.
Por otro lado, la eventual remoción de los ministros Daniel Maurate (Justicia y Derechos Humanos), Paola Lazarte (Transportes y Comunicaciones) y Leslie Urteaga (Cultura) también podría darse por el desgaste e ineficiencia de sus gestiones.
Relevos listos
Según se conoce hasta el cierre de esta nota, Boluarte haría cambios en seis ministerios. Habría cuatro nuevos ministros y dos del gabinete actual cambiarán de cartera. Daniel Maurate pasaría de Justicia a Trabajo y Hania Pérez de Cuellar de Vivienda a Transportes.
Según Infobae, ya se vislumbra a la sucesora de Márquez en el Minedu. Miriam Ponce Vértiz, la actual viceministra de Gestión Pedagógica, sería la favorita para reemplazarla. Esta transición de poder se habría acordado en una reunión que sostuvo con Enrique Vílchez, secretario general de Palacio, durante la jornada del martes, registrada meticulosamente entre las 11:37 am y las 11:53 am en el libro de visitas del Despacho Presidencial.
Además de su cargo dentro del ministerio, Ponce Vértiz es catedrática en la Pontificia Universidad Católica del Perú, fue representante del país ante organismos internacionales en tres gobiernos y consultora nacional e internacional en temas educativos.
Por otro lado, el secretario presidencial también se reunió con Giovanna María Díaz Revilla, actual jefa de la Oficina General de Asesoría Jurídica del Ministerio de Energía y Minas. Díaz Revilla, lejos de ser una figura desconocida, ha desempeñado un papel relevante en la gestión de la presidenta Dina Boluarte, ocupando cargos como consultora en la FAG, subsecretaria y secretaria general interina de Palacio durante el período que abarcó de enero a mayo. Asimismo, en 2022, ejerció funciones clave en el Midagri, incluyendo la posición de jefa del gabinete de asesores y asesora de alta dirección en el despacho ministerial.
Estos cambios se irán confirmando con el transcurrir de las horas. Sin embargo, el problema que plantean es si la presidente debe dar un mayor giro a su gobierno, que viene siendo caracterizado por la mediocridad en la gestión y entrega de resultados.