Durante la primera semana de enero, Rafael López Aliaga, alcalde de Lima, apareció en distintos medios de comunicación mostrando el balance de su primer año de gestión edil. En estas entrevistas, el alcalde resaltó los logros en materia financiera y presentó sus primeros grandes proyectos de infraestructura. Asimismo, sin perjuicio de su falta de autocrítica, no le faltó razón al resaltar la existencia de una campaña mediática promovida por un marcado sector de la opinión pública.
Lima quebrada y corrupta
Con el tono exagerado y dramático que lo caracteriza, el alcalde manifestó que recibió una Municipalidad quebrada y que, en tan solo un año, fue capaz de revertir esta situación a través de importantes recortes en el gasto corriente, principalmente, a través del despido de trabajadores “fantasma” y la eliminación de puestos de trabajo sin utilidad alguna.
Por otro lado, “Porky” hizo hincapié en que le fue imposible encontrar los “contratos de la corrupción” con OAS y Odebrecht y que pudo acceder a ellos gracias a sus contactos en la banca neoyorquina. Si bien, esto último suena bastante inverosímil, es digno de mencionar pues el alcalde lo dijo en más de un medio de comunicación.
Así, para enfrentar la corrupción, la propuesta de RLA es realizar las licitaciones municipales a través de UNOPS, la oficina de gestión de proyectos de la ONU. En ese sentido, López Aliaga precisó que, por ejemplo, las demoras en la adquisición de las motos prometidas en campaña se debieron a la utilización de este procedimiento, más lento, pero más transparente.
¿Un milagro financiero?
Según la rendición del burgomaestre, su excelente gestión en el recorte de gastos le permitió una histórica emisión de bonos por 1,200 millones de soles, gracias a la nueva calificación de la deuda de la MML, por encima de la calificación de la deuda nacional.
Con este financiamiento, RLA planea ejecutar proyectos de infraestructura vial, también a través del sistema de adquisiciones de UNOPS. ¿Qué proyectos? Principalmente puentes y vías libres en las principales avenidas de la ciudad.
El balance
Si bien, el alcalde ha pintado su primer año de gestión como una exitosísima gestión a nivel de cuentas y finanzas, los primeros proyectos de infraestructura anunciados dejan mucho que desear: 60 bypasses metálicos suenan más como una propuesta parche que como un plan metropolitano vial.
Por otro lado, su incapacidad para cumplir con algunas de sus promesas básicas de campaña, como poner fin a los peajes o comprar miles de motos para el patrullaje, ha desgastado rápidamente su capital político, a pesar de que la posibilidad de cumplir dichas promesas era muy remota. No obstante, aún tiene 3 años para cumplir con las mismas.
Finalmente, un tema que surgió durante las últimas semanas y, en opinión de quien escribe, no fue adecuadamente abordada por el alcalde, es su oposición al avance de la Línea 2 del Metro de Lima. Según él, es innecesario detener el tráfico en pleno centro de Lima para construir la Estación Central cuando, pueden irse construyendo las demás estaciones y dejarse esta para el final. No obstante, un capricho del alcalde no puede interferir en la ejecución de un megaproyecto de obra pública como es la Línea 2, que cuenta con sus propios plazos, estudios técnicos y planificación.