En las últimas semanas, Donald Trump ha sido el auténtico protagonista de las elecciones en los Estados Unidos, confirmando lo evidente en Iowa y liderando cuánta encuesta aparezca, así sea en medios woke. Pero qué hay alrededor y, sobre todo, ¿por qué nadie se pregunta qué es lo que están planeando los demócratas para contrarrestar no solamente la caída de la popularidad de Biden sino también su estrategia para voltear la torta?
Vamos a tocar tres puntos cruciales en esta columna, porque siempre queda corto el espacio: primero, la conducta de los republicanos; segundo, el contexto en el que las elecciones agarran a Biden y Kamala; y tercero, lo que estaría pasando tras bambalinas sabotear a SloMoJoe.
El primero de los barcos de las campañas presidenciales después de la victoria de Trump en Iowa, fue Vivek Ramaswamy, quien, desde el primer debate organizado por Fox News, siempre defendió al expresidente Trump. Él ha sido el único que decidió parar su campaña presidencial para sumarse y endosar a Trump. Los otros dos candidatos parecen no tener sentido de la realidad. Si bien Ron DeSantis es el candidato ideal para los católicos y los conservadores del partido republicano, la experiencia de Florida no es suficiente para gobernar un país y no le está alcanzando en votos. Este candidato perdió muchísimo financiamiento contra su contrincante Nikki Haley, que igual no lo superó en números. Ella es una tibia que ahora está jugando a ser Mamá por la Libertad, pero sigue siendo una agente de la ONU. Next. Ramaswamy les ha pedido a ambos dejar este juego de mal gusto y apoyar a Trump, por lo que podemos decir que ya dejó su campaña presidencial para empezar su campaña vicepresidencial.
Ahora que ya todos sabemos que Trump va a ser el candidato (supérenlo, así va a ser), veamos el contexto partidario en el que Biden postula nuevamente: muchos gobernadores y alcaldes de diferentes estados fronterizos se han vuelto en contra de Biden por su pésima gestión de la migración.
El alcalde de Nueva York ha sido el más afectado con estas pésimas políticas de gestión de fronteras y es uno de los principales detractores de Joe Biden. Bill Ackman le acaba de poner un millón de dólares a la campaña del congresista de Minnesota Dean Phillips, para que pueda competir contra Biden. Asimismo, hay varios temas álgidos que no han pasado desapercibidos: los vehículos "verdes" que no funcionan en bajas temperaturas, la malversación de fondos en entidades estatales, los contratos de "energía verde", las protestas de los agricultores y la creciente ola de protestas de padres de familia contra las leyes de género en Estados como California.
Ahora bien, la última parte de esta columna está dedicada a los Obama. En teoría, ellos apoyan activamente la administración Biden-Harris, pero una columnista de New York Post, Cindy Adams, advirtió en un artículo publicado el miércoles que los estadounidenses no deberían sorprenderse si Michelle Obama “se cuela en la carrera de 2024”. Eso podría mover más el panorama electoral que el pobre desprotegido Robert F Kennedy, que dejó de ser demócrata para postular como independiente y a pesar de no lograr algo concreto, tiene mucha popularidad entre los jóvenes.
Y esto sí tendría mucho sentido. Pónganse a pensar: según la última encuesta de CBS, cualquiera de los tres nominados republicanos podría ganarle sin problemas a Joe Biden. La única opción que tienen los demócratas para ocupar el poder es sacándolo de carrera, ¡Y qué mejor que una bestseller afroamericana feminista! Michelle Obama sí podría ser una contrincante para Trump. Esta es información sin confirmar aún, pero parece ser la única alternativa de los demócratas en EE. UU.
De pronto estas elecciones se han vuelto particularmente interesantes y estaremos al tanto porque mucho de lo que le pasa a Estados Unidos, afecta en todo Hispanoamérica.