PortadaLunes, 13 de noviembre de 2023
El debate final

Este domingo, el libertario Javier Milei de La Libertad Avanza y el peronista Sergio Massa de Unión por la Patria se enfrentaron en el último debate presidencial antes del balotaje a realizarse el domingo 19 de noviembre en Argentina. Los ejes temáticos de este debate fueron Economía, Relaciones de Argentina con el mundo, Economía, Educación y salud, Producción y Trabajo, Seguridad y Derechos humanos y convivencia democrática.

En este cruce de ideas, Massa afinó sus dotes de mentiroso y arrinconó a Milei en un inicio, a pesar de que más adelante el libertario pudo remontar la situación y exponerlo como tal.

Por sí o por no

El debate inició fuerte. Luego de breves presentaciones protocolares y unos segundos propositivos en el primer bloque por ambas partes, el peronista Massa empleó una jugada ingeniosa pero algo rastrera: olvidarse de su speech y concentrarse en su rival.

Es así que inició a enumerar sus interrogantes a Milei. “Por sí o por no” fue la frase que antecedió a los cuestionamientos de Massa, algunos de estos valiéndose de frases sacadas fuera de contexto. “Dijiste en el programa de Feinmann que vas a eliminar los subsidios. ¿Los eliminarás sí o no? ¿Vas a privatizar Vaca Muerta? ¿Vas a dolarizar la economía? ¿Vas a privatizar ríos y mares? ¿Vas a eliminar el Banco Central?”.

Estas preguntas tenían dos propósitos concretos y muy poderosos en lo que a debates se refiere. En primer lugar, sobrecargar a Milei de información, para así atolondrarlo, arrinconarlo y ponerlo en una posición incómoda para emplear su tiempo defendiéndose en lugar de presentar sus ideas. El otro propósito, propio de un político de larga data, fue hacer que Milei debata consigo mismo y provocarlo hasta que muestre su carácter volátil y descontrolado tan característico.

Y, aunque Milei inició su descargo diciendo de manera ingeniosa “tú no me vas a condicionar si te contesto sí o no” y tildando a Massa de mentiroso, acabó cayendo en la triquiñuela del peronista, pues empleó un porcentaje importante de su tiempo esclareciendo estos cuestionamientos, los cuales fueron enajenados por la campaña del miedo de Massa y su maquinaria. Y si bien, Milei contestó de manera contundente las infamias de su rival, no se mostró del todo convincente.

Una vez agotó su tiempo, Massa tuvo dos minutos, lo suficiente para explayarse sin recibir réplica alguna en ese bloque. Fue además en este bloque donde el peronista inició una estrategia lúdica presente en todo el debate. Luego de cada ‘contradicción’ que exponía de su contrincante, invitaba al público a “buscarlo en Google”.

Frenesí ofensivo

Massa se encontraba en su momentum, sabía que su estrategia había calado y, ayudado por la jugarreta sucia de su equipo de asesores que buscaron información para desprestigiar a Milei, estaba bastante cómodo. Entre las ofensivas del peronista, destacó la acusación tendenciosa a la familia del libertario de tener propiedades en Estados Unidos y la revelación de que este trabajó en el Banco Central de su país. El último señalamiento fue esclarecido por Milei, quien minimizó la ofensiva mientras que reveló que trabajó en la entidad como pasante mientras culminaba sus estudios universitarios.

Incluso, cuando Milei lo acusó de ser ladrón, Massa lo invitó a denunciarlo ante un juzgado.

La respuesta de Milei fue contundente y alturada, logró de manera elegante controlar su ímpetu y sus argumentos fueron sólidos, con el respaldo de datos y además valiéndose de que si Massa quisiera hacer algún ajuste o mejora, podría hacerlo desde ahora que es ministro de Economía. Pero no se mostraba tan convincente como su rival, aunque logró amenizar el evento con algunas ‘chicaneadas’. De hecho, esta vez sus argumentos económicos, densos para la gente ajena a dicha materia, le jugaron en contra.

Luego de este acalorado inicio, el debate tuvo su primer descanso. Era tiempo de afinar las estrategias.

Break

En el entremés de la contienda, un análisis del diario La Nación de Argentina señaló, de manera muy acertada, que las formas de la respuesta son más importantes que la respuesta per se.

Después de la frenética y acalorada primera parte, era hora de buscar una salida a la altura. La casta no perdona, menos en narrativas. Un poco de agua y de vuelta al combate.

Un mentiroso de carrera

El break le vino de maravilla a Milei, quien retornó de manera enérgica y con la confianza restablecida. En los siguientes ejes temáticos, el cruce de ideas mantuvo su intensidad pero cada vez más el libertario se impuso sobre su rival.

Entendiendo que estaba frente a un gran declarante, que era capaz de sonar convincente a pesar de propalar mentiras, Milei aprovechó para ‘chicanear’ al respecto. “Si un mentiroso dice que alguien es un mentiroso, ese que está siendo acusado es el que dice la verdad. Porque si vos fueras Pinocho, ya me hubieras lastimado el ojo”, dijo de forma astuta.

Razones no le faltaron. Por ejemplo, en algún momento, Sergio Massa dijo que no tenía amigos empresarios, frase que mereció una carcajada por parte del público; pues como se recuerda, el fenecido presidente Néstor Kirchner lo eligió como Jefe de Gabinete porque decía que una de sus mejores virtudes era tener “amigos con plata".

¿Y quiénes son? Diego Genoud, el periodista que escribió Massa: la biografía no autorizada, hace referencia a algunos de sus amigos empresarios, entre los que se encuentran Marcelo Mindlin, Enrique Esquenazzi, Daniel Hadad (dueño y fundador del medio Infobae), José Luis Manzano, entre otros.

En este sector, el fuerte de Milei fue la honestidad. De hecho, un fact checking realizado por CNN, analizó cinco frases del libertario, siendo dos de ellas verdad y tres inexactas. Lo interesante de las afirmaciones engañosas es que Milei fue optimista con los números. Por ejemplo, dijo que solamente el 16% de los jóvenes terminan secundaria en tiempo y forma, cuando en realidad solo lo hace el 13%.

Momentos finales

Ya hacia el final del debate, los otros ejes temáticos se realizaron sin muchas novedades. Pero quedó en evidencia por ejemplo, que el fuerte de Milei es la economía, ya que cuando se discutió el tema de seguridad, le cedió la palabra a Massa durante su tiempo, mostrando cierto desdén en el tema. A esto se le puede sumar que no sabía lo que era el GDE(Sistema de Gestión Documental Electrónica), lo cual lo desencajó por unos segundos.

Para acabar, el candidato de La Libertad Avanza fue contundente y honesto. "Te pido que cuando vayas a votar, lo hagas sin miedo, porque el miedo paraliza, y si te paralizás beneficios al status quo que nos empobrece”, finalizó.

Una vez acabado el debate, el público, que bajo las reglas debía permanecer en silencio, empezó a corear “La casta tiene miedo” en respaldo a la campaña de Javier Milei.

Uno de los problemas principales de Milei es que tiene dato, pero no relato. Un mentiroso como Massa dirigió por un momento el debate a base de mentiras, a pesar de recibir varios golpes certeros que lo evidenciaron más adelante. Luego de este debate, queda claro que una Argentina con Massa no será ni siquiera igual, sino peor, aunque lo vendan al pueblo con estratagemas y falacias ingeniosas.

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