Hoy es Día de la mujer y hay varias reflexiones que me gustaría dejarles. Algunos insisten en que no se debería celebrar por haberse convertido en un símbolo del movimiento feminista. Sin embargo, esto nunca fue así, solo que hemos permitido que se adjudiquen el mérito.
Sara Huff hizo un gran análisis recientemente sobre lo que es el feminismo y lo woke: las personas del movimiento, especialmente los varones, abrazan los clichés y los vicios de las mujeres. Las mujeres que pretenden destruir su feminidad y no solo militan por el feminismo, sino que también caen en la mentira LGTB, no buscan emular las virtudes en los varones, si no los vicios y los clichés de lo que significa la masculinidad. Así es que se crea un círculo vicioso de una sociedad totalmente enajenada que como dijo el Papa Francisco borra todo límite entre hombres y mujeres. Recientemente el sumo pontífice dijo que la ideología de género es lo peor, lo "más feo" que le ha pasado a esta época - y tiene toda la razón.
Acá las mujeres tenemos que asumir una responsabilidad aún más grande: recuperar lo que por derecho es nuestro. El concepto de mujer está tan venido a menos que ahora un señor disfrazado y manteniendo su apariencia y genitales masculinos pretende convertir la palabra mujer en una simple etiqueta para poder satisfacer sus caprichos. Lo peor es que bajo la ridícula excusa de la empatía, se supone que debemos aceptarlo y comprenderlo, porque de lo contrario, caemos en un discurso de “odio”.
Esta es la etapa de la rebeldía, de levantar la voz contra la dictadura colonizadora del absurdo que propone el globalismo. No solo se trata de levantar el puño con un pañuelo verde y un polo morado diciendo que la mujer es importante y no queremos más violencia. ¿Dónde quedan todas esas madres que pierden a sus hijos tratando de emigrar a Estados Unidos en la frontera? ¿Dónde quedan todas esas niñas que son asesinadas brutalmente en el vientre luego de que un sicario las corte pedazos con el pretexto de los derechos de la libertad reproductiva de la mujer, algo que ahora llaman "aborto" como si fuera una decisión legítima? ¿Dónde quedan todas las millones de madres emprendedoras del Perú que cada vez se ven más castradas por impuestos y burocracia ridícula, obligadas por un estado que necesita mantener planillas millonarias en ministerios inservibles como el de inclusión social, ambiente, feminismo (porque no es de la mujer) y cultura?
En el Perú tenemos varios ejemplos de mujeres que no fueron revolucionarias, sino poderosos ejemplos reales. Desde Mama Runtu hasta Santa Rosa de Lima, tenemos la vocación, el amor y la ternura intrínseca de nuestra feminidad, que jamás ha sido una debilidad, sino una fortaleza. Este es un buen momento para recordar que es una bendición ser mujer y que podemos hacer mucho desde el momento histórico que estamos pasando. Hoy más que nunca podemos hacer la diferencia e influir a más jóvenes para que abracen su poderosa feminidad con verdadera identidad peruana, sin ridiculeces y mentalismos baratos que generen resentimiento. Ya hemos tenido demasiada división los últimos años, muy posiblemente esté en las manos de las mujeres que vienen después de nosotras, unir a esta gran nación para que vuelva a ser la protagonista de este continente.
Así que feliz día de la mujer a todas las que lean esta columna. Siéntanse poderosas y celebren el don de la feminidad, cultiven las virtudes, conserven valores y demuestren el verdadero significado de esta palabra con su testimonio de vida.