Hace algunas semanas Marisol Perez Tello, excongresista y exministra PPKausa, junto con la congresista exmorada y exministra del Lagarto, Flor Pablo, lanzaron un nuevo partido o movimiento político, denominado “Lo Justo”.
Pancartas en fondo amarillo, y adherentes de amarillo como Alberto de Belaunde -quien no sabemos si sigue buscando sus desaparecidos en las marchas “vizcarristas”-; pretenden crear un partido con “tendencia” de centro (o mejor dicho sin tendencia), utilizando los colores del liberalismo, para desde allí presentarse nuevamente como los abanderados de la moral y la corrección política que salvará al Perú.
Ironías aparte, creo que antes de arroparse del color de los ideales del espectro político que puso como ganador a Milei en Argentina, y/o que fue emblema del pragmatismo en gestiones municipales de Lima; los amigos morados deberían empezar por sincerar el camino que pretenden recorrer y los ideales a plantear, para luego adoptar el color que más se adecúe con su propuesta, de otra manera, sólo se observa interés evidente de subirse a al coche que claramente no les pertenece.
¿Se creen liberales? ¿Acaso alguien recuerda a Flor Pablo luchando contra la elección de los planes comunistas de Perú Libre y el farsante con sombrero? Con las justas votó por la vacancia sólo porque se hicieron más que evidentes sus intenciones autócratas tras el amago de golpe de estado. De forma similar se puede pensar sobre los planteamientos de su primer aliado, Alberto de Belaunde, otro silente frente a las medidas populistas de Vizcarra o Sagasti; y de quien no se conoce otra propuesta liberal que matrimonio igualitario, esa misma que no es precisamente un interés prioritario para los liberales-libertarios.
Así pues, antes que un partido con ideales y consignas reales de liberalismo, tenemos un partido más orientado a ser de caviares de derecha; en el que antes de plantear una reducción del Estado a su mínima expresión probablemente sólo piensen en mantener el “estatus quo” conocido aquí como “piloto automático”. Ese mismo que ya resulta insuficiente para que el Perú se enrumbe nuevamente por las sendas del crecimiento económico social, aunque muchos se nieguen a aceptarlo mientras permanezcan en su zona de confort.
Si alguno piensa que los nuevos “amarillos” del Perú tendrán la capacidad de salir a defender verdaderamente los valores e ideales de la libertad, como viene haciéndolo Adorni todo los días, frente a los caviares de la prensa argentina -Y vaya que es un crack en la materia-, lamento decepcionarlos, pues para ello se necesitan convicciones reales sobre los ideales de la libertad. Así que, si no los vimos reclamar claramente contra los encierros irracionales del Lagarto, del 05 de abril 2022 de Castillo, o protestar contra frases alocadas como “No queremos que los ricos se vacunen”, nunca lucharán por el verdadero liberalismo en el Perú.
A fines de los años setenta, el político norteamericano David Nolan desarrolló un diagrama o gráfico cartesiano que básicamente permite definir las posiciones políticas de las personas en base a sus preferencias e ideales de libertad personal y libertad económica. Dicho gráfico tiene perfectamente definido al centro (en medio del gráfico), progresismo, totalitarismo, conservadurismo y liberalismo, siendo esta la esquina donde se encuentran los verdaderos abanderados en amarillo.
Si los ex morados se autodefinen como un movimiento/partido de centro, ¿Por qué los amigos de “Lo Justo” no hacen honor a su nombre y se quedan morados? Si sus consignas corresponden a la “corrección y justicia”, empiecen por ser auténticos y originales, ¡Dejen de robar una identidad que en definitiva no les corresponde! ¡El morado les quedaba perfecto! No eran ni rojos ni conservadores, pero tampoco liberales, así que no se arropen con lo que no les corresponde, asuman de una vez, ¡Aunque el morado se vista de amarillo, morado se queda!