Por el año 1987, un conocido grupo de rock español colocó en su disco este nombre. Hoy lo traigo a colación porque parece que en las últimas semanas vivimos "una locura" en la política nacional. Han pasado diversos sucesos que todo hace indicar que hoy por hoy estamos llegando a uno de los peores momentos de la política peruana, pero como siempre nos superamos, podemos estar peor.
Me referiré solo a algunos acontecimientos que se vienen realizando: Por un lado, toda la campaña contra el círculo de confianza de la actual fiscal de la nación, donde inevitablemente ella se ve implicada. Más allá del hecho legal, lo que nos debe quedar muy claro es que un sector de la fiscalía ha demostrado nuevamente que hace política, filtra información y juega en pared al unísono con un grupo de medios de comunicación, activistas, ONGs y, claro está, con "los expertos independientes", tal como pasó anteriormente con otros casos, como el del exfiscal Chávarry; misma estrategia, mismo objetivo.
Como no solo basta con el caso fiscal de la nación, nuestro Congreso de la República no quiso reconsiderar la votación donde 15,000 docentes serán nombrados automáticamente sin evaluación. Más allá de quién pidió la reconsideración, como es la congresista Flor Pablo, que particularmente no coincido en nada ideológicamente, pero en este caso se trata de una reforma, se trata de mejorar el sistema. Ahora bien, recordemos que a la exministra Márquez le costó el cargo estar en contra de esta iniciativa; incluso fue al Congreso a solicitar que los congresistas reconsideren su voto, cosa que cayó en saco roto. Hoy le toca a la ministra Ponce saber su postura; esperemos que sea la misma que la de su antecesora, porque si no observa esta ley, sabremos entonces quién manda en el sector: el bloque magisterial y Perú Libre.
Vivimos tiempos complejos no solo por las pugnas por el poder, por un desgobierno total, por cada pedazo de ley, porque cada vez que les conviene resurgen el tema del expresidente Fujimori (20 años viviendo de lo mismo), pero lo más dramático es que muchas familias han pasado a ser pobres, porque la delincuencia nadie la ataca, porque hay un estado ausente para una ciudadanía que espera. ¿Seguirán esperando? Cuidado, no juguemos con fuego, que Antauro ya adelantó la partida.