Ricardo Morán le dice adiós a la madre. Pero no a su madre si no a la figura de la madre que tanto desprecia. “[Las madres] son una especie de imposición que se le hace a los niños. Si nunca nadie les habla de una mamá, nunca preguntan por ella”, dijo en 2022. Esta semana el TC falló a su favor y ordeno al Reniec inscribir a sus hijos. Las feministas van a celebrar que ahora las mujeres se convertirán en objetos reproductores. Ya impiden la celebración del día de la madre so pretexto de que hay niños sin madre. La igualdad hacia abajo: mientras uno no pueda, nadie puede. Además, ¿qué hay de malo en que un niño recuerde a su madre fallecida? Más trauma le causan en pretender que olvide su existencia. Morán es una imposición que se la hace a la sociedad.
La economía cerrará su peor año después de 25 años. Los años de bonanza y de crecimiento se quedaron atrás. Gracias, Humala, por ensanchar el Estado para enquistar a un banco de rémoras en el sector público y normalizar que la función del aparato estatal es crear puestos de trabajo. Gracias a los presidentes caviares que le siguieron por continuar con la tradición y por permitir que entrara al país cualquier extranjero, sin filtro alguno, en nombre de la justicia social y el buenismo progre. Ahora hay granadas en discotecas y la culpa es del fujiaprismo, ¿no? Siguen, además, las protestas contra el Ejecutivo y el Congreso. Ambos con altísima desaprobación porque así lo ordenan dos youtubers sin fuentes ni guion. ¡Nuevas elecciones para una mayor representación caviar!
Dina Boluarte ama ser presidente, pero no sabe ser presidente. Tuvo la oportunidad de quedar como heroína y mandar el avión a Tel Aviv para traer a los connacionales de vuelta a suelo peruano, sanos y salvos y lejos del conflicto en el Medio Oriente. Pero no. Cuando los países vecinos ya habían enviado sus aeronaves, el Perú estaba evaluando la evaluación de evaluar cómo regresar a los peruanos. En política hay que buscar baños de popularidad para congraciarse con la población. La presidente prefirió ir a Alemania y al Vaticano, primero para conversar con alcaldes y con el presidente de Alemania a quien no lo conoce nadie porque es el canciller Olaf Scholz el jefe de gobierno y luego porque quería su foto con el papa, quien tampoco es el mejor sumo pontífice con quién tomarse fotos.
La Fiscal de la Nación que persiguió a Pedro Castillo está siendo investigada y hostigada por los remanentes de la caviarada en el poder, pero ¡cómo se presta para ser cuestionada! Habría pagado con dinero de los peruanos chocolates, almohadas y demás gastos frívolos que deberían correr por cuenta propia, durante sus varios viajes al extranjero. Pero tampoco caigamos al extremo de Hildebrandt que cuestiona que la Fiscal Benavides gaste S/800 por noche en un hotel. Esta presunción de que el alto funcionario público debe vivir humildemente es el comunismo aplicado a la función pública. ¿Dónde debió hospedarse la Fiscal? ¿En un hostel compartiendo cuarto con 7 estudiantes de intercambio y un baño por piso?
En fin, el martes hay partido. Ojalá que la selección nos dé una alegría, aunque momentánea, pero eufórica. ¡Que vuelva Gareca!