La Teoría de la Elección Pública, también conocida como Public Choice, es una rama de la economía que aplica herramientas y conceptos económicos al estudio del comportamiento de los individuos e instituciones del ámbito político. Su enfoque se centra en entender cómo se toman las decisiones en el gobierno y cómo éstas afectan a los ciudadanos. También examina cómo se formulan, debaten e implementan las políticas públicas, considerando los incentivos, las preferencias y el comportamiento de los actores políticos.
Dentro de este marco teórico, la "tríada oscura" término acuñado por Paulhus y Williams en 2002, hace referencia a un conjunto de tres rasgos de personalidad: el maquiavelismo, el narcisismo y la psicopatía. Estos rasgos comparten características como la manipulación, la falta de empatía y la búsqueda de poder, y su influencia no se limita al ámbito individual, sino que también se extiende al dominio político.
El maquiavelismo es un rasgo de personalidad que se caracteriza por la manipulación estratégica, la astucia y la falta de escrúpulos morales en la búsqueda del poder. En el ámbito político, los líderes con altos niveles de maquiavelismo pueden ser expertos en el arte de la negociación y la persuasión, utilizando tácticas engañosas para avanzar en sus agendas políticas y mantener su posición de poder. Su enfoque pragmático y calculador puede llevarlos a tomar decisiones que maximizan su propio interés, incluso a expensas del bienestar público.
El narcisismo se caracteriza por un sentido inflado de autoimportancia, una necesidad constante de admiración y una falta de empatía hacia los demás. En el ámbito político, los líderes narcisistas pueden estar obsesionados con su propia imagen y prestigio, priorizando su propio reconocimiento sobre las necesidades y preocupaciones de la sociedad. Su búsqueda desmedida de atención y validación puede llevarlos a tomar decisiones impulsivas y centradas en sí mismos, en lugar de considerar el interés público en sus acciones políticas.
La psicopatía se caracteriza por la falta de remordimiento, la impulsividad y la incapacidad para empatizar con los demás. En el contexto político, los líderes psicopáticos pueden mostrar una indiferencia flagrante hacia el sufrimiento humano y las consecuencias de sus acciones. Su falta de consideración por las normas éticas y morales puede llevarlos a tomar decisiones que benefician sus intereses personales sin tener en cuenta el bienestar general de la sociedad.
La tríada oscura de la personalidad tiene una relación intrínseca con la política, ya que influye en cómo se formulan, debaten e implementan las políticas públicas, así como en el comportamiento de los líderes políticos, quienes buscan el poder y el control político para satisfacer sus propias necesidades y ambiciones. Su comportamiento manipulador, egocéntrico e insensible socava la confianza en las instituciones democráticas y debilita la legitimidad del proceso político.
Por su estructura piramidal y jerárquica la Gestión Pública es atractiva para este tipo de personalidades, por ello es importante mantener una postura vigilante y cuestionadora frente al poder político tenga el color que tenga.