En las últimas semanas, la región de La Libertad, en el norte del Perú, ha sido testigo de una escalada alarmante de secuestros que ha dejado a la población en estado de shock. La noticia más reciente es la trágica muerte del empresario minero Santos Sánchez Vera, cuyo cuerpo mutilado y torturado fue encontrado en un desolado paraje de la sierra de La Libertad el pasado 23 de enero. Un mensaje grabado en su abdomen, "Por no pagar completo", revela la brutalidad de este crimen que ha dejado a la comunidad consternada.
El secuestro de Sánchez Vera, que duró varios días, fue orquestado por una banda criminal que exigía la asombrosa suma de 10 millones de dólares para liberarlo. A pesar de los esfuerzos de la Policía Nacional del Perú (PNP) y de la familia del empresario, el desenlace fue fatal. Este caso se suma a una serie de secuestros que han sacudido la zona norte del país en los últimos meses, generando temor e incertidumbre entre la población.
Los secuestros se hacen cada vez con más brutalidad.
Números de terror
Lamentablemente, no es un hecho aislado, ya que viene creciendo desmesuradamente desde hace un tiempo. De acuerdo con cifras de la Policía Nacional, en 2022 se registraron 3,398 denuncias por secuestro a nivel nacional, mientras que en 2023 la cifra superó los 3,000 casos. Es decir, un promedio de 8 secuestros por día se ha cometido en los últimos años.
Según estadísticas de la División de Investigación de Secuestros (DIVINCRI) de la Policía Nacional, la mayor cantidad de denuncias por este delito durante 2022 y 2023 se concentró en los departamentos de Lima, La Libertad, Lambayeque y Piura.
Asimismo, en el 74% de los casos reportados las víctimas fueron hombres, mientras que el 26% mujeres. Respecto a las edades, el grupo etario más afectado estuvo entre los 20 y 40 años.
Los perpetradores
Las autoridades policiales manejan dos teorías principales sobre los responsables de estos crímenes. La primera apunta a la organización criminal peruana conocida como "Los Pulpos de Trujillo". Esta banda, con un historial de violencia extrema, ya ha sido vinculada a varios secuestros en la región. La segunda teoría sugiere la posible implicación de miembros de alguna facción del "Tren de Aragua", la sanguinaria megabanda venezolana presente en el Perú y otros lugares de Sudamérica.
Informes de inteligencia policial revelan que Los Pulpos han estado detrás de varios secuestros denunciados en los últimos meses. A pesar de detenciones previas de sus líderes, la organización ha logrado reorganizarse y continuar sembrando el terror en la zona norte del país. Casos como el secuestro del empresario Iván Díaz Garrido, que sufrió mutilaciones y torturas, ilustran la brutalidad de esta banda. La captura de Rodolfo Agustín Ventura Asto, alias "El Carnicero" o "El Chofo", uno de los responsables de cortar orejas y dedos a las víctimas, no ha detenido la actividad delictiva de Los Pulpos.
Los Pulpos son los principales sospechosos.
Alimentando la crisis
En conversación con Exitosa, el coronel Roger Torres, exjefe de la PNP, ha identificado la migración y la minería ilegal como factores clave que han contribuido al aumento de la criminalidad en La Libertad. Más de 150,000 extranjeros, en su mayoría venezolanos, han llegado a la región, algunos vinculándose con bandas criminales dedicadas a la extorsión, secuestro y sicariato. La falta de control sobre la minería ilegal también ha generado un caldo de cultivo para actividades delictivas.
El coronel Torres señala deficiencias logísticas en la PNP, afirmando que la falta de infraestructura adecuada y recursos contribuye a la incapacidad para enfrentar eficazmente la extorsión y los secuestros en La Libertad. La falta de coordinación entre la Policía y la comunidad también se ha evidenciado en casos como el de Santos Sánchez Vera, donde la familia optó por no reportar el secuestro a las autoridades por desconfianza.
¿Terrorismo urbano?
En declaraciones para el diario Expreso, los expertos en seguridad José Baella y Pedro Yaranga, plantean la necesidad de redefinir el delito de terrorismo urbano para abordar eficazmente crímenes relacionados con el tráfico ilícito de drogas, extorsión y sicariato. Argumentan que el Gobierno debe tomar medidas proactivas y fortalecer a la PNP para enfrentar la creciente inseguridad.
Asimismo, señalan que la debilidad mostrada por el Estado y los vacíos legales existentes también propician que las bandas criminales se sientan envalentonadas para cometer este tipo de crímenes, sin temor a recibir castigos ejemplares.
Los secuestros habían disminuido sustancialmente en las últimas dos décadas. Sin embargo, el fantasma de este terrible delito ha vuelto a aparecer, cobrándose la vida de peruanos e imponiendo su ley del terror en diversas regiones. Es momento de que las autoridades actúen con decisión antes de que sea demasiado tarde. Decir que podemos acabar como Ecuador sonará a cliché, pero todo indica que estamos muy cerca de llegar a su situación y salir de la misma no será nada fácil.