La biografía es un género de muy difícil clasificación. En 1944 el historiador José Luis Romero (1909-1977) señaló que había:
…sido frecuente considerar a la biografía —y así se ha dicho más de una vez— como una forma popular o subsidiaria de la historia, quizá por la sola razón de que ha encontrado más cálida acogida en el lector culto, pero no especialista.(Sobre la biografía y la historia, 1945).[i]
Además, agregó que:
Un biógrafo suele tener —debemos confesarlo— el ánimo más ágil y vivaz que el historiador de los grandes dramas colectivos y de los mínimos y agigantados detalles eruditos; su trazo refleja un perfil de la vida menos deformado por las abstracciones conceptuales; y, sobre todo, ha preferido prescindir de toda armazón erudita y mantener su relato dentro del clima peculiar que procura evocar, sin trasladar al lector a cada instante al áspero terreno de sus búsquedas. (Sobre la biografía y la historia, 1945). [ii]
Debido a estas razones, para muchos historiadores profesionales de mediados del siglo XX, la biografía dejó de ser vista como una de las formas clásicas de la historiografía para ser considerada como una expresión más literaria que histórica. Ahora bien, como nos ha explicado Virgilio López Lemus, una biografía erudita también puede ser una “hecho literario de relieve” toda vez que puede tener “el don del ensayo, el trasfondo narrativo de la novela, el flujo del drama y la gracia lirica de la mejor poesía escrita” [iii].
Pero, más allá de esa importante precisión, es evidente que para los representantes de la historiografía posterior a 1929, influenciados por la escuela de historia social que representó la revista Annales, la explosión de biografías individualista en el primer tercio del siglo XX, y su éxito entre el gran público, los llevaron a la cancelación de todo el género, sin necesidad de hacer una distinción precisa de si estas eran ensayos biográficos, biografías noveladas o novelas biográficas.
Es indudable que aquel éxito de las biografías también tuvo como efecto colateral, elevar a los biógrafosal rango de super estrellas literarias como fue el caso de Lytton Strachey, Hillarie Belloc, Emil Lugwig o Stefan Zweig quienes ganaban el favor de los lectores gracias a sus ingeniosos despliegues de intuición, especulación o incluso ficción para cubrir los vacíos que siempre se presentan en el estudio de la vida del biografiado o incluso para reforzar el sentido dramático, trágico o heroico de la obra. Es evidente que en el proceso de descalificación de la biografía también tuvo una parte no menor un profundo celo intelectual hacía los biógrafos que contribuyó a que se produjese un eclipse biográfico salvando el caso de la historiografía anglosajona.
En la historiografía peruana, por extrañas circunstancias, el eclipse biográfico que hemos referido se ha mantenido hasta nuestros días y la gran explosión del género que se ha producido en otros países de la región como México, Argentina, Colombia, Chile e incluso Bolivia no ha llegado aún al Perú. A lo largo de estas líneas relataremos la larga tradición biográfica peruana que está a la espera de un nuevo florecimiento.
Los nuevos historiadores que empezaron a desarrollar su trabajo intelectual desde la década de 1960 se vieron muy influidos por la historia social que seguía a la escuela de Annales en Francia en la cual se menospreció al género biográfico como expresión individualista o, de ser el caso las aceptaba como biografías instrumentales para dar a conocer un contexto económico o social lo cual produjo un largo eclipse biográfico.
A partir de la década de 1990 se empezaron a publicar algunas biografías, aun reducidas y acotadas y las que han logrado mayor difusión han sido las biografías periodísticas donde periodistas de investigación, que dedicaron mucho tiempo a determinados casos o personajes públicos, se deciden a redondear sus indagaciones con un perfil biográfico.
Lamentablemente en el ámbito académico peruano la biografía aún se mantiene el prejuicio cientificista (positivista o socialista) y sigue considerada como un género menor de los estudios históricos. Parafraseando a Pirandello, en el Perú tenemos muchos “biografiables” en busca de biógrafos.
El eclipse biográfico del que hablamos recién empezó a finalizar a principios de la década de 1990, cuando muchos historiadores que habían criticado al género por “individualista” empezaron a observar que a través de él también se podían apreciar las “estructuras económicas o sociales”, pero entendiéndolas en relación con la vida del biografiado o en su interrelación con hechos o ideas de su tiempo. Y, desde entonces, se han producido un notable incremento de las biografías e incluso la formulación de teorías historiográficas sobre la biografía como la notable La apuesta biográfica (2009) de François Dosse en Francia o La teoría de la biografía (2015) de María Teresa del Olmo Ibáñez en España.
Para finalizar este texto queremos recordar y hacer nuestro lo dicho por el historiador Jorge Basadre en el prólogo de 1966 cuando dijo que:
La biografía constituye uno de los muchos géneros históricos, uno de los más antiguos y de los más actuales. No merece ser clasificado en un lugar inferior…la biografía es un género asaz difícil. Necesita del arte, la intuición y la imaginación de quien la escribe; pero se haya constreñida por el deber de la lealtad a las fuentes documentales. En muchos casos ante muchos problemas básicos, faltan testimonios, otras veces se contradicen notoriamente… La exactitud documental aparece como el deber del biógrafo honesto y su cruz. A veces llegan a ser heroicos sus esfuerzos por obtenerla. La gran biografía no es la que presenta figuras legendarias sino seres auténticos, la que pone en relieve la verdad sicológica, pero sin salir de sus límites esenciales que son los de la historia y el historiador.[iv]
*Este texto es el primero de ocho entregas del autor sobre el género biográfico.
[i] Romero, José Luis. Sobre la biografía y la historia. Buenos Aires, 1945.
[ii] Romero, José Luis. Sobre la biografía y la historia. Buenos Aires, 1945.
[iii] López Lemus, Virgilio. Biografía, historia de vida, testimonio https://journals.openedition.org/america/301
[iv] Basadre, Jorge. Prologo. En:Chirinos Soto, Enrique. Vidas paralelas. Lima, 1966.