El Perú se encuentra en recesión. ¿Por qué hemos llegado a este punto? ¿Qué ha sucedido para que hayamos dejado de crecer? ¿Cómo saldremos ahora de esta situación? La respuesta ciertamente no es una sola. Como siempre, el problema es multicausal. Aunque sin duda hay algunos problemas que tienen más peso y han terminado de erosionar el “modelo peruano”.
La inestabilidad política es una de las principales causas de la situación a la que hemos llegado. El hecho de no tener instituciones sólidas y que puedan perdurar en el tiempo de manera armoniosa han generado un clima de incertidumbre total. Por ejemplo, durante el gobierno de Castillo se cambiaban de manera constante a ministros de distintas carteras y, por tanto, a todos los directores y burócratas que dependen de estos. Esta situación es grave, pues el cambio permanente de autoridades implica que también habrá un cambio permanente de normativas. Esto a su vez genera que las empresas en el sector privado no tengan ninguna estabilidad para llevar a cabo grandes proyectos, mucho menos proyectos público-privados de gran envergadura. Sumado al hecho de que en el Perú los cargos en los ministerios son elegidos por confianza, entonces nada garantiza de que serán los mejores burócratas los que estén en el gobierno.
Es fundamental realizar una reforma en dónde se establezcan requisitos para acceder a cargos directivos dentro de los ministerios. En Chile, por ejemplo, se realiza un examen cada 8 años en dónde se renuevan los directores y en general el aparato burocrático que conforma los ministerios. De esta manera, se evitan dos cosas: primero, que haya un cambio constante y una alta rotación de funcionarios; en segundo lugar, que sean los mejor preparados los que accederán a los cargos. Predictibilidad y eficiencia, consecuencias positivas que trae este modelo.
El caso español funciona a través de la modalidad de Oposiciones. Estos son exámenes en donde profesionales postulan para acceder a cargos públicos de distintos rangos. Es un examen sumamente competitivo que requiere gran preparación y el cargo al que se accede muchas veces es vitalicio. Esto último puede ser cuestionable, pero ciertamente la modalidad para acceder a los cargos públicos es sumamente eficiente.
En el Perú deberíamos comenzar a discutir la idea de aplicar esta reforma. Tenemos que sacar lecciones de la crisis política que estamos pasando y empezar a discutir ideas para cambiar la institucionalidad frágil que tenemos. Al margen de las ideologías, hay una serie de reformas que objetivamente han funcionado en distintos países y distintos contextos, por ello todos deberíamos estar de acuerdo en aplicarlas.
Es clave que los mejores y más especializados técnicos manejen el Estado. Por supuesto otra reforma, aunque impopular, es que se deberían subir los sueldos en distintos cargos directivos en los ministerios. Es importante que los mejores tengan mayores sueldos que los que se pagan actualmente. De esa manera el incentivo para que quieran postular y trabajar en el Estado será mayor.
Es fundamental que el buen diseño del modelo económico esté respaldado por un buen diseño y desarrollo de las instituciones públicas. Por ello debemos empezar a discutir cómo mejorar la estabilidad de estas y así sacar adelante con profesionalismo los grandes proyectos que el país necesito para crecer y retomar el rumbo. Como bien dijo Platón, debemos buscar el gobierno de los mejores, entonces construyamos institucionalidad para que los mejores sean los que gobiernen.