Rusia lanzó el sábado su mayor ataque con drones contra la capital de Ucrania, Kyiv, desde que el gigante europeo realizará su invasión. Al menos dos personas resultaron heridas en el distrito Solomyanskyi de Kyiv. Varios lugares del distrito de Solomyanskyi se incendiaron, entre ellos un edificio de viviendas y otros locales no residenciales. Por último, de acuerdo al Ministerio de Energía, 77 edificios de viviendas y 120 establecimientos se quedaron sin suministro eléctrico como consecuencia de los ataques.
Guerra, sufrimiento, muerte. ¿Es condenable? ¿Está mal? ¿Es justo? ¿Quién es el responsable? La historia de Rusia ha pasado sus propias luchas, desde la Rusia Zarista hasta la revolución bolchevique de 1917. Y ha sido un país generador de grandes genios, como Fiódor Dostoievski. Escritor de la obra cumbre del siglo XIX, “Los hermanos Karamazov”, la cual contiene la paradigmática frase: Si Dios no existe, todo está permitido.
¿Dostoievski podría juzgar el accionar de su propio país como indeseable? ¿Todo está permitido? La reflexión del escritor explica que sin la existencia de Dios como dador moral deriva en un relativismo que pone en jaque la cuestión epistemológica de lo bueno y lo malo. Es decir, si no hay objetividad en lo moral, nadie podría atribuirles responsabilidad a los actos suscitados en la guerra entre Rusia a Ucrania. Pues, Rusia sostendría que para ellos el accionar es justo, necesario y políticamente correcto.
La fuente suprema de validez se transforma en la fuerza, en el autoritarismo. Quien ejerce poder puede manipular lo moral. La mayoría que logra imponerse despliega sus convicciones sobre las minorías. En ese caso, la dignidad humana, la justicia, la ética, la vida, todo ello está supeditado al ejercicio del poderío. Y, habrá buenos deseos, como también malos. Pero, ¿quién podría justificarlo o sustentarlo?
Si Dios no existe, todo está permitido. Los actos criminales durante el siglo pasado realizados por los nazis, los cuales fueron juzgados en los juicios de Nuremberg de 1945 y 1946, ¿Cuál era la ley en base a la cual se realizaron los juicios? ¿La alemana? ¿La americana? ¿La inglesa? A menos que haya una ley, una justicia que trascienda la de todos los países, y que sea perenne, todo es opinión, al fin y al cabo.
El subjetivismo es problemático en cuestiones de carácter universal. Dostoievski ancla su reflexión en el hecho de que el hombre debe tener una orientación que contemple una ley (Dios) absoluta. Por el contrario, el nihilismo como causa se asocia con el hombre como único centro. Pero, ¿es posible que el hombre obtenga tal poder? Un mundo sin Dios, como decía Nietzsche, es un mundo para el superhombre, pero no hay razón para sostener que aquel hombre pueda disponer de una moral acorde a las circunstancias. En ese sentido, el poder es supremo a lo ético y conlleva a la injustica.
Es necesario, más allá de un contrato social, la ponderación de leyes naturales. Cómo sostener que preservar la vida es algo justo. Cómo establecer que el ser humano es un fin en sí mismo. Cómo determinar qué es bueno y qué es malo.
Sin Dios no hay argumentación para sostener el mal. El hombre en su libertad puede justificar sus más sórdidas atrocidades: emprender una guerra cruel y sangrienta en pleno siglo XXI.