OpiniónLunes, 18 de marzo de 2024
“Corriente y Comida” protesta Cubana, por Berit Knudsen
Berit Knudsen
Analista en comunicaciones

Las protestas del domingo 17 de marzo en Cuba, especialmente en Santiago de Cuba y Bayamo, reflejan la creciente frustración y descontento de la población frente una crisis exacerbada por prolongados cortes de electricidad y escasez de alimentos. Desafían al gobierno represivo de Miguel Díaz-Canel quien manifestó “Varias personas han expresado su inconformidad con la situación del servicio eléctrico y la distribución de alimentos, contexto que se intenta aprovechar por los enemigos de la Revolución.”

La crisis en Cuba ha alcanzado niveles alarmantes, con cortes de electricidad por 13 horas al día que impide el acceso a servicios esenciales como salud y educación. La escasez se suma a la precaria situación económica, exacerbada por falta de pan, leche, alimentos básicos y medicinas, malestar generalizado que la población ya no puede esconder.

A pesar de las represalias y la violenta represión sufrida por los manifestantes del 11 de julio de 2021, tres años más tarde los cubanos vuelven a poner en riesgo su ya restringida libertad para salir a las calles y expresar sus demandas. Los resultados de esas protestas fueron más de 1.000 personas detenidas, 300 condenados a prisión con penas entre 4 y 30 años, 55 de los cuales fueron jóvenes de 16 y 18 años.

A pesar de los intentos del gobierno por restringir las comunicaciones y cortar el acceso a internet, los ciudadanos han logrado compartir testimonios de las manifestaciones traspasando fronteras, buscando visibilidad sobre el drama cubano. Pero, la respuesta del gobierno sigue siendo represiva, como era predecible, militarizando muchas zonas y deteniendo disidentes.

Las demandas de los manifestantes son claras: corriente eléctrica, comida y libertad. La presencia de funcionarios del Partido Comunista evidencia la preocupación del gobierno por la creciente agitación social y el malestar generalizado.

Las protestas en Cuba merecen toda la atención y el pronunciamiento de la comunidad internacional sobre la situación en la isla, aumentando la presión y señalando la represión de un régimen autoritario que no cesa luego de 65 años. Estas manifestaciones muestran el drama de una población, quienes, conociendo los peligros y consecuencias luego de las manifestaciones del 11 de julio de 2021, siguen levantando la voz para mostrar el hartazgo. Esa dictadura tiene que terminar.

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