OpiniónDomingo, 29 de octubre de 2023
En otras partes, por Pancho de Piérola

Hablaré de cosas que suceden en EE. UU., porque a veces la política peruana cansa. No me provoca hablar del acercamiento de Porky a Tinelli, ni de los ciclistas, ni (una vez más) del estado de emergencia, ni de los caviares inmorales (valga la redundancia), ni de Dina Boluarte, ni del Congreso.

Mike Pence, otrora vicepresidente de Donald Trump, ha dado un paso al costado en su campaña electoral. No empezó con el pie derecho y el resto de los republicanos parecen estar buscando quién acompañará a DJT en las próximas elecciones. "Vine aquí para decir que me ha quedado claro que este no es mi momento", dijo Pence. “Así que, después de mucha oración y deliberación, he decidido suspender mi campaña para la presidencia a partir de hoy”.

Pence fue vicepresidente durante cuatro años bajo la presidencia de Donald Trump. Ambos se presentaron juntos en 2020 en busca de un segundo mandato, pero el ahora presidente Joe Biden los derrotó. Aunque Mike Pence ha hablado de manera positiva sobre los logros del gobierno de Trump, ha estado en desacuerdo con éste por los esfuerzos para impugnar los resultados de las elecciones de 2020.

Trump y Pence optaron por no presentarse juntos de cara al 2024. Hasta ahora, el expresidente es el claro favorito, con aproximadamente un 56.9% en las encuestas nacionales, por encima del resto de los candidatos.

Por otro lado, en las primarias del partido Demócrata, el líder es el actual presidente Joe Biden. ¿Cómo es esto posible? Es la pregunta del millón. En febrero, la mayoría de los demócratas decían “no gracias”, pero ahora Biden goza de la mayoría de apoyo de su partido. Tal vez sea la falta de un sólido contrincante, más aún con la salida de Robert Kennedy, hijo y sobrino de los asesinados Kennedy.

Desde la llegada del sistema moderno de elecciones primarias en 1972, un presidente en ejercicio nunca ha sido derrotado por un rival en las primarias, aunque todos los presidentes que enfrentaron un fuerte desafío en las primarias fueron derrotados en las elecciones generales. Tal vez por eso el susodicho Kennedy ha preferido participar como independiente. No es mala idea.

Una reciente encuesta nacional muestra que el actual presidente cuenta con un 54.2% de desaprobación y un 39.9% de aprobación, cifras prácticamente opuestas a enero de 2021. En este caso sí se puede hablar de una permanente incapacidad mental. El pobre señor está siendo usado por una cúpula de su partido para que siga en carrera a pesar de que ya no da más. Lamentablemente, si su salud sigue deteriorándose, pasará a los anales de la historia con la fotografía final y su larga trayectoria como senador quedará opacada.

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