OpiniónLunes, 5 de febrero de 2024
La Escuela Austriaca y la Methodenstreit, por Carlos Dávila
Carlos Dávila
Economista y director de la Asociación para la Educación Económica en los Andes

La Escuela Austriaca ha estado perfeccionando sus posiciones metodológicas desde su fundación, la Methodenstreit, o disputa sobre los métodos, ha evolucionado y afectado significativamente el desarrollo de la ciencia económica. Basado en los aportes del profesor Dr. Jesús Huerta de Soto, presentaré de manera resumida tres etapas importantes de esta polémica:

1) Carl Menger versus la Escuela Histórica Alemana.

La Escuela Austriaca nació en 1871 con los Principios de Economía de Menger, donde destaca la idea distintiva de construir la economía basándose en el ser humano como actor creativo y protagonista en los procesos sociales (subjetivismo). Menger introdujo la teoría de un proceso de acción formado por etapas intermedias ("bienes económicos de orden superior") que el actor realiza para alcanzar el bien de consumo final ("bienes económicos de primer orden").

La segunda contribución es la teoría de Menger sobre el surgimiento de instituciones sociales. Descubrió que las instituciones resultan de un proceso social liderado por empresarios que, en circunstancias históricas específicas, adoptan comportamientos guiados que facilitan el logro de sus objetivos. Esto lleva a un proceso de aprendizaje e imitación social, dando lugar a instituciones en campos económicos, legales y lingüísticos.

La Methodenstreit inició cuando la Escuela Histórica Alemana malinterpretó y consideró peligrosa la contribución de Menger. Esto marcó el comienzo de la famosa polémica en la que los austriacos se vieron envueltos y que ocupó la energía intelectual de Menger durante décadas.

Un resultado clave de la Methodenstreit fue la articulación incipiente de la metodología apropiada para la ciencia económica por parte de Menger. Estableció las bases de la metodología tradicional de la Escuela Austriaca, donde la teoría se descubre mediante la introspección y el razonamiento deductivo, mientras que la historia acompaña a la teoría como hechos empíricos que requieren una teoría previa para su interpretación.

Estudios recientes han demostrado que Menger retomó una tradición de pensamiento mucho más antigua a través de Jean Baptiste Say, una tradición católica continental que la Escuela Clásica Inglesa interrumpió. Esta tradición abordó elementos esenciales que constituyen el paradigma de la actual Escuela Austriaca, como el surgimiento espontáneo de instituciones.

Esta tradición fue interrumpida por la reforma protestante, efectuándose un retroceso liderado por Adam Smith, quien reemplazó contribuciones anteriores con su teoría del valor trabajo y un enfoque de equilibrio de largo plazo, eliminando el papel de los emprendedores en los procesos económicos.

2) Böhm-Bawerk contra John Bates Clark (y también contra Marshall y Marx)

En la segunda ronda de la Methodenstreit de la Escuela Austriaca, Böhm-Bawerk jugó un papel protagónico.

John Bates Clark se oponía radicalmente al concepto dinámico de acción introducido por Menger y, sobre todo, al concepto mengeriano de acción formado por una serie de etapas sucesivas. Consideraba que el capital era un fondo homogéneo que se reproducía solo, haciendo que la producción (es decir, la acción humana) fuera instantánea y sin implicar tiempo. Su tesis era crucial para justificar su conclusión de que la tasa de interés está determinada por la productividad marginal del capital. Esto requería no solo considerar al capital como un fondo que se reproduce solo instantáneamente, sino también un entorno estático perfectamente ajustado (en equilibrio), junto con la determinación de los valores de los bienes de capital por su costo histórico de producción. Böhm-Bawerk criticó la tesis de Clark, describiéndola como mística y mitológica, mostrando que, además de ser un ataque radical a la concepción dinámica de Menger, significaba el encumbramiento definitivo del paradigma estático de equilibrio en el mundo de la economía.

Böhm-Bawerk también se involucró en otras dos polémicas, una con Marx y otra con Marshall. Con Marx, debido a que este no tomaba en cuenta la subjetividad de la preferencia temporal, eliminando la potencialidad del análisis marxista del plusvalor o la explotación. Con Marshall, porque intentaba rehabilitar a Ricardo, al menos en lo que respecta a la oferta, defendiendo la idea de que esta estaba determinada, sobre todo, por consideraciones relacionadas con el costo histórico de producción y siendo incapaz de incorporar el concepto austriaco del costo de oportunidad subjetivo, con todas sus implicaciones.

3) Mises, Hayek y Mayer contra el socialismo, Keynes y los neoclásicos

La tercera ronda de controversias metodológicas de los austriacos comenzó con la tercera generación de economistas de la Escuela Austriaca liderados por Mises. En esta fase, la polémica más importante fue la iniciada por Mises sobre la imposibilidad teórica del socialismo. Para Mises, el teorema de la imposibilidad teórica del socialismo era una consecuencia inmediata de la concepción subjetiva y dinámica desarrollada por los austriacos. Argumentaba que cualquier sistema basado en la coerción violenta contra la acción humana libre, como el socialismo, impediría la creación y transmisión de la información necesaria para coordinar la sociedad.

La polémica con los macroeconomistas, especialmente contra Keynes y los teóricos de Cambridge, liderada principalmente por Hayek en el lado austriaco, surgió naturalmente al oponer las concepciones del análisis exclusivamente en términos de agregados macroeconómicos a la concepción dinámica del mercado desarrollada por los austriacos. Esta polémica llevó a los austriacos a darse cuenta de las profundas implicaciones metodológicas y de la brecha que los separaba de los neoclásicos.

La controversia sobre la imposibilidad del socialismo convenció a los austriacos de que su supuesta victoria en la primera ronda de la Methodenstreit con la Escuela Histórica Alemana fue nominal, llevándolos a comenzar una segunda versión de la Methodenstreit, esta vez contra el paradigma neoclásico emergente. Mises, Mayer y Hayek refinaron sus posiciones metodológicas, oponiéndose al uso de las matemáticas en la economía y al positivismo. Mayer criticó la teoría neoclásica de precios y Hayek resumió y articuló sus críticas metodológicas en su libro "La Contrarrevolución de la Ciencia".

Esta etapa culminó en una redefinición de las posiciones metodológicas de la Escuela Austriaca, marcando un distanciamiento significativo de los neoclásicos. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la metodología positivista de Milton Friedman ganó popularidad, representando un desafío para la Escuela Austriaca. Hayek lamentó no haber criticado más directamente el trabajo de Friedman, considerándolo igualmente peligroso que las ideas de Keynes.

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