OpiniónMartes, 16 de enero de 2024
El mensaje importa, no la realidad, por Dante Wong
Dante Wong
Filósofo

Es interesante ver cómo el cine y arte de hoy no busca representar fidedignamente la realidad social. A finales del siglo XIX, la corriente artística conocida como naturalismo abanderó la idea contraria. Para escritores como Émile Zola o Gustave Flaubert, la literatura debía ser una reflexión de lo que la sociedad era, para así poder cambiarla en consecuencia. La idea central consistía en que el conocimiento exacto de la sociedad produciría la posibilidad del tratamiento adecuado de sus problemas. Este es, en efecto, una visión científica del quehacer literario, la cual se encuentra cercana al positivismo filosófico decimonónico. El literato debía hacer algo parecido al científico con sus obras. De esta manera, el método científico entra en la literatura.

Esta misma idea la podemos encontrar también en nuestro escritor Nobel de literatura Marío Vargas Llosa, quién influenciado por el naturalismo francés escribe novelas como “La Ciudad y los Perros” o “Conversación en la Catedral”. La premisa sigue siendo la misma: mostrar la realidad social para suscitar la reflexión y el deseo de cambio. Sin embargo, parece que el mundo artístico de hoy no sigue la misma filosofía o marco teórico. Lo que se ha venido conociendo como cine “woke” sigue una pauta distinta. En vez de mostrar la realidad circundante, pretende crear una nueva.

Por nombrar algunos ejemplos tenemos “La Guerra de las Galaxias: Episodio VII” que tiene a la actriz Daisy Ridley como protagonista. En la cinta, Ridley muestra una capacidad indiscutible. Ella se muestra fuerte, competente e imbatible. Es más, ni siquiera el villano de la película es capaz de hacer sentir al público su capacidad de poder vencerla en algún momento. Esto genera que la trama nunca despegue y puede hacer sentirse involucrado al espectador. No hay ningún momento en el que este tema por la suerte de la protagonista. Dicho en breve, el personaje principal femenino no se desarrolla hacia ningún lugar, sino, más bien, muestra solo el resultado deseado: exhibir la fortaleza de un personaje femenino. La premisa es simple: las mujeres siempre han sido representadas como personas vulnerables y débiles. Por lo tanto, el mensaje actual debe ser empoderarlas mostrándolas fuertes y decididas.

Es evidente que la falta de desarrollo de la heroína de la película responde a la necesidad de mostrar la fortaleza de esta, aún, si haciéndolo se reduce la calidad del guion y del personaje en última instancia. Lo que prima en el cine woke no es el realismo del guion, sino el mensaje ideológico. Entonces, si el positivismo filosófico fue la teoría detrás del naturalismo en la literatura: ¿Cuál es la teoría detrás del cine woke? En efecto, es el estructuralismo de principios del siglo XX lo que se encuentra detrás. Según este marco teórico, la realidad no existe de manera independiente del ser humano. Este la construye socialmente.

Entonces, nada de la realidad posee una naturaleza que la ancle y la haga incambiable. Toda realidad, al ser construida, puede ser deconstruida y vuelta a construir de manera distinta. Dicho en breve, no hay nada natural en el comportamiento humano. Todo es construido. Por lo tanto, cualquier comportamiento es susceptible de ser modificado, si es que lo que lo sustenta socialmente es transformado. A lo que apunta, al menos parte del estructuralismo es que lo que sustenta el comportamiento humano es un discurso simbólico. Ejemplo de esto serían las historias y mensajes que se transmiten constantemente, los cuales refuerzan y construyen la posibilidad de perduración de un comportamiento determinado: el hombre debe ser más fuerte y grande que la mujer, las personas de dinero tienen la tez blanca, la masculinidad se muestra en la capacidad de agresión, etc.

Al mismo tiempo, la razón de ser de estas estructuras simbólicas es la de perpetuar el poder político. Por ejemplo, los cuentos de princesas y príncipes existirían con el fin de perpetuar la estructura desigual entre hombres y mujeres. El hecho que haya tanta publicidad de personas de tez blanca apuntaría a construir una imagen de la persona blanca como poderosa y por encima de los que no lo son.

En conclusión, el cine woke actúa bajo la premisa que, si se transmiten historias que representen la realidad de otra manera, eventualmente esa realidad será cambiada y la realidad transformada. En otras palabras, el medio para cambiar la realidad es cambiar el discurso y los simbolos del poder. Por ende, lo importante es mostrar lo que se quiere llegar a ser, no lo que se es. Una mentira mil veces dicha es una verdad.

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