OpiniónJueves, 28 de marzo de 2024
¿El terrorista se rehabilita?, por Franco Consoli
Franco Consoli
Analista político

La pregunta del titular es sin duda alguna una muy controversial. Y es que, a pesar de que, ciertamente, la cárcel tiene una función rehabilitadora, la realidad dista de aquella suposición. Una contraposición notable con el derecho. Pensar que un senderista puede haber abandonado el pensamiento Gonzalo tras 20 – 25 años de cárcel suena a ficción para la gran mayoría de los peruanos. Yo me incluyo. Ante ello me resulta imperdonable que se esté considerando liberar a dos senderistas, como Osmán Morote (quien fue el segundo al mando después de Abimael Guzmán) y Margot Liendo, dos de los autores intelectuales del atentado de Tarata en 1992.

El 16 de julio del 1992, para muchos, el terrorismo de verdad llegó a Lima. Un coche bomba explotó en la segunda cuadra de la calle Tarata a las 9 de la noche. 25 muertos, 50 heridos, 420 familias afectadas por Sendero en esa noche. Mis padres me cuentan cómo llegaron a su casa tras el atentado. Llegaron a su edificio no muy lejos de la explosión, en la calle los Pinos, en el centro de Miraflores. Mi madre pensando que, a pesar de que había dejado sus ventanas abiertas con su cinta de embalaje puesta, encontraría todos los vidrios de su casa rotos. Suerte para ella, fue el único departamento cuyos vidrios no se quebraron. Nadie había dejado las ventanas abiertas, solo ella. Mientras mi padre ayudaba a un tío a quien le habían caído vidrios en la cabeza. Tarata destruida. Quien se lo iba a creer. Edificios sin fachada, personas ensangrentadas, gente muerta.

Uno de los tantos ataques de Sendero.

Por eso me parece inaudito como, 32 años después, se piense en liberar a dos de los autores de aquel atentado. Dos personas, que aun estando tras las rejas, habían logrado que muera más gente. Morote y Liendo fueron condenados a cadena perpetua por el coche bomba de Tarata. Ellos fueron, juntamente con Abimael y otros terroristas más, quienes orquestaron todo. Los autores mediatos. Ambos, condenados en 1988 por terrorismo, apresados juntos, culminaron su primera sentencia, solo para volver a ser condenados a cadena perpetua en el 2018 por Tarata. Su condena fue ratificada hace solo dos años, sin embargo, hoy piensan darles la libertad.

¿Los terroristas pueden ser resocializados?

La cuestión sobre la resocialización del reo en el país es más que controversial. Muchos consideramos que nuestro sistema penitenciario no está en condiciones como para rehabilitar a un condenado, sobre todo si cometió actos violentos. Pese a que una de las tantas funciones de la pena es justamente que el criminal, tras estar entre rejas, pueda salir y estar en condiciones de ser un miembro correcto dentro de la sociedad, la actualidad peruana no lo permite.

Ese es un aspecto que he podido conversar con diversos juristas en las últimas semanas, tanto constitucionalistas como penalistas, que me han proporcionado distintas posturas sobre el tema.

El expresidente del Tribunal Constitucional, Ernesto Álvarez, me comentó que no cree en la resocialización del reo en el Perú. Coincide conmigo en el hecho que las prisiones en el país no están diseñadas de forma tal que el reo pueda, tras salir, ser un miembro correcto dentro de la sociedad. En el Perú la reincidencia es altísima, y eso refleja el Estado de las cárceles en el país. Y me propuso una idea que de verdad podría rendir frutos, que es la creación de granjas agrícolas donde el delincuente trabaje, cultive, desarrolle ganadería y encuentre su humanidad. En lo personal le añadiría que con ese trabajo se pague todos los servicios de la cárcel.

Por otro lado, el constitucionalista Domingo García Belaúnde me manifestó que sí cree en la rehabilitación de los reos, dado que conoce casos en los cuales el criminal cambió su vida. Una postura que, en lo personal, no me satisface, pero que puedo comprender completamente.

No obstante, creo, a pesar de que no lo puedo decir con certeza, que ambos coinciden en el hecho que no es lo mismo la resocialización en el caso de los terroristas. El terrorismo es un delito aparte, hasta el día de hoy imperdonable, le guste o no al derecho.

Y es que, ciertamente, abandonar el pensamiento Gonzalo no es cosa simple. Era la filosofía de vida de los senderistas. ¿Creemos de verdad que Morote o Liendo han abandonado esa ideología? ¿Ambos han abandonado aquel pensamiento anti-Estado? Dificulto que lo haya hecho Maritza Garrido Lecca o Martha Huatay o la misma Lori Berenson con el emerretismo.

Aun así, suponiendo de buena fe que Morote y Liendo han abandonado su faceta terrorista, ¿merecen la libertad? Hoy en día están condenados por lo sucedido en Tarata, pero en sus manos hay mucha más sangre que no recibió justicia. Sus nombres están anexados al terror en el país. No podemos concederles la libertad. La cárcel es el lugar donde deben estar y dónde deben morir. Ya se vivió mucha injusticia el siglo pasado con el terrorismo, no dejemos que se siga haciendo más. Si el Poder Judicial les concede la libertad, se estaría burlando a carcajadas de las familias afectadas por el terrorismo, y por la memoria de quienes injustamente perdieron la vida, por la culpa de los mismos asesinos que hoy, nuestro sistema podría congraciar.

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