OpiniónDomingo, 3 de marzo de 2024
Las biografías cristianas, por Fernán Altuve-Febres*
Fernán Altuve
Abogado y analista político

La cultura gótica también preservó la tradición biográfica greco-latina del panegírico regio desde laprimera biografía medieval dedicada a un monarca europeo había sido la Vita Karolo Magni(circa 833) escrita por Eginardo, admirador de Suetonio,que dio inicio a una secuela de obras didáctico-política sobre este gobernante ejemplar como en el caso de Alberico de Trois-Fontaines en el siglo XIIy que culmina con la Vita Caroli de Donato Acciaiuoli (1429-1478), traductor de Plutarco, que fue escrita cerca de 1470.

Así mismo, la tradición grecolatina perduró gracias a las obras tituladas De viris illustribus, los “varones ilustres”, entre los que se destacaron San Jerónimo, San Isidoro de Sevilla y San Idelfonso de Toledo. Estos tratados están especialmente redactados para destacar a las personalidades cristianas que resaltaban en la lucha intelectual contra la herejía y así evidenciar que el cristianismo no era un credo indocto frente a los filósofos paganos.

El texto de San Jerónimo, escrito hacia 393 d. C., presentaba 135 vidas breves incluyendo la del propio autor. La obra isidoriana, redactada entre el 615 y el 618 d. C., reunía 48 personajes relevantes en la construcción doctrinal del cristianismo en tanto que, el libro de San Idelfonso de Toledo, escrito entre el 657 y el 667, contenía 13 apologías de importantes obispos de las sedes hispánicas. Este tipo de biografía gótica fue preeminente en la republica cristiana hasta el siglo VIII en que se hizo presente, con gran fuerza, el modelo hagiográfico.

La palabra hagiografía, que deriva de agios (ἅγιος= santo) y graphon (γραφή= escritura) y se había originado en el siglo I.V. d. C., siendo sus textos fundacionales la vida de san Antonio (356) escrita por San Atanacio de Alejandría y la Vida de San Benito Abad (570) de San Gregorio Magno. Este tipo biográfico se difundió gracias a la aparición de una gran cantidad de “pasiones” o vida de mártires que, en la mayoría de los casos, nacían como relatos anuales para los sermones de importantes fechas festivas o en panegíricos como los de San Damaso.

Al respecto María Teresa del Olmo nos dice que:

La hagiografía es considerada género de desarrollo medieval con origen en el primer cristianismo…, la crítica ha aislado y caracterizado tres subgéneros hagiográficos: la hagiografía bizantina, la hagiografía otoniana y la hagiografía del siglo XII con el paradigma de la obra de Pedro Blois. [i]

Blois fue autor de La pasión del príncipe Reinaldo de Blois que causó un gran impacto a la que le siguió otro hito medieval importante, la Leyenda áurea del dominico italiano Jacobo de la Vorágine (1228-1298).

texto de amplia circulación en siglos posteriores, es una recopilación de relatos esquemáticos sobre la vida de santos, llenos de personajes humanos y divinos que realizan milagros asombrosos.[ii]

Las pasiones de mártires y las vidas de los santos lograron conformar una tradición que tuvo su máxima expresión en la Acta Sanctorum publicada en Amberes (1643) pero, para entonces, y desde el siglo XIV, el humanismo ya había generalizado un tipo biográfico novedoso que se caracterizaba por haber podido recrear el modelo grecolatino de “los varones ilustres”. En 1340 Petrarca hizo pública su De viris illustribus, obra con un gran colorido literario que consolido esa forma nueva de relato, el “estilo toscano”.

En este estilo destacó de manera notable Giovanni Boccaccio con sus De casibus virorum illustrium, (sobre los desatinos de los hombres célebres), que contiene 56 biografías en prosa. También escribió De claris mulieribus que reúne 106 relatos sobre mujeres que superaron la desgracia mediante el ejercicio de la virtud. Por su parte, siguiendo este estilo, Boccacio fue autor de Trattatello in laude di Dante o vita de Dante, biografía que en una edición de 1947 fue prologada por José Luis Romero quien de ella escribió:

