Las recientes declaraciones de Jaime Villanueva sobre Gustavo Gorriti, Pablo Sánchez, Vela Barba y Domingo Pérez han resaltado aún más la putrefacción y politización del sistema de justicia peruano. Para analizar esta perenne, pero siempre escandalosa incertidumbre política, El Reporte se contactó con el trajinado político aprista, Luis Gonzáles Posada, para poder abarcar un análisis de la situación actual.
Usted hizo un artículo titulado “Asco”, a raíz de las últimas declaraciones de Jaime Villanueva, ¿Qué es lo que le da asco específicamente?
Yo utilicé la palabra que Milagros Leyva dijo cuando leyó la declaración de Villanueva. Cuando Villanueva implica a la fiscal de la nación, a través de la copia de un chat no verificado, es válido. Pero cuando implica a dos fiscales de la nación, Zoraida Ávalos y Pablo Sánchez, más José Domingo Pérez, Vela Barba y Gorriti, no es válido. Eso es absurdo. En horas, los fiscales Pablo Sánchez y Villena pidieron la destitución de la señora fiscal de la nación suspendida. A la vez, la Junta Nacional de Justicia, sin seguir el debido proceso, la suspendió seis meses en el cargo. Esto significa una grave vulneración al Estado Constitucional de Derecho.
Con estas revelaciones de Villanueva, si se midiese a todos con la misma vara, ¿la JNJ debería, en promedio de una semana, suspender tanto a Sánchez como fiscal supremo y también se debería retirar a Domingo Pérez y a Vela del equipo Lava Jato?
Se debe actuar de la misma manera, pero no están actuando con la prontitud cómo hicieron con Benavides. Esto nos demuestra que no hay justicia, que la administración está viciada y corroída por intereses políticos. Esto debe determinar en dos situaciones: Primero, declarar en reorganización al Ministerio Público, no solamente por estos hechos, sino por muchos otros. En segundo lugar, creo que ha llegado el momento que el Congreso realice una comisión investigadora multipartidaria, que haga una investigación en profundidad, con el levantamiento de las comunicaciones de todos los implicados.
¿Qué es lo que se buscaría con una comisión investigadora por parte del congreso?
Queremos saber qué ha pasado, la verdad. Con una comisión investigadora, por ejemplo, se levanta el secreto de la comunicación y vamos a saber si Vela Barba, José Domingo Pérez se han comunicado con personajes que no debían en los procesos. Todo ello, por supuesto, bajo el debido proceso.
Un personaje que usted comentó y del que siempre se critica, pero hasta ahora no había un testimonio de una prueba esencial sobre su actividad, es Gustavo Gorriti. ¿Quién es para usted?
Gorriti es un personaje extraño, que aborda temas y maneja información. Y lo único que sabemos es que Soros lo financia y la pregunta es, ¿Por qué? ¿Para qué hace todas estas cosas? Es uno de los temas, por ejemplo, que tiene que ser esclarecido y el otro tema es Colchado está pasando desapercibido en estos incidentes.
¿Qué es lo que le causa extrañeza de Colchado?
Él era jefe de la Diviac en el momento que ese organismo que era absolutamente dependiente de Vizcarra. Colocó frente al domicilio de Alan una camioneta con equipo de interceptación telefónica. Eso fue un escándalo nacional porque la camioneta fue rodeada por numerosos compañeros y fue impedida de ingresar hasta que vinieron a la madrugada del día siguiente, sacaron los equipos y se los llevaron. La camioneta siempre daba vueltas por la casa de Alan. Recuerdo que cuando yo llegué al incidente él me comentaba que su seguridad le comunicaba que había una camioneta de la DIVIAC desplazándose por su domicilio y por áreas cercanas. Una persona así no me genera ninguna confianza. Y ahora ha vuelto a la jefatura de la Diviac.
Sobre el tema del reglaje a Alan García, una de las de las revelaciones de Villanueva es que Domingo Pérez le filtraba a Gorriti para, una vez publicado eso en prensa, ellos agarrarse de ello y darle impedimento de salida y la detención preliminar. ¿Qué opina de este punto? ¿Cree que se ha llegado a un punto en el que se puede afirmar que casos como el de Alan o el de Keiko fueron armados políticamente?
