Se podría decir que vivimos una realidad en la que la política ha dejado de interesar a gran parte de la ciudadanía. En ocasiones incluso, se percibe como algo inmoral involucrarse en asuntos políticos. Muchos profesionales con capacidad y buena reputación no quieren participar, ya que creen que sus carreras se verían afectadas y mancharían su imagen, arruinando por siempre sus vidas. Y es que no falta razón para pensar algo así, considerando las crisis y escándalos que hemos vivido.
Pero, a pesar de todas las dificultades que puede conllevar el hecho de participar en política, debemos considerar necesario que, como ciudadanos, nos involucremos en los asuntos públicos. Y es que no necesariamente ello implica pertenecer a un partido político o lanzarse como candidato a algún puesto político. Como ciudadanos deberíamos ser conscientes de que es parte de nuestra vida en sociedad tomar en cuenta a la política.
Si bien podría creerse que la política no es algo esencial o básico para nuestra vida, pero sí debemos considerar que tiene relevancia significativa para nuestro desarrollo, no solamente social, sino también personal. En ese sentido, es importante que estemos al tanto de los asuntos políticos, a fin de que estos no sean gestionados en contra de nuestros intereses ni que estén transgrediendo nuestros derechos y libertades.
Considerando ello es que desde la población se podría tomar interés en la política, pero no necesariamente de manera partidaria, sino, teniendo como objetivo común la convicción de generar una cultura política democrática que tome actos concretos básicos como el de informarnos sobre nuestros derechos y libertades fundamentales y sobre la organización de nuestro Estado, para que de esa manera sepamos cómo defendernos ante actos arbitrarios y a la vez, nos formemos un juicio sobre lo que está establecido por orden constitucional. Asimismo, el formar nuestra cultura política implica también el reconocimiento del pluralismo político, y su respeto y tolerancia. En donde las diferencias sean resueltas civilizadamente, en base a diálogos y debates abiertos sin censuras. En donde se identifiquen las posturas antidemocráticas y sean reprobadas y rebatidas con sustento y evidencia.
Por ello, y por más motivos, es que la ciudadanía tome en cuenta la importancia de la política. Recordemos lo que advirtió el filósofo griego Platón, “el precio de desentenderse de la política es el terminar siendo gobernados por los peores hombres”.