No resulta sorprendente que el grupo conocido como "caviares" haya tenido como objetivo primordial el control de las instituciones gubernamentales y el influjo en los medios de comunicación. Sin embargo, lo que realmente asombra son las tácticas y estrategias que han empleado para alcanzar esta meta. En una revelación tanto impactante como inquietante, el programa "Beto a Saber" desveló en el día de ayer el velo que hasta ahora había ocultado las conexiones de ciertos populares youtubers peruanos, entre ellos, "Cacash" y "Curwen". Estos personajes, junto a otros, han sido señalados por promover la causa de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) de manera que podría describirse como excesivamente servil y complaciente. No hace falta decir que esta institución ha sido objeto de intensas defensas por parte de este controvertido sector político. No obstante, según las revelaciones del programa de Willax, la trama es considerablemente más intrincada de lo que aparentaba ser en una simple campaña de apoyo virtual.
El intermediario
En el epicentro de este oscuro asunto figura un nombre que resuena ampliamente en los círculos mediáticos: Ricardo Sifuentes Quintana, analista político y hermano del conocido periodista youtuber Marco Sifuentes, presentador de "La Encerrona". Parece ser que él desempeñó el papel de nexo entre la institución gubernamental y estos influyentes personajes de las redes sociales.
De acuerdo a informes previamente no divulgados, presentados por Ricardo Sifuentes en septiembre de 2016, la SUNEDU, en medio de una crisis de confianza y de retos legislativos que amenazaban su supervivencia, optó por tomar medidas extraordinarias. La oficina de comunicaciones, liderada por Vanessa de los Ríos de Sousa Peixoto, decidió contratar los servicios de análisis de comunicación política proporcionados por Sifuentes.
Ricardo Sifuentes habría captado a influencers
Los seleccionados
En ese período, la SUNEDU estaba enfrentando una oposición feroz tanto a nivel político como social debido a la ley universitaria y a las reformas en la educación superior. Sifuentes, al parecer, había concebido un plan estratégico: "Contar con voceros e interlocutores que aboguen a nuestro favor", según sugieren los informes filtrados. Esto incluía a populares youtubers y otros personajes destacados en las plataformas digitales.
La lista tentativa de individuos a contactar es verdaderamente notable, abarcando figuras como MoxWDF, Whatdachic, el canal de Charlie Parra, NotepiquesTV, Andynsane, Franda, Ariana Bolo, Johann y Kevo, Curwen, Habitación de Henry Spencer, el Cacash y el Cholo Mena. En el mundo virtual, muchos de estos nombres son sinónimos de diversión y entretenimiento, pero ¿a qué costo?
Los informes sugieren que algunos de estos youtubers comenzaron a expresar opiniones favorables sobre la SUNEDU en sus canales y redes sociales.
"El principal impulsor de la transformación de la SUNEDU en una Asamblea Nacional de Rectores es Esdras Medina del partido cerronista Renovación Medieval. Él confirmó que el edificio representante de las universidades con licencia denegada se reunió en 145 ocasiones con los representantes del pueblo y sus asesores", afirmó "el Cacash" en uno de sus videos.
Cuestionable defensa mediática a SUNEDU
"El Congreso aprobó en segunda votación una ley que supuestamente restauraba la autonomía de las universidades, pero la verdad es que han debilitado a la SUNEDU y han permitido que las universidades hagan lo que quieran con sus estudiantes. Como veremos más adelante, esto no habría sido posible sin los votos de Fuerza Popular y Perú Libre", declaró Curwen en otro de sus videos, siempre intentando establecer vínculos con sus contrincantes políticos.
Nada es gratuito
La interrogante inevitable que surge es si estas opiniones se expresaron de manera auténtica o si hubo una compensación económica involucrada.
En medio de este enigma de influencia y dinero, emerge un detalle crucial: Ricardo Sifuentes firmó un acuerdo de confidencialidad que suscita interrogantes aún más intrigantes. Según el contrato, el pacto de no divulgación seguiría vigente durante cinco años después de la finalización de su contrato con la entidad. ¿Qué información tan valiosa habría proporcionado Sifuentes que justificara semejante nivel de confidencialidad?
Cuando el programa contactó a Sifuentes para comentar sobre estas acusaciones, él respondió a través de WhatsApp: "Es completamente natural conversar con personas que defiendan una causa justa, como lo era la reforma universitaria". No obstante, las sombras de la opacidad se ciernen sobre este asunto, ya que las millonarias contrataciones realizadas por la SUNEDU a supuestos proveedores sin las credenciales adecuadas parecen estar en el centro de un escándalo que apenas comienza a develarse.
La pregunta de si estos influyentes hablaban por convicción o por retribución económica seguirá siendo objeto de debate. Lo que resulta innegable es que la trama que rodea a la SUNEDU y sus relaciones con figuras públicas en línea ha arrojado luz sobre los intrincados entretelones de la política y la comunicación en la era digital. Después de todo, influenciar la opinión de los jóvenes se revela como una herramienta de considerable utilidad en términos de la defensa de posturas políticas.