Quiero dar un testimonio personal. El día anterior a llegar Alan García al Perú, Jorge Del Castillo me llama aproximadamente a las 5:30 p.m. a pedirme que vaya de urgencia a su oficina. Llegué y estaban Javier Velásquez Quesquén, Jorge y Mauricio Mulder. Me dijeron que en ese momento estaba por llegar una persona que había pedido comunicarse con algunos de nosotros urgentemente porque tenía información muy delicada. Cuando el personaje llegó, lo primero que dijo fue “Jorge hay una camioneta de la DIVIAC que te está chequeando”, él volteó y le dijo al empleado, “vaya y revise si hay alguna camioneta cerca”. Luego este personaje nos comunica que le dijo que a Alan García lo iban a detener y que esta acción tenía tres actos. El primero, una demolición de Gorriti a través de IDL en referencia a la conferencia que dio. En segundo lugar, señaló que cuando llegara a Lima lo iba a recibir José Domingo Pérez, y que cuando tengan la audiencia la que quería suspender. En tercer lugar, sostuvo que, suspendida la audiencia, le daban una orden de impedimento de salida del país y movilizaban a todas las estructuras del Estado. Alan estaba en un vuelo, Jorge quedó en que cuando llegara le comunicaríad esta información. Cuando llega, Alan me llama diciéndome que no creamos en chismes, que no tiene nada que ver con esto, que ha venido muchas veces a declarar y que luego regresará a Madrid. Luego me dice que efectivamente le habían suspendido la audiencia, pero que también se había enterado de esta campaña de IDL contra él. Me dice, además, que había una camioneta de la DIVIAC vigilándole. Sus policías le habían dicho que estaban informados a través de sus colegas de otras unidades que había una orden en puertos y aeropuertos del Perú de vigilancia absoluta, que no puede salir del país. Eso lo llevó a pedir el asilo político a Uruguay, que fue frustrado por muchas razones, entre ellas por un informe que presenta la cancillería a través del entonces ministro Popolizio, el cual era absolutamente parcial y que merece una investigación. Luego viene el desenlace cuando fueron aprenderlo cambiando la orden de presencia por detención sin ningún elemento nuevo. Lo grave ahí fueron dos hechos. Primero que se presentó un fiscal adjunto a Pérez acompañado de un camarógrafo del canal 4 en una diligencia absolutamente reservada. ¿Cómo sabían los del canal 4 que a las seis de la mañana había una diligencia? No olvidemos que a quien dirigía América era la señora Clara Elvira Ospina. Ahí estaba la camarógrafa para filmar a Alan García, reducido y enmarrocado. Además, cuando fui a su casa esos días, uno de los policías de su escolta me dijo que le habían informado que en uno de los vehículos policiales había un casacón, al que le habían puesto “detenido”. La idea era enmarrocar a Alan García, ponerle por la fuerza la casaca de detenido y sacarlo con la cabeza agachada como un delincuente, humillándolo. Por eso se suicida.
¿Cree que hubo una inducción al suicidio entonces?
Naturalmente, porque si usted va a ser vejado, humillado de esa manera y con él el partido, su cargo de presidente, su historia, su familia, puede tomar una decisión de esa categoría. Han ocurrido cosas horribles en el Perú, cuando detuvieron al presidente Leguía, que cometieron contra él los más salvajes escarnios en la época de Sánchez Cerro. Además, de la diligencia se encarga la DIVIAC, cuando de acuerdo con la ley orgánica del Poder Judicial, la encargada era la Policía Judicial, que es la competente para estos casos. Ellos hacen el operativo, y cuando inclusive los compañeros piden la cinta, está cortada, los audios también. Se quedan toda la tarde en la casa de Alan revisando sus prendas. Inclusive hay un incidente porque su hija pedía que le dejen sacar un terno para vestir a su padre en el velorio. Y no la dejan. Los fiscales, los jueces, los policías no pueden abusar del poder que tienen momentáneamente para destruir honras y generar situaciones como esta.
¿Cómo paramos esto? ¿Cómo hacemos el contrapeso del poder a esta judicialización de la política? ¿Solo a través de la comisión investigadora? ¿Qué más se puede hacer?
No tengo mucha ilusión porque somos un país que damos salto de escándalo en escándalo. El país está muy dañado. Queremos vivir en un país civilizado, digno, donde se respeten los principios y valores democráticos, donde las instituciones funcionen, donde no se cometan abusos contra nadie, porque eso es fascismo. Yo diría que en ese contexto es un gran reto para el Congreso declarar la reorganización del Ministerio Público y nombrar una comisión investigadora. Por algo comencemos y naturalmente se debe sacar del cargo en el cargo a la Junta Nacional de Justicia, que ha demostrado que actúa inconstitucionalmente.
Pero, digamos, tenemos propuestas de reorganizar el Ministerio Público, hacer una comisión investigadora y cesar a los miembros de la Junta Nacional de Justicia. ¿Cree que este Congreso esté capacitado o cree que puede hacerlo?
En este Congreso hay gente buena, hay legisladores de alta calidad. Lo que pasa es que acá lo que suena son los actos ruidosos, y no suena mayormente la gente que tiene una conducta honorable y una actividad parlamentaria de primer nivel. Confío que con buen criterio el Congreso nos daría un gran aporte. Nombrando una comisión nos daría un gran aporte, aprobando algunas modificaciones constitucionales para que entremos a un buen pie en las próximas elecciones como, por ejemplo, la bicameralidad, que los congresistas puedan ser reelectos, que no puedan ser electos congresistas quienes tienen antecedentes penales, así como la renovación por tercios o por mitades del mandato legislativo, o que se les permita renunciar al cargo. Somos el único país en el mundo donde un congresista no puede renunciar. Hay un conjunto de reformas que tienen que ponerse en marcha. Es un trabajo que tiene que hacerse en coordinación entre el Ejecutivo y el Parlamento Nacional. Así que, bueno, siempre hay una esperanza, siempre hay un foquito de luz, que ojalá se prenda (Santiago Carranza-Vélez).