Una vez más, una incursión militar-policial en las profundidades del VRAEM tuvo un desenlace mortal provocado por remanentes de Sendero Luminoso. Ocurrió en la madrugada del último domingo 4 de septiembre, en la región de Putis, Ayacucho. Una patrulla fue emboscada por una columna terrorista mientras intentaba recuperar territorios dominados por traficantes de drogas. El ataque dejó un saldo de cuatro militares fallecidos, tres heridos, incluyendo a un policía, y cuatro civiles afectados por proyectiles. En el otro bando, fueron abatidos dos elementos. Trascendió que este ataque fue una venganza por la captura y encierro en junio de este año de los camaradas 'Carlos' y 'Joel’, figuras clave en esta organización subversiva que subsiste gracias a su alianza con distribuidores de narcóticos, buscando tal vez en el largo plazo darle un nuevo golpe al Perú.
Palabras Mayores
En una conversación con El Reporte, el ex ministro del Interior, Fernando Rospigliosi, señaló que "se trató de una emboscada contra una patrulla enviada para interrumpir las operaciones de grupos de mochileros que transportan droga por la zona". "Los terroristas los estaban esperando (...) Y asesinaron a cuatro militares e hirieron a varios militares y policías más", agregó.
Rospigliosi opina.
Los cuatro valientes militares que cayeron en esta redada son: el Teniente EP Michael Bazan Peche, el suboficial de 1ra EP Anderson Huanaco Arrigoila, el suboficial de 3ra. EP Dani Cayahua Condori y el sargento 1ro. EP Fermín Arroyo Guzmán, según el comunicado del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. Los restos están temporalmente en Huamanga, Ayacucho, mientras que los heridos fueron trasladados a diferentes hospitales. La directora del Hospital de Huanta, María Elena Márquez, reveló a un medio local que uno de los heridos llegó con politraumatismos y tres heridas de bala en la cabeza, abdomen y piernas, lo que refleja la violencia del ataque.
Mientras el especialista en temas subversivos y analista en seguridad, Pedro Yaranga, afirmó en un medio local que este ataque podría ser una vendetta por los radicales capturados en junio, Rospigliosi tiene otra perspectiva. "En realidad, no se sabe si es una represalia por lo del terrorista Carlos", analiza. "En verdad, se juntan varios elementos en cada uno de estos ataques, pero lo más probable es que sea encargo del narcotráfico", señaló. Nos explicó que los contrabandistas de estupefacientes suelen financiar estas emboscadas para mantener amenazados a la Policía y al Ejército. "Pagan a los terroristas para que ejecuten estos ataques y se suspendan las patrullas por un tiempo, lo que les permite transportar droga libremente", indicó.
Además, dijo que no se deben buscar culpables. "Estas patrullas son habituales y necesarias, de lo contrario, se dejaría completamente el terreno en manos de terroristas y narcotraficantes", dijo. Aseguró que debería aplicarse una mejor inteligencia para prevenir este tipo de ataques, pero también destacó que es un terreno sumamente complicado.
Apuntó también contra este gobierno y los anteriores, mencionando que lo que falta es decisión para acabar con este grupo terrorista de Sendero Luminoso. "Lo que debemos hacer es utilizar inteligencia y tecnología", indicó, refiriéndose a factores que ayudaron a eliminar al "(Camarada) Alipio y a uno de los Quispe Palomino". Insistió en esta estrategia porque es lo que se necesita ante un grupo subversivo que, asegura, es relativamente pequeño, con alrededor de 100 o 120 miembros.
También reclamó por la falta de eficacia gubernamental. "Desde 2007, cuando las Fuerzas Armadas asumieron el control del VRAEM, se han gastado miles de millones de soles en una estrategia antisubversiva que no ha dado muchos resultados", concluyó.
Incautación
En esta operación, también se logró la muerte de dos elementos subversivos y se incautaron una camioneta roja y una motocicleta que transportaban 500 kilos de Pasta Básica de Cocaína (PBC).
Putis, zona dominada por narcos y senderistas.
Habla el Gobierno
Desde la alta esfera política, se pronunciaron varios líderes. La presidenta Dina Boluarte rechazó el “accionar subversivo” y reafirmó su “firme propósito de luchar por la pacificación del país”. Mientras tanto, el primer ministro Alberto Otárola dijo que el valor de los caídos “no será olvidado”. Por su parte, la ministra de Transportes, Paola Lazarte, exigió que “los culpables paguen por sus crímenes”, una línea similar a lo dicho por la Defensoría del Pueblo, que pidió que se les aplique “el máximo peso de la ley” a los responsables de este ataque.
Este trágico episodio es un sombrío recordatorio de la urgente necesidad de un plan efectivo para acabar con los remanentes de Sendero Luminoso y, de paso, para desmantelar el narcotráfico. Nuestros valientes militares y policías no pueden seguir sacrificándose en vano. El gobierno debe entender que la recuperación del país no es un simple eslogan, debe convertirse en una realidad tangible.