OpiniónViernes, 15 de marzo de 2024
Hamás y la violación al derecho de la guerra, por Ignacio Urquiaga

Los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales son tratados internacionales que regulan las principales normativas con el fin de limitar la barbarie de la guerra. De este modo hacen una división clara entre aquellas personas combatientes y no combatientes en la guerra. El fin principal es proteger a quienes no participan de la guerra, por ejemplo, civiles, personal sanitario, miembros de organizaciones humanitarias, etc. Asimismo, los Convenios establecen medidas con el fin de prevenir la infracción de estos instrumentos, por lo que existe una normativa que deben seguir los combatientes en una guerra y que no pueden pasar por alto. De este modo, quienes infringen estas normas deben ser enjuiciados o extraditados, al margen de su nacionalidad.

¿Cuáles son esas normas que deben seguir los combatientes? Por ejemplo, los combatientes de una guerra deben estar siempre debidamente uniformados, con el fin de que se les pueda reconocer como combatientes. También tienen prohibido llevar a cabo tomas de rehenes. Asimismo, los combatientes deben tener las armas a la vista, nuevamente el fin es que pueda haber una distinción clara entre combatientes y no combatiente.

Sin embargo, desde la guerra entre Irak y Estados Unidos está sucediendo un fenómeno relativamente novedoso. Y es que ha dejado de haber una distinción clara entre el combatiente y no combatiente. No se está respetando este aspecto de los Convenios de Ginebra ni las regulaciones de La Haya. Dentro de las regulaciones de La Haya se establece por ejemplo que no se pueden bombardear objetivos civiles.

Un claro ejemplo es la guerra actual entre Israel y el grupo terrorista Hamás. Este grupo se confunde con la población civil. No utilizan uniformes ni distintivos fijos con los cuales puedan ser identificados. Asimismo, dentro de su modus operandi está la constante toma de rehenes, en algunos casos los ejecutan y en otros los usan para negociar. Además, tienen la práctica de construir bases militares debajo de hospitales, colegios, mercados, casas, etc. Es decir, buscan confundirse con civiles para después actuar como combatientes. Entonces, Israel ataca dichos objetivos y lamentablemente hay civiles que mueren también. Pero no debemos dejar de advertir que el problema inicial radica en que dichas bases por ningún motivo tendrían que estar construidas debajo de esos lugares civiles. Este grupo terrorista no tiene ningún interés en respetar las normas de la guerra establecidas internacionalmente.

¿Qué se debería hacer con los terroristas que no cumplen con el derecho internacional? Un juicio sumario, y dado que no cumplen con estas normativas, deberían ser ejecutados, pues son criminales de guerra.

En conclusión, se puede ver que se está esfumando la distinción entre combatiente y no combatiente en las guerras. Antes fue con Hezbollah o Al Qaeda y ahora claramente se observa a Hamás. El Estado que los combate debe enfrentarse a un grupo que no respeta las reglas del combatiente. No son soldados, y eso es imprevisible para el Estado de Israel en este caso. Actualmente, la única guerra en donde está más clara la distinción es entre Rusia y Ucrania, hay dos ejércitos que combaten abiertamente. Y aun así los mercenarios contratados por Vladimir Putin podrían ser una excepción. Cada vez es más común esta mala práctica en las guerras e irrespetar los Convenios de Ginebra y el derecho internacional.

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