La vita di Dante es, en su tiempo, una obra de nuevo tipo, de la que arranca una rica corriente en el campo de los estudios históricos. Es la biografía de un poeta, de un artista en cuanto tal; … Pero el esfuerzo creador, el esfuerzo de concebir una existencia en cuanto desenvolvimiento de un espíritu poético, se debió originariamente a ese espíritu poético también, pero multiforme y a veces paradójico, que fue Giovanni Boccaccio; un espíritu alerta a todos los llamados de la realidad de su época y pronto para reordenar la interpretación de las cosas del pasado según los principios de su tiempo, que él contribuiría, por cierto, a elaborar, a modelar y a definir.[iii]

Gracias a este modelo nuevo modelo biográfico se pudo lograr que:

El sabio humanista, el artista creador, el hombre de Estado, el prelado y el cortesano comenzarán a erigirse como formas de vida dentro de las cuales aspira el biógrafo a encuadrar su personaje. Pero al mismo tiempo concurre a limitar el predominio de esa tendencia la vigorosa percepción del individuo como ámbito irreductible, cuya presencia señalan la realidad, con sus ejemplos de innegable vigor, y la doctrina filosófica, con su aporte platónico. [iv]

Jacobo Burckhardt (1818-1897) ha señalado que el estilo toscano era: “…considerablemente avanzado respecto de Europa”, pues se acentuaba como elemento diferenciador la búsqueda de la personalidad y en algunos casos se narraban anécdotas en clave ligera para humanizar al biografiado.[v]

Entre los siglos XV y XVI, resaltó en este estilo humanista, Leonardo Bruni, autor de unas Vidas paralelas donde estudia las vidas de Aristóteles, Dante, así como la del mismo Petrarca. También destacaron Giorgio Vasari (1511-1574), autor de Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos o Karel van Mander (1548-1606), autor del libro de pintores titulado Schilder-Boeck, obras que consolidan la elevación de los artistas a varones ilustres como ya había iniciado a finales del siglo XIV Filippo Villani, con suLiber de origine civitatis Florentiae et eiusdem famosis civibus

Hacia el final del siglo XV, Nicolas Maquiavelo redacto su vida de Castruccio Castracani, que tuvo como característica fundamental conseguir la deconstrucción del ideal ejemplificador clásico del biografiado, pues cambia el sentido de los conceptos de virtud y vicio. Desde entonces, en una obra se puede entender el término “eficacia” como virtud y, en sustitución del término vicio, el de “infortunio”.

En España, desde el siglo XIII, en tiempos de Alfonso el sabio, ya se destacaban importantes relatos de las vidas de los reyes como los de Juan Gil de Zamara y las de santos como las de Bernardo de Brihuela y Rodrigo Cerrato. Incluso en el espacio andalusí se escribieron obras del género como la Historia de los sabios de Al Ándalus de Ibn al-Faradi o la Historia de los jueces de Córdoba de Muhammad al-Jusaní.

Pero más allá de estos relatos, y de la lejana influencia de San Isidoro, los humanistas españoles recibieron la poderosa influencia del estilo toscano que es observable en obras comoClaros varones de Castilla de Fernando del Pulgar, en las generaciones y semblanza de Fernán Pérez de Guzmán o en la Breve parte de las hazañas del excelente nombrado Gran Capitán de Hernán Pérez del Pulgar.

En Franciael desarrollo biográfico fue tardío, pues si bien es cierto existieron las vie des illustres de Pierre de Brantome (1540-1614) ellas nunca se consideraron del todo rigurosas y comohaanotado François Dosse la crónica regia mantuvo una larga tradiciónque probablemente impidió la llegada de los relatos de las vidas literarias las cuales recién hicieron su aparición tardía con tras la muerte del sabio Pierre Ronsard (1524-1585) cuya biografía, escrita en 1586 por Claude Binet, abrió toda una nueva óptica en aquel país.[vi]

*Esta es la tercera entrega de ocho artículos del autor sobre el género biográfico.


[i] Del Olmo Ibáñez, María Teresa. Teoría de la biografía. Madrid, 2015. p. 43.

[ii] Núñez Pérez, María Gloria. La biografía en la actual historiografía contemporánea española.

En: Espacio, Tiempo y Forma, Serie V, H." Contemporánea, T. 10, 1997. pp. 407-439

[iii] Romero, José Luis. La vida del Dante de Boccaccio. Buenos Aires, 1947.

[iv] Romero, José Luis. La vida del Dante de Boccaccio. Buenos Aires, 1947.

[v] Del Olmo Ibáñez, María Teresa. Teoría de la biografía. Madrid, 2015. pp. 45-46

[vi] Dosse, François. La apuesta biográfica. Valencia, 2007. p. 161.

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