OpiniónLunes, 30 de octubre de 2023
LOS NIKKEIS: Una comunidad sin privilegios, por Naomi Teruya
Naomi Teruya
Comunicadora

A diferencia de muchas minorías que piden privilegios, como financiamientos económicos, para caprichos que suelen llamar “inclusividad”, los japoneses y sus descendientes que llegaron al Perú, a pesar de las grandes dificultades, nunca se victimizaron y lograron forjar una amistad con el resto del país desde el respeto y la laboriosidad.

A principios del siglo XX, con la llegada de los primeros inmigrantes japoneses al país, en 1899, se produjo la primera ola significativa. Reemplazaron a los trabajadores chinos para trabajar en plantaciones de caña de azúcar y algodón en la costa norte del Perú.

En las décadas de 1920 y 1930, hubo una segunda ola de inmigrantes japoneses que buscaban una vida mejor y mejores oportunidades económicas. De hecho, muchas empresas en Japón publicaban carteles con el lema cumple tus sueños en América del Sur, invitando así a que familias enteras viajen a países como Perú, prometiéndoles una mejor calidad de vida que en el Japón pobre de esa época no podían lograr. Estos inmigrantes desarrollaron la agricultura y la pesca en Perú y establecieron colonias japonesas en áreas como Trujillo.

En la década de 1940, la Segunda Guerra Mundial tuvo un impacto en la migración japonesa, ya que las relaciones entre Perú y Japón se tensaron debido a la implicación de Japón en la guerra. Muchos japoneses en Perú sufrieron discriminación y persecución, incluso algunos fueron enviados a campos de concentración en los Estados Unidos. Después de la guerra, se hizo un gran trabajo en volver a forjar lazos de amistad entre ambos países; entre las formalidades, en el 2011, Alan García, como presidente en ese momento, pidió perdón a Japón por la persecución a japoneses en territorio peruano.

Sin embargo, no todo ha sido calamidades, los japoneses y sus descendientes, a pesar de ser una minoría racial en el país, han aportado logros y desarrollo importante. Pocos conocen sobre el tanomoshi, sistema solidario que la comunidad japonesa implemento para crecer económicamente. Básicamente, era un monto de dinero que un grupo de nikkeis establecía, donde periódicamente a cada uno se le otorgaba el monto total para que invierta en un negocio o pueda cubrir alguna urgencia, un sistema voluntario, cooperativo y colectivo que buscaba que los miembros de la comunidad crezcan, sin depender del Estado, ni de organizaciones humanitarias, muchos menos usando el victimismo para ganar dinero.

Sin duda alguna, la comunidad nikkei se ha diferenciado por la ética de trabajo y de respeto que han preservado. La mayoría nunca se ha dejado engañar por las ideas de izquierda, más bien, con esfuerzo y meritocracia, han logrado alcanzar los mejores puestos en las empresas y a forjar trabajo y emprendimientos ¡wasshoi!

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