La imparcialidad es una característica que debe brillar en las instituciones del país. Estas no deben ser politizadas y brindar un sentido de igualdad que sea percibido por todos los peruanos. Pero la imparcialidad debe hacer una pausa cuando de agentes antidemocráticos se trate. El JNE, disfrazado de imparcial, está cada vez más cerca de aceptar la inscripción de partido del asesino de policías Antauro Humala.
Algo semejante ocurrió en la campaña. Periodistas abanderados de la tolerancia y la igualdad, fueron cómplices del auge de Pedro Castillo, ya sea por su silencio indolente o por la glorificación de lo humilde, como herramienta de reivindicación y de justicia social. Les tembló la garganta para calificarlo como el ignorante y bribón que fue siempre. El gato les comió la lengua para advertir del nefasto proyecto ideológico que soportaba su candidatura. Nuevamente, el buenismo progre, en su calidad de “inclusivo”, busca de aceptar y enaltecer a los pobrecitos comunistas incomprendidos, víctimas de la sociedad. El JNE, remanente caviar de la época vizcarrista, vuelve a cometer semejante crimen al tratar a Antauro Humala como un ciudadano común y no como el asesino filosenderista y racista que verdaderamente es.
El pleno del JNE sostiene que el partido que lleva de nombre ANTAURO no es liderado por Antauro. ¿Está esta gente verdaderamente preparada para ocupar esa posición? Hace años venimos escuchando el discurso de reformas políticas que permitan mejorar la oferta electoral. Voces que vienen de todas partes del espectro político. Al parecer el JNE no ha querido ser parte de esta conversación.
Es el mismo JNE que permitió la plancha presidencial de Perú Libre, a pesar de que Vladimir Cerrón purgaba una condena y, tanto Castillo como Boluarte presentaban serios cuestionamientos en sus respectivos CV’s. El mismo JNE que frenó la candidatura del PPC y del APRA por minúsculas irregularidades de forma.
Ahora esta muy venida a menos institución ha declarado infundada la apelación interpuesta por Oscar Balladares, quien había presentado la tacha contra la inscripción de la organización política de Antauro Humala. Muy bien por la proactividad de Balladares. Esperemos que se sumen a esta odisea otros actores, esta vez desde la institución pública.
El JNE detalló que las pruebas presentadas sobre Humala Tasso no involucran a la mencionada agrupación política. ¿Cómo que no? ¡El partido se llama ANTAURO! La imparcialidad tiene un límite. Uno debe ser imparcial, pero primero debe ser ético y patriota, y la posible inscripción de un asesino de policías, un confeso excarcelado no rehabilitado con un proyecto político antidemocrático debe ser rechazado inmediatamente.