Los ataques ejecutados por Hamás contra Israel por aire, mar y tierra el último sábado ya se han cobrado al menos mil muertos y casi tres mil heridos.
La incursión sorpresa de los terroristas de Hamás, en el marco de una guerra de baja intensidad que lleva ya casi dos décadas de duración, ha estado plagada de crímenes contra ciudadanos civiles, incluyendo una masacre perpetrada en una fiesta de electrónica a unos kilómetros de la frontera y la aniquilación de pequeños pueblos o kibutz aledaños, incluyendo el asesinato de familias enteras (bebés también) y violaciones de mujeres.
Asimismo, teniendo en cuenta los tiempos en los que vivimos, ha sobrado en las redes material audiovisual, alguno más explícito que otro, para retratar la crudeza y la brutalidad de estos cobardes ataques.
Durante el fin de semana empecé a toparme con todo tipo de comentarios, tweets y columnas justificando los ataques de Hamás con una serie de falacias que busco, en esta breve columna, desmentir. Muchos de ellos provenientes de personajes recalcitrantes de la izquierda progresista y la extrema izquierda, pero algunos provenientes también de especímenes de la derecha alternativa.
Vamos con el primer mito:
“El pueblo palestino tiene derecho a luchar por su libertad”
En primer lugar, “el pueblo palestino” no es Hamás. Esta es una organización política, nacional-islámica-suní, que cuenta con una ideología plasmada en una carta fundacional, una estructura jerárquica y un brazo paramilitar, este último encargado de las operaciones terroristas contra la población civil. Si bien Hamás gobierna de facto sobre la Franja de Gaza, no gobierna sobre Cisjordania, donde viven mas de 3 millones de palestinos, 1 millón más de los que viven en Gaza.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que la población palestina no es exclusivamente de musulmanes sunís, sino también tiene una gran minoría de cristianos (alrededor de un 10%). Así, incluso si Hamás fuera el gobierno oficial de toda Palestina, ¿tendría sentido decir “el pueblo palestino” es esta organización radical de musulmán-suní?
Descartada la identidad entre la organización terrorista Hamás y el pueblo palestino, vamos con el siguiente mito:
“El pueblo de Israel se lo merece por el daño que hacen contra Palestina”
Nuevamente, un mito que confunde la identidad de una organización política, en este caso, el Estado de Israel, con la de ciudadanos civiles que poco o nada tuvieron que ver con las decisiones directas y objetivas que pudieron llevar a cometer cualquier acto militar.
Sin perjuicio de todos los excesos y horrores que puedan ser responsabilidad del Estado de Israel contra el pueblo palestino durante o incluso antes de la presente guerra, absolutamente nada justifica atacar a la población civil israelí.
Las decisiones militares y políticas por regla general son tomadas por un puñado de personas, especialmente en un país que vive casi permanentemente en guerra desde que existe, como lo es Israel.
Sin ánimo de extenderme mucho, de más está decir que condeno absolutamente estos ataques y que espero que esta guerra no escale más. Lamentablemente, la solución al conflicto se ve como siempre, lejana.