Víctor Raúl Haya de la Torre forma parte de la historia política de América Latina en el siglo XX, en su condición de líder de un gran movimiento continental. La Alianza Popular Revolucionaria Americana como expresión del frente único de trabajadores manuales e intelectuales se fue forjando con el tiempo en el fragor de la lucha política por afirmar la emancipación de América Latina, ante el avance del imperialismo. Haya de la Torre supo deslindar con el comunismo internacional adscrito a la Tercera Internacional, construyendo las bases del aprismo no como un acto declarativo, sino como la negación dialéctica del marxismo ortodoxo del siglo XIX y contrastando con el leninismo que sentó las bases de la Rusia soviética en las primeras décadas del siglo XX.
La fundación del APRA, un 7 de mayo de 1924 en México, constituyó un acto político lleno de simbolismo, que tuvo como protagonista a un joven peruano (de tan solo 29 años) desterrado por la tiranía de Leguía, quien, desde la lucha por la jornada de 8 horas, desde el movimiento de Reforma Universitaria, desde la fundación de las Universidades Populares González Prada y en la gesta del 23 de Mayo de 1923, había demostrado liderazgo y compromiso en la forja de la alianza obrero estudiantil. Haya de la Torre como político supo construir el aprismo, darle vida, convirtiéndolo en instrumento y referente en la formación de partidos políticos de frente único en toda América Latina. El Partido Aprista Peruano sería fundado en setiembre de 1930 por una pléyade de trabajadores e intelectuales peruanos, convirtiéndose en el gran partido de masas del siglo XX. La construcción del aprismo en el plano ideológico se expresará en los años veinte y treinta del siglo pasado, con la publicación de sucesivas obras fundamentales, destacando "El Antimperialismo y el APRA", como obra fundamental que desarrolla el Programa Máximo del APRA y de manera objetiva define la tarea histórica del aprismo en un continente marcado por la penetración imperialista y la hegemonía oligárquica.
El APRA cuestiona la existencia de partidos uniclasistas o del proletariado, cuestionando la tesis leninista sobre el imperialismo, sosteniendo la necesidad de "saber tratar con el imperialismo", toda vez que, en nuestros pueblos, el imperialismo constituye la fase inicial del capitalismo. Haya de la Torre retorna al Perú en 1931, luego de un exilio de ocho años, postulando a la presidencia de la República. El Discurso Programa pronunciado en la Plaza de Acho en agosto de ese año, constituye un referente en la política nacional. La defenestración de los constituyentes apristas en 1932 marca el inicio de una dura represión que tuvo su episodio más dramático en el fusilamiento de millares de militantes apristas en julio de 1932, como respuesta de la tiranía de Sánchez Cerro ante la Revolución de Trujillo. La larga clandestinidad entre 1934 y 1945, tuvo como protagonista al fundador del aprismo y se expresó en la proscripción política, declarando al aprismo como un partido ilegal, impedido de participar en la vida política nacional. En 1945, el APRA no pudo postular a Haya de la Torre a la presidencia de la República, pero sí logro participar del Frente Democrático Nacional que respaldó la candidatura de José Luis Bustamante y Rivero. El golpe militar de octubre de 1948 desató una nueva etapa de persecución contra el APRA.Colombia le concede asilo a Haya de la Torre en 1949.
Víctor Raúl abandona la residencia de la Embajada de Colombia, luego de más de cinco años, cuando aún el partido aprista seguía proscrito. Haya de la Torre regresara al Perú en 1957, durante el gobierno del presidente Prado, siendo recibido en una gran concentración popular en la Plaza San Martín. El APRA recupera la legalidad y se dispone a participar en las Elecciones Generales de 1962. Haya de la Torre gana las elecciones, sin embargo, el "veto militar" se impone, produciéndose el golpe militar liderado por el General Pérez-Godoy. Haya de la Torre, obtiene una votación mayor en las Elecciones de 1963 organizadas por los militares, siendo evidente que las acusaciones de fraude imputadas por los militares, Acción Popular y Fernando Belaunde carecían de fundamento.
El golpe militar del 3 de octubre de 1968 impide que un año después se convoque a elecciones generales, que Haya de la Torre seguramente hubiera ganado holgadamente ante la escisión producida tanto en Acción Popular, como la Democracia Cristiana. El gobierno de las Fuerzas Armadas fracasa en sus propósitos reformistas y durante la segunda fase de la llamada Revolución Peruana, el Gral. Morales Bermúdez inicia un proceso de transferencia del poder. La victoria del APRA y Haya de la Torre en las elecciones a la Asamblea Constituyente de 1978 parecían el preludio de una victoria del fundador del aprismo, en la etapa final de su vida; sin embargo, su muerte en agosto de 1979 constituye en mi concepto el fin de un ciclo en la historia política nacional.
La Constitución de 1979 que suscribiera pocas semanas antes de su muerte, sería derogada por la Constitución de 1993. Haya de la Torre no ejerció la presidencia de la República, sin embargo, fue protagonista de la historia nacional en el siglo XX y su liderazgo continental se manifestó en la existencia de partidos políticos, tales como Liberación Nacional de Costa Rica, Acción Democrática de Venezuela, el partido Revolucionario Dominicano, el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Bolivia o incluso el partido Socialista de Chile; que se nutrieron del pensamiento aprista continental.
El APRA cumplirá 100 años el próximo 7 de mayo, habiéndose enfrentado a todo tipo de tiranías, exhibiendo una historia signada por largas proscripciones políticas, persecuciones, carcelería y destierros. El martirologio aprista se expresa en el fusilamiento de miles de sus militantes durante las tiranías del siglo pasado y por el asesinato de más de 1200 militantes perpetrado por las hordas maoístas de Sendero Luminoso. Haya de la Torre se propuso construir una democracia social de Pan con Libertad, confrontando con los enemigos de la libertad. Víctor Raúl Haya de la Torre alejado de la demagogia, educó al pueblo para que sea protagonista de su propio destino. El antiaprismo tuvo siempre como aliado al comunismo en todas sus vertientes. Si los comunistas de ayer odiaron a Haya de la Torre, los caviares de hoy se trazaron como objetivo político denostar del presidente Alan García, incriminándolo y cercándolo con la puesta en marcha de formas nuevas de judicialización de la política. El grito del "APRA nunca muere" fue la expresión de lucha de varias generaciones de militantes que se sucedieron en la conducción de un partido histórico. El APRA de hoy, debe proponer alternativas frente a un mundo marcado por la revolución tecnológica, nuevas formas de imperialismo y por un globalismo avasallador. Recoger el legado de Haya de la Torre pasa necesariamente por asumir la defensa de la libertad frente a cualquier atisbo de dictadura o amenaza totalitaria.