Las calles de Lima se hallan bajo la ominosa sombra de una creciente ola de violencia, una marea de crímenes que arrastra a la ciudad hacia un abismo de inseguridad sin precedentes. El día a día cada vez es más cruel, y los horrores cotidianos desafían la razón y el entendimiento.
Descontrol
En el distrito de Miraflores ocurrió posiblemente el caso más sonado de los últimos días. La tranquila intersección de las calles Dos de Mayo y Coronel Inclán se convirtió en el escenario de un inquietante y trágico episodio el martes por la tarde, cuando un tiroteo en el restaurante Panchita dejó aRosa de Jesús Benavides Torres, de 32 años, y Felipe O'neill Pérez, de 41,dos empleados de la empresa Niubiz sin vida.
La investigación, por su parte, está en manos del Departamento de Investigación Criminal (Depincri) de San Isidro-Miraflores. Las cámaras de seguridad del restaurante Panchita podrían ser las claves para resolver este crimen. Las hipótesis sobre lo que pudo haber sucedido se multiplican a medida que avanzan las investigaciones. Según la versión preliminar de la policía, tanto Benavides Torres como O'neill Pérez estaban dentro del restaurante Panchita en compañía de una tercera persona, presumiblemente una mujer. Alrededor de las 3:30 de la tarde, Felipe O'neill sacó un arma y abrió fuego, con consecuencias fatales para Benavides Torres, que perdió la vida en el interior del local.
Después del trágico tiroteo, O'neill Pérez abandonó el restaurante y se dirigió a su automóvil, estacionado frente al local. Dentro del Mercedes Benz blanco, de placa ALS-130, se disparó, poniendo fin a su propia vida. Las autoridades, al llegar a la escena, se vieron obligadas a romper la luna del vehículo para recuperar su cuerpo.
Violencia desmedida
En el mismo distrito, el bar Molly's, ubicado en la calle Berlín, también sería testigo de una balacera salvaje. Las cámaras de seguridad revelaron una escena aterradora: un hombre, acusando a su víctima de una presunta estafa durante una partida de billar, sacó un arma de fuego y disparó sin piedad. El repiqueteo de los disparos cortó el aire, mientras dos mujeres presenciaban horrorizadas el tiroteo. Las balas encontraron su blanco, hiriendo gravemente al hombre, quien logró escapar por sus propios medios para refugiarse en la comisaría de Miraflores. La policía y los serenos acudieron al lugar, encontrando siete casquillos de bala como vestigio del violento episodio.
Mientras tanto, en el distrito de Huaycán, una fiesta clandestina se convirtió en el escenario de un acto de violencia atroz. Dos sicarios a bordo de una motocicleta se abalanzaron sobre los asistentes, disparando a quemarropa. La sangre se derramó en medio de la música y el jolgorio. Tres vidas se apagaron, y el rastro de sangre en las calles habla de un ajuste de cuentas. Las autoridades presumen que la disputa mortal se originó en un enfrentamiento anterior, con vínculos a la extorsión, el cobro de cupos y el comercio ilícito de drogas.
En San Martín de Porres, un vecindario que alguna vez fue tranquilo, un ciudadano argentino encontró un final trágico. Un hombre de 32 años, conocido cariñosamente como Eithan, fue asesinado a sangre fría de siete disparos en la madrugada. Las cámaras de seguridad capturaron el momento en que caminaba junto a dos individuos, uno de ellos ocultando su rostro detrás de una máscara. En un instante, la vida de Eithan se desvaneció en la oscuridad. Las autoridades, desconcertadas por el móvil del asesinato, investigan una posible venganza, ya que nada fue robado en el ataque. Eithan, un ciudadano argentino que enviaba dinero a sus tres hijos en su tierra natal, encontró un final trágico lejos de su hogar.
Amenazas
Mientras esta pesadilla de inseguridad y extorsión envuelve a Lima, en las redes sociales han surgido videos perturbadores, supuestamente vinculados a la banda criminal 'Los Gallegos', que han circulado viralmente en cuestión de horas. Estos videos parecen ser una respuesta directa a la marcha organizada por los peruanos en El Agustino el martes anterior, donde expresaban su cansancio y hartazgo por las extorsiones.
En los clips, más de diez individuos encapuchados, fuertemente armados con rifles de largo alcance, hacen un escalofriante pronunciamiento dirigido a los mototaxistas peruanos. Se sospecha que esta banda está compuesta en su mayoría por ciudadanos venezolanos y han proferido amenazas de muerte contra los mototaxistas del distrito de La Victoria. Para demostrar su presencia en Lima, muestran la portada de un periódico de circulación nacional del 1 de noviembre.
La ciudad de Lima, que una vez brilló con su encanto y su historia, está ahora marcada por un rastro de crímenes. La violencia crece como un monstruo insaciable, amenazando con tragarse a una ciudad que busca respuestas en medio de la oscuridad. Los ciudadanos de Lima, atormentados por la creciente ola de violencia, anhelan un respiro en medio de esta tormenta implacable. ¿Qué harán las autoridades? Sin una respuesta clara y contundente, esta guerra está perdida.