Las constantes revelaciones de Jaime Villanueva a la Fiscalía acercan cada vez más a Gustavo Gorriti, director de IDL Reporteros, a las manos de la justicia y rompen esa máscara de periodista justiciero ante la opinión pública para revelar a un manipulador y operador político de la izquierda.
Quizás algunos crean que sus artimañas para dirigir tras las sombras el curso de la justicia y la política son exclusivas de Perú. No. El “génesis” de estas prácticas de manipulación tuvo como escenario Panamá, específicamente en el diario La Prensa, donde Gorriti fue director de informaciones durante la década de los 90’. Su mayor víctima fue el exfiscal supremo José Antonio Sossa Rodríguez, a quien le arruinó su reputación al acusarlo falsamente de haber recibido supuestas donaciones de un grupo narcotraficante para una campaña de diputado. El detonante de esta venganza mediática fue que Sossa no se sometió al capricho de abrir una investigación sin pruebas al yerno del expresidente Ernesto Pérez Balladares por presuntos actos de corrupción. En ese entonces, Gorriti le aseguró que tenía las pruebas, pero nunca las presentó. Obviamente, no le hizo gracia que alguien no accediera a su “espíritu justiciero”.
Muchos quizás han escuchado sobre el “secuestro” de Gorriti años posteriores por parte del gobierno de Fujimori y como es un actual abanderado de los “derechos humanos” y muchos ideales de la izquierda. La militancia y predilección de Gustavo Gorriti por las causas de izquierda nos llevan a preguntarnos por su origen y quién influyó en él. La respuesta es su padre: Gustavo Gorriti Butrón.
Aldo Mariategui reveló en su programa #YoCaviar en Willax que durante el gobierno de Manuel Prado (1939-1945), Gorriti Butrón fue uno de los ocho diputados comunistas que llevó en su lista parlamentaria. Pertenecía especialmente al Partido Comunista Peruano, al que renunció en 1950, tal como lo contó en sus memorias “Diputado Visionario”. En este libro, Gorriti padre afirma que siempre “conservó una visión de izquierda” y que solía mantener diálogos al respecto con su hijo (el retoño Gustavo).
¿Cúales eran esos ideales en los que creía Gorriti Butrón, especialmente en su paso por el PCP?
El PCP, fundado en 1928 por José Carlos Mariátegui, fue una “mutación” del Partido Socialista Peruano (el cual profesaba el marxismo-leninismo, anti-feudalismo y antiimperialismo). Tras algunas disputas en el partido, un grupo se separó y formó el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el cual se convirtió en uno de los primeros grupos guerrilleros del país. Posteriormente, se dividió entre pro-soviéticos y pro-chinos (maoísmo).
Ideológicamente, en sus inicios el PCP estuvo influenciado por el mariateguismo y el comunismo soviético, pues era leal a la Unión Soviética y la Komintern, la organización internacional comunista cuyo objetivo era “la supresión del sistema capitalista, el establecimiento de la dictadura del proletariado y de la República Internacional de los Soviets, la completa abolición de las clases sociales y la realización del socialismo, como primer paso a la sociedad comunista”.
Si nos detenemos a analizar estas ideas en las que se empapó el padre de Gustavo Gorriti, notamos que existe un patrón de una imposición de modos de gobierno, visiones y valores específicos a nivel internacional.
Actualmente, el PCP tiene una orientación hacia la “izquierda progresista” y que se han unido a colaciones de apoyo a candidatos como Ollanta Humala y Verónika Mendoza.
Todo este bagaje ideológico fue el legado que recibió Gustavo Gorriti de su familia y que ha abrazado, algo que es notorio en sus escritos y acciones.
Estas ideas son peligrosas y siguen un patrón internacional que, tomando en cuenta el caso de Gorriti en Panamá, ingresaría al sector judicial, como el veneno de un insecto, para destruirlo desde adentro y apoderarse de este.
¿Será para imponer en el Estado una ideología perversa (como el comunismo) que actualmente muchos subestiman o caen en las mentiras creadas por esta?
Y ese trabajo se facilitaría teniendo a una Generación del Bicentenario que se distingue por su estrechez de mente y fácil manipulación y a un pueblo al que se le mantiene ignorante con un pésimo sistema de educación y falta de pensamiento crítico.
Hay algo muy perverso detrás de la figura de Gustavo Gorriti y de su aparato IDL. No olvidemos quién lo formó.