OpiniónDomingo, 31 de marzo de 2024
El “memorialismo” republicano, por Fernán Altuve-Febres*
Fernán Altuve
Abogado y analista político

Al iniciarse la etapa republicana aún estaban de moda los cánones literarios del clasicismo virreinal, por ello las primeras formas de aproximación a las vidas de los guerreros ilustres de la emancipación se hizo bajo los modelos de los elogios en certámenes académicos prerrománticos o en ceremonias religiosas donde las oraciones fúnebres, en la tradición de Bossuet, serán las piezas cumbre.

Estas oraciones fúnebres tenían como el ideal biográfico grecolatino y también cristiano en un sentido instructivo, no en el sentido de la antigua moral religiosa, pero si en el sentido de instruir al público en los valores de un nuevo heroísmo patriótico. El uso de la oración fúnebre en el siglo XIX sirvió para magnificar la imagen del prócer y del caudillo, y así poder convertirlo en un héroe republicano.

La oración fúnebre más importante la república peruana fue pronunciada por Bartolomé Herrera en las exequias del presidente Mariscal Agustín Gamarra celebradas el 4 de enero de 1842. En esta brillante pieza oratoria Herrera habla de la importancia del caudillo y su valentía en la lucha, la que sólo tuvo límite en la muerte en la batalla de Ingavi luchando contra el ejército boliviano. Pero adicionalmente a esta tragedia, Herrera señala que la muerte del presidente encierra un castigo al Perú por tantos años de desorden, caos y pequeñas ambiciones, razón por la cual el sacerdote exclama:

“El espíritu secreto de partido había usurpado el amor a la patria; y la patria que solo es visible para los corazones que le presentan el tributo de su amor no existía para muchos”.

Ante este castigo y para evitar más pecados contra la Patria como la desobediencia y la anarquía Herrera hace su “llamado al orden” y formula su propuesta política en la defensa del principio de autoridad.

En ese mismo sentido, la oración fúnebre oficiada por el sacerdote en el pulpito compartió simpatías del público culto con la necrología publicada en la prensa por el testigo o admirador.La necrología o articulo necrológico era una forma periodística que encuentra su origen en la plegaria fúnebre publicada en un diario. Era la noticia de una importante vida y obra de reciente difunto, un perfil biográfico que buscaba formular un homenaje mayor al del simple u obituario.

Las primeras obras de importancia sobre la historia del Perú independiente fueron de carácter biográfico o mejor dicho autobiográfico. Fueron escritas por los mismos protagonistas de las luchas emancipatorias o por los viajeros extranjeros que dieron a conocer al mundo europeo por primera vez las nuevas realidades de las repúblicas hispanoamericanas conformando así un género primigenio al que podríamos definir como “memorialista”.

Esta literatura memorialista se expresó en folletos o periódicos, esencialmente tuvo un sentido justificativo de la actuación del autor y, en algunos casos llego a ser panfletario en su contradicción o ataque a los contrarios del que lo escribió.

Estuardo Núñez (1908-2011) nos ha recordado entre los viajeros a Basil Hall, Robert Proctor, Hugh Savin, Richard Trevithick, Charles Darwin, Clements Markham, Ernest Middendorff, C. S Stewart, Herman Melville, Antonio Raimondi, Alcides D Orbigny, Eugene de Sartiges, Max Radiguet, Flora Tristán o Charles Wiener entre muchos otros. [i]

En cuanto a las memorias militares estas tuvieron como autores tanto a protagonistas del bando “godo” como del bando “criollo”. Entre los primeros destacan las memorias del Brigadier García Camba, del conde de Toreno y del general Jerónimo de Valdez. Entre los segundos tenemos como primer exponente a las memorias del mariscal Guillermo Miller, inglés al servicio del Perú quien las publico en Gran Bretaña (1828). A esta le siguieron las del general Francisco Vidal en 1855 entre otras.

Sin duda alguna las más importante de este subgénero y, también las más polémicas fueron de las Memorias y documentos para la historia de la independencia del Perú, y causas del mal éxito que ha tenido ésta, que fueron publicadas en dos gruesos volúmenes en Paris (1859), que tenían por autor a P. Pruvonena seudónimo tras el cual escribió José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete, primer presidente del Perú.

Al llegar los primeros ejemplares a Lima los fuertes calificativos contra muchos próceres de la independencia provocaron un escándalo político y social que hicieron que su hijo mayor procurase recoger discretamente los volúmenes en circulación pues resulto ser una obra póstuma pues José de la Riva Agüero, quien fuera primer presidente del Perú, falleció en Lima el 21 de mayo de 1858.

En la obra el autor relata los sucesos de la emancipación desde la perspectiva de la decepción hablando sobre las causas del mal éxito de la independencia peruana comparándola con el proceso estadounidense. Así mismo, realza su papel en los años de su breve gobierno y también nos explica su rol durante la Confederación Perú-Boliviana, su vida en el exilio luego de la caída de Santa Cruz y sus opiniones hasta la Convención Nacional de 1855. El texto incluye dos precisiones que el expresidente hizo en su oportunidad a las memorias españolas que se habían escrito mediante la Aclaración al historiador García Camba (1851) y la Rectificación acerca de lo que dice el historiador Torrente que Riva-Agüero se pasó a las filas del ejército real cuando arribó a las costas del Perú el de San Martín (1858).

El debate público sobre estas memorias se produjo en 1862, cuando el político liberal Santiago Távara publicó sus recuerdos bajo el título de Historia de los Partidos y formula una fuerte crítica a la obra de Mr. Pruvonena y, en consecuencia, a la figura del expresidente Riva Agüero, situación que obligó a sus hijos a publicar una carta en defensa de la memoria de su padre el 30 de julio de 1862.La última obra de este subgénero memorialista también puede considerarse como la primera aproximación a una obra de historia republicana, nos referimos a las memorias del Dean Juan Gualberto Valdivia titulada Historia de las revoluciones de Arequipa (1866).

*Esta es la sétima entrega de ocho del autor sobre el género biográfico.


[i] Núñez, Estuardo. Viajes y viajeros extranjeros por el Perú. Lima, 2013.