OpiniónJueves, 15 de febrero de 2024
Queremos toda la verdad, por Eduardo Vega Marisca

Las impresionantes revelaciones que viene realizando el sr. Jaime Villanueva en diferentes instancias han producido en definitiva un terremoto en el Ministerio Público luego del cual deberían quedar pocos sobrevivientes (sobre todo en las esferas más altas) y muchos heridos de gravedad, incluso fuera de la misma institución. Sin embargo, como en el Perú somos los campeones de remojo y lavado en agua tibia, pese a que incluso los ciudadanos podemos hacer corroboraciones de una gran cantidad de los hechos narrados sólo a través de un ejercicio de memoria, es muy probable que este funesto capítulo pase rápidamente a la historia e incluso el olvido.

Aprovechando el foco de atención en la fiscalía, Dina cambió algunos miembros del gabinete (obvio que no podía cambiar a todos porque la van a mirar a ella de nuevo), pero como hay que terminar de pasar la página y olvidar los escándalos relacionados a las influencias y direccionamiento que mantenía (y posiblemente aún mantiene) el IDL sobre los fiscales asignados a los casos más grandes del Perú. La prensa ha intentado regresar al caso de los Peajes con Rutas de Lima, e incluso al tema de Vizcarra y la entrega de dinero por parte de Villafuerte sin mayor éxito.

Lo cierto es que cuanto más se revisan las declaraciones de Jaime Villanueva, se comprometen más personajes de la clase política y del Ministerio Público en una lista que desde ya incluye directa e indirectamente a Dina Boluarte, Alejando Soto, Gustavo Gorriti, Pablo Sánchez, José Domingo Pérez, Keiko Fujimori, Rafael Vela Barba, Martha Moyano, José Salas Arenas, Pedro Castillo, Vladimir Cerrón y muchos otros personajes de la política nacional; en una actuación no tan estratégica del llamado Filósofo que podría resumirse en: “Si me voy a hundir, bueno que caigan todos conmigo”.

Sinceramente, cualquier cosa pudimos haber esperado del secretario de Patricia Benavides, menos que desde tanto tiempo atrás estaría vinculado a tantos eventos históricos políticos relevantes. Si algunos pensaron que la captura de Villanueva podría causar una tormenta en el Ministerio Público para que caiga Patricia Benavides; jamás imaginaron que podría convertirse en el ojo de un huracán categoría 5, y que arrasaría con todo lo que tiene a su paso.

Probablemente, no todo lo dicho por Villanueva sea completamente cierto, pero no podemos negar que tiene una memoria prodigiosa en la que si bien se pudo escapar algún detalle en los tantos relatos que maneja, la realidad es que no parece tener grandes contradicciones. Sus descripciones de lo que venía ocurriendo detrás de las escenas que se han dejado trascender a la opinión pública, somos los propios ciudadanos los que vamos entendiendo por qué, cómo y cuándo han ocurrido algunos de los eventos que nos han traído a la historia que vivimos hoy.

Ahora sabemos con claridad, por ejemplo, cómo se armó la elección de Castillo, porque la persecución desenfrenada a Keiko por un caso que en principio no debió ser considerado como delito, cómo se armó el “cerco para Alan García” -y quienes sabían preliminarmente de su orden de detención preliminar-, por qué el lagarto “pasó piola” tanto tiempo, entre otras cosas más.

Con todo esto, ya está claro que en el Perú se ha producido una “politización de la justicia y la prensa” absolutamente desproporcionada, en la que probablemente sólo estemos viendo la punta del Iceberg, pues si IDL reporteros influencia y coordina con fiscales para dosificar las informaciones que se filtran al público, con ello administrar las escaladas de las noticias que marcan la agenda política, para con ello presionar e inducir la opinión y el comportamiento de la población; tranquilamente podríamos comparar a Gorriti con Montesinos e incluso concluir que pone y saca presidentes, como en antaño se decía de Odebrecht.

Así las cosas, y sólo con el fin de conocer la verdad, creo que Gorriti debería pasar un buen rato por el banquillo, pero conectado un polígrafo; y si ello no es posible, debería de ofrecerse una “amnistía general” para todo aquel que se encuentre coaccionado legal, política o moralmente por parte de IDL, para que confiesen y relaten abiertamente al Perú los alcances y presiones a los que se les ha sometido incluso si sólo fue para obtener beneficios personales. Lo importante es que se pueda colegir y comprobar las historias de Villanueva para con ello evitar caer nuevamente en el mismo error.

Como dice el Evangelio de San Juan, “La verdad os hará libres” y aunque en este caso ello no pueda aplicar para los involucrados en los actos criminales que se vienen develando, el Perú no requiere medias verdades, requiere la toda verdad.

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