La repentina partida de Hernando 'Nano' Guerra-García Campos, destacado congresista peruano y primer vicepresidente del Congreso de la República, ha sacudido la política peruana. Su fallecimiento a los 60 años, ocurrido en la madrugada del 29 de septiembre en la región Arequipa, deja un vacío en la arena política de Perú y pone fin a una trayectoria notable que abarcó tanto la política como el emprendimiento.
Guerra-García se encontraba en Arequipa para participar en la Convención de PERUMIN, un evento de gran importancia en el ámbito minero, cuando sucedió la tragedia. Según el informe del Mayor PNP Marco Campos Urbina, jefe de Seguridad del Estado de Arequipa, el congresista sufrió una descompensación mientras compartía momentos con amigos en el distrito Punta de Bombón, provincia de Islay. Fue trasladado de inmediato a la posta médica local, pero lamentablemente no estaba en funcionamiento. Reportes indican que dicho centro de salud solamente funcionaba siete horas al día. La falta de personal médico en la zona llevó al posterior traslado de su cuerpo al hospital Manuel Torres Muñoz a la ciudad de Mollendo, donde llegó sin signos vitales.
El exministro del Interior y actual columnista de El Reporte, Fernando Rospigliosi, reemplazará a Guerra en el Congreso.
Una carrera extensa
La historia política de Guerra-García estuvo marcada por su capacidad de adaptación y compromiso. Desde temprana edad, mostró interés en la política, iniciando su participación en el Partido Socialista Revolucionario en 1990, cuando postuló al Congreso junto al exalcalde de Lima, Alfonso Barrantes, el recordado ‘Frejolito’. A pesar de no lograr la elección en ese momento, esta experiencia marcó el inicio de una carrera que lo llevaría a explorar diversas opciones y partidos a lo largo de los años.
En 2010, se unió al partido Fuerza Social y participó en la campaña de la exalcaldesa de Lima, Susana Villarán. En esa misma contienda, se postuló como precandidato a la Presidencia por ese partido, aunque finalmente decidió renunciar a la agrupación. Sus intentos de llegar a la presidencia lo llevaron a coquetear con otros partidos, como el Partido Humanista Peruano en 2016, y Solidaridad Nacional, aunque retiró su candidatura en ambas ocasiones.
Fue en el año 2020 cuando Nano Guerra-García decidió dejar de lado sus aspiraciones presidenciales y dar un cambio en su postura ideológica, por lo que más adelante lideró la lista de Fuerza Popular para Lima en las elecciones congresales de 2021, obteniendo un escaño como uno de los congresistas más votados.
Nano Guerra-García fue uno de los cuadros más importantes de su bancada.
Durante su época como parlamentario se distinguió por su tenacidad y fuerte oposición al gobierno de Pedro Castillo. Además, su empeñosa labor fue destacada por congresistas afines, así como también opositores.
De hecho, en un reciente informe presentado por el diario El Comercio, mostró que el congresista salió como el más laborioso en la presentación técnica de proyectos.
Uno de los puntos más controversiales y criticados en su contra fue la integración de una fórmula a la mesa directiva junto con Waldemar Cerrón de Perú Libre. El argumento principal era la incoherencia sujeta a esta alianza tras haber sido enérgicos opositores al partido del lápiz.
No obstante, parlamentarios y políticos contrarios a su postura política resaltaron que siempre estuvo abierto al diálogo con el resto de las bancadas.
Legado en el mundo del emprendimiento
Antes de su incursión en la política, Nano Guerra-García dejó una huella significativa en el mundo del emprendimiento y los negocios. Ganó reconocimiento a nivel nacional por su programa de televisión "Somos Empresa", que se lanzó en 2004 y recibió el Premio de la Asociación Nacional de Anunciantes (ANDA) en 2008. Su habilidad para inspirar y motivar a emprendedores peruanos lo convirtió en un referente en este ámbito.
Su profundo interés por la comunicación y la retórica quedó patente en diversos aspectos de su vida. Durante su etapa como subdirector en el diario El Peruano, entre 1990 y 1994, creó una sección titulada "Los perfiles del carajo," en un guiño a la obra "Perfiles de coraje" de John F. Kennedy. Además, plasmó su pasión por el emprendimiento en libros que llevaban nombres como "Los secretos del carajo" y "Emprende, carajo".
Este enfoque decidido y apasionado también se reflejó en su campaña presidencial con Solidaridad Nacional, donde aplicó el mismo rasero crítico a todos los políticos, manteniendo la coherencia en su estilo.
Sin embargo, uno de los momentos más controversiales de su carrera mediática fue su famoso spot del "carajo", donde utilizó un lenguaje enérgico para referirse a varios políticos peruanos de alto perfil.
“Vamos a decirle a esos políticos, con mucho respeto, que se vayan al carajo”, resalta su spot televisivo, al mismo tiempo que presentaba la imagen de Alan García, César Acuña, Alejandro Toledo, Daniel Urresti, Pedro Pablo Kuczynski, Susana Villarán y hasta Keiko Fujimori, quien posteriormente lo acogería en su partido.
Nano Guerra-García mandando a los políticos “al carajo”.
El legado de Nano Guerra-García perdurará en la memoria de aquellos que lo conocieron como un político apasionado y un emprendedor visionario. Su vida estuvo marcada por la persistencia, la pasión política y la dedicación al fomento del espíritu empresarial en el Perú.
Su repentina partida deja un vacío en la política peruana y en el corazón de aquellos que lo conocieron. No obstante, es pertinente destacar la alarmante situación sanitaria del país, pues de contar con centros médicos adecuadamente implementados y con el personal médico necesario, se podría haber hecho mucho más por él. Lamentablemente, es la realidad de muchos peruanos y una problemática que requiera ayuda urgente.
Nano Guerra-García deja atrás a su familia y amigos, quienes lo recordarán como una figura enérgica y apasionada que dejó una profunda huella en la política y el mundo empresarial del país. Su legado, un testimonio de perseverancia y pasión, perdurará a lo largo de los años. (Marcelo Rosales)