OpiniónViernes, 27 de octubre de 2023
Epidemia de violencia, por Juan Carlos Lynch
Juan Carlos Lynch
Comunicador y redactor

El día de ayer, miércoles 25 de octubre, se registró un nuevo tiroteo en Estados Unidos. Este se presenta como el más mortífero del año. Robert Card, militar en la reserva e instructor de tiro de 40 años, asesinó a 18 personas y causó 13 heridos, según dijo en rueda de prensa la gobernadora de Maine, Janet Mills.

Un informe de la Gun Violence Archive, organización centinela de la violencia armada en Estados Unidos, comenta que este tiroteo masivo es el número 565 en lo que va de año y el más mortífero de todos ellos. La cuenta arroja un resultado de casi dos tiroteos masivos por día en 2023. Solo esta semana, se han registrado tres antes del de Lewiston, con tres muertos en total en sucesos ocurridos en Illinois, Colorado y Carolina del Norte.

-Compra violencia-

En Estados Unidos, la fabricación de armas de fuego está en creciente aumento y esta variable parece ser una condicionante frente a los sucesos de violencia que vive este país. Por ejemplo, en el año 2018, los fabricantes de armas produjeron 9 millones de armas de fuego, más del doble de la cantidad fabricada en 2008, según la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF).

Significativa estadística si revisamos que, en el 2019, el número de muertes en Estados Unidos por violencia con armas de fuego fue de aproximadamente 4 por cada 100.000 habitantes. Eso es 18 veces la tasa promedio de otros países desarrollados.

Por asombroso que parezca, es más fácil comprar un rifle que un antibiótico, en un país donde hay al menos 283 millones de armas de fuego, entre una población de 300 millones. Esto trae como resultado que se produzcan más muertes por violencia armada que en cualquier otro país desarrollado per cápita.

-Libertad sin responsabilidad-

Para el país norteamericano el porte de armas es parte de su cultura, es parte de su tradición que dice que cada uno debe defenderse por sí mismo y que el gobierno es una amenaza a la libertad individual. La peculiaridad es que el estadounidense encuentra su identidad en su libertad, más no es la confianza de su gobierno. Es en sí, su propio monarca. Pero las libertades sin responsabilidades anulan el contrato social y como reflexionada Thomas Hobbes, fundador del pensamiento político moderno, el egoísmo y sentido de subsistencia del ser humano, derivan en un caos y decadencia de violencia. Es por ello que se requiere un ente regulador un poder soberano que traiga consigo un orden social.

El hombre americano para vivir un hedonismo filosófico, sin restricciones, permisible en todo sentido, porque la libertad, presuponen ellos, es tener y poseer todo. Pero en un estado-nación, el hombre puede actuar en libertad, pero bajo normas de bien común. Mientras no haya una ley y regulación clara en la obtención de armas, no habrá moral. Y todo será permitido.

Casi un tercio de los adultos de EE.UU. cree que habría menos delitos si más personas tuvieran armas, según una encuesta de Pew de abril de 2021. Sin embargo, múltiples estudios demuestran que en los lugares en que la gente tiene fácil acceso a las armas de fuego, las muertes relacionadas con ellas tienden a ser más frecuentes, incluso por suicidio, homicidio y lesiones no intencionadas.

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