OpiniónDomingo, 24 de marzo de 2024
La biografía virreinal, por Fernán Altuve-Febres*
Fernán Altuve
Abogado y analista político

Durante los siglos XVI y XVII la historiografía criolla se expresó a través del género hagiográfico. Rene Millar nos ha dicho:

Dentro del concepto hagiografía caben muchas formas diferentes, desde aquellas que refieren una vida en sus diferentes etapas, hasta otras que aluden sólo a los milagros, o a las reliquias o al martirio que experimentó el santo…por lo que buena parte de la producción de textos sobre estos temas se conocían con los nombres, de vitae, leyendas, exempla, menologios, passiones y libelli y correspondían a contenidos y formas diferentes dentro del tema general de los santos.[i]

Ahora bien, más allá de las formas particulares mencionadas, para el caso del barroco hispano americano y, particularmente peruano, se debe tener en cuenta que la hagiografía fue el estilo preeminente de escribir la historia y que tuvo

…un mayor sustento argumentativo que otros géneros considerados tradicionalmente “históricos”, como la crónica.Además, es importante tener en cuenta que la hagiografía es un mecanismo de conciencia criolla, sobre el cual se articulan la posibilidad y la responsabilidad de generar una representación…[ii]

Las hagiografías fueron textos muy populares hasta el siglo XIX y, es a partir de esta última centuria han tenido un público más selecto, destacándose como biógrafo en este subgénero ha destacado historiador Rafael Sánchez-Concha Barrios. Él nos dice que:

…las narraciones de corte hagiográfico fueron empleadas por las órdenes religiosas para realzar los logros evangelizadores y cristianizadores de sus institutos. La abundante literatura registrada sobre sus bienaventurados, constituían una suerte de “orgullo de familia”, que se prodigaba y se incentivaba, en una constante persecución de una mayor militancia. [iii]

La difusión de las ideas ilustradas del siglo XVIII fue variando el gusto biográfico y, avanzada esa centuria, empezó el interés por las relaciones de vidas no solo del espacio religioso sino también del espacio secular.

El biógrafo más importante de esta nueva sensibilidad ilustrada fue Don Mariano Joaquín Carvajal-Vargas y Brun, nacido en Los Reyes de Lima el 17 de julio de 1742 y fallecido en Madrid el 23 de abril de 1796. De su madre heredo en 1789 los títulos de conde del puerto (VIII) y conde de castillejo (V), con este último fue conocido, no alcanzando a heredar de su padre el ducado de San Carlos por haber muerto antes que su progenitor. Desde 1756 había sido honrado como gentilhombre de cámara con ejercicio y Caballero de Santiago (1758) y caso con doña Mariana Eusebia Manrique de Lara y Carrillo de Albornoz hija del Marques de Lara en 1771.

Sus estudios iniciales los había realizado en el Colegio de San Martin y de él nos dice Guillermo Lohmann:

… que dejando de lado los juegos propios de la edad infantil había sido su continuo ejercicio desde que tuvo uso de razón el de las letras, el manejo de los libros y la aplicación de particular estudio de noticias de apreciables y antigüedades de varones ilustres[iv]

Desde los quince años[v] había quedado ciego motivo por el cual su dedicación a las letras la ejercía con lectores particulares y en su casa llegó a reunir una magnifica biblioteca y archivo siendo famosas las tertulias donde se reunía el más formidable cenáculo intelectual criollo.

Debido a sus limitaciones, dedicó todos sus esfuerzos al estudio y, en 1759, dictó un notable texto titulado Compendio Limano, que contiene el origen y sucesión de los incas, fundación de Lima, sus virreyes y sus prelados, obra que le valió ser incorporado en 1773 como miembro correspondiente de la Real Academia de Historia de Madrid. Luego fue admitido en las reales academias de la Lengua, la de Bellas Artes de San Fernando, en la categoría de honorario y, en 1774, fue elegido miembro benemérito de la Sociedad Bascongada [vi]

En 1787, pasó a la península y en 1791 escribió varones insignes o glorias del Perú que era una galería de peruanos ilustres dando una breve idea de sus vidas con datos e informaciones inteligentes que llegó a formar en varios volúmenes.[vii]En 1795, poco antes de su muerte, presentó un memorial genealógico que le valió la condecoración de la Gran Cruz de Carlos III.

*Esta es la sexta entrega de ocho del autor sobre el género biográfico.


[i]Millar Carvacho, René. Las Hagiografía y los procesos de canonización como fuentes para la historia de la religiosidad en la América Hispana. En: Revista Historia U de C, N. 20, vol. I, enero-junio 2012. pp. 141.

[ii] Borja Gómez, Jaime Humberto. Historiografía y hagiografía. En: Fronteras de la Historia 12. 2007 pp. 53-78

[iii] Sánchez concha, Rafael. Santos y santidad en el Perú virreinal. Lima, 2003. pp.76-77

[iv] Lohmann, Guillermo. La Sociedad Bascongada, la Sociedad Amantes del País y el Mercurio Peruano. En: La Real Sociedad Vascongada y América. Madrid 1992. p. 325

[v] Martínez Baeza, Sergio. El Correo Mayor de Indias y el Ducado de San Carlos. Madrid, 2014.

[vi] Lohmann, Guillermo. La Sociedad Bascongada, la Sociedad Amantes del País y el Mercurio Peruano. En: La Real Sociedad Vascongada y América. Madrid 1992. p. 325

[vii] Lohmann, Guillermo. La Sociedad Bascongada, la Sociedad Amantes del País y el Mercurio Peruano. En: La Real Sociedad Vascongada y América. Madrid 1992. p. 325

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