¿Poderes trasnacionales? ¿Agendas universales? Son preguntas pecuarias que muchos de nosotros solemos hacernos cuando hablamos de la Agenda 2030. Una serie de propósitos globales suponen mejoras al mundo, pero que esconden diversas trampas discursivas y sesgos ideológicos. Ante dicha problemática, desde El Reporte, nos comunicamos con Giuliana Caccia, coautora con Carlos Beltrano del libro “¿Desarrollo sostenible o rendición de soberanía?” para poder comprender a profundidad los alcances y métodos de esta nueva agenda global.
¿En qué contexto surge la idea de hacer un libro sobre la Agenda 2030?
En el contexto de la implementación del llamado “enfoque” de género en el currículo escolar y de la educación sexual integral en el Perú. Tratar de encontrar y categorizar los mecanismos por los cuales estas políticas se implementan en el país nos llevó a encontrarnos con las ONG que promueven esta agenda y cómo reciben dinero a través de la cooperación internacional.
¿En el proceso de investigación con que se toparon que les produjo mayor preocupación y sorpresa?
Podría señalar dos principales. La primera es que el dinero que mueve la cooperación internacional en el Perú a través de ONG es de un promedio de 340 millones de dólares al año y que casi el 20% va dirigido a la promoción exclusiva del género, el aborto y la educación sexual integral. En segundo lugar, que a través de la cooperación internacional se permita que ingrese dinero al país para promover delitos penados en nuestras leyes.
¿Cómo definiría a la Agenda 2030 y bajo qué ideología está suscrita?
La Agenda 2030 es un marco mental creado para pensar de una determinada manera y que busca imponerse en el mundo. En una agenda es tan importante lo que incluye como lo que se queda fuera de ese marco. En esta agenda se presentan 17 ODS muy deseables por todos, pero se esconden contenidos discutibles dentro de las 169 metas. Y esto constituye un contrabando ideológico.
Conferencia y presentación del libro “¿Desarrollo sostenible o rendición de soberanía?”.
Se menciona en el libro, que la agenda 2030 es indivisible e integral, y justamente es así por su calidad de agenda, ¿En qué se diferencia una agenda de propósitos o metas? ¿Cómo se introduce el carácter ideológico ahí?
Ese punto que mencionas es muy importante porque muchas personas inocentemente piensan que pueden adherir su proyecto o empresa solo a algunos objetivos de desarrollo sostenible y a otros no. Pero esa postura es errada. La misma resolución de la ONU que da vida a la Agenda 2030 dice que “o todo o nada”. Como hemos explicado, el contrabando ideológico es transversal a toda la agenda. Esto se da porque su enfoque antropológico es ideológico. La ONU no ha sido quién ha descubierto los problemas del mundo, ni mucho menos sus soluciones.
¿Qué tan metida está la ideología genero?
La ideología de género es la columna vertebral de la Agenda 2030. Pero esto no lo decimos nosotros. Está en varios documentos de la ONU. Lo que busca la Agenda 2030 es un cambio cultural sostenido en la antropología de género que, finalmente, es una antropología anticientífica totalmente contraria a la naturaleza humana.
En el libro se menciona la falta de palabras como familia, hombre y madre, ¿a qué apunta esta invisibilización de palabras?
Al cambio cultural que mencionamos más arriba.El lenguaje se ha convertido en la herramienta posmoderna de la "deconstrucción". Como dijo Carlos Beltramo el lenguaje sirve para pensar. La elección de términos no es inocua. Por algo la batalla cultural tiene como uno de los territorios fundamentales de lucha el lenguaje.
Respecto al ecologismo. ¿Cuáles son las acciones que pretenden realizar?
La aproximación de la Agenda 2030 al ecologismo es apocalíptica. Esta responde a una visión antinatalista. Si siguen naciendo más niños, moriremos todos. La Agenda 2030 usa este terror que tenemos las personas a morir, para hacer de las suyas. Sí, hay que saber usar los recursos y cuidar el planeta. Pero eso no es lo que propone la ONU. Eleva a dogma que la actividad humana es la causa fundamental del cambio climático. Por esto propone políticas restrictivas de las libertades hasta extremos absurdos.
¿Se respeta la soberanía nacional?
No. Lo que busca la ONU con su agenda es una gobernanza mundial en donde los que mandan sean precisamente los funcionarios de la ONU. Es paradójico, porque en el Perú nos estamos dividiendo por los Rolex de Dina o los caviares; pero al final, Pedro Castillo ya vendió en el 2022 todos nuestros planes estratégicos a la Agenda 2030 a partir de la firma del Marco de Cooperación con la ONU. Ya no importa qué plan de gobierno tenga el presidente electo. Según este documento, ahora nuestro plan país es la Agenda 2030.
¿Cómo sucedió la reconfiguración de los 5 ejes de la visión del Perú 2050 adaptados a los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU?
El 29 de abril de 2019, el Foro del Acuerdo Nacional aprobó por consenso el documento la Visión del Perú al 2050, documento que debería servir como base para hacer planes que nos permitan alcanzar como nación algunos objetivos para el bienestar de los peruanos en el año 2050. Si se lee detenidamente, se podrá observar que el enfoque conceptual que dio origen a esta Visión es radicalmente distinto del propio de la Agenda 2030. Sin embargo, la Visión del Perú al 2050 duró muy poco como sustento de los planes estratégicos nacionales, pues el 7 de septiembre del 2021, durante el gobierno de Castillo, se firmó con la ONU el Marco de Cooperación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible. Perú 2022-2026. Con este acuerdo se reconfiguran los valores contemplados en el primer documento y se adoptan los principios de la Agenda 2030.
¿Cuál es la función de las empresas privadas o Stakeholders en el programa de la ONU?
En la Agenda 2030 no participan solo los países. También lo hacen stakeholders con muchísimo dinero que tienen la capacidad de imponer sus preferencias sobre las naciones soberanas. Es más, la agenda de la ONU no se podría imponer sin, como ellos mismos los llaman, “socios estratégicos”. Por poner un ejemplo, si una empresa se adhiere a los ODS puede recibir bonos o préstamos especiales. Ante esto, un empresario impone esta agenda a todos sus empleados y listo. Ya hay un espacio ganado. Este modelo reprodúcelo por miles –incluyendo ONG, colegios, universidades, entre otros—y ya vas ganando la guerra sin mover un dedo más. Lo preocupante es que hay muchos empresarios que solo ven cómo hacer su empresa más rentable sin considerar el daño que pueden estar haciendo a la sociedad. Desde mi punto de vista, esto tarde o temprano les pasará la factura. De hecho, ya se las está pasando. Por ejemplo, ya hay muchos países en donde no pueden constituir una empresa privada sin paridad de género.
En el Perú, donde es que podemos encontrar a estos ideólogos o burócratas de la agenda 2030, ¿existen instituciones tomadas?
No sé si hay “ideólogos”. Creo que hay una suma de varios actores con distintos papeles que confluyen positivamente a sacar adelante la Agenda 2030. Tal vez los más evidentes son las ONG. También, los ministerios de la Mujer y de Cultura, por ejemplo, en el ámbito público. La academia es otro actor que es fundamental para implementar esta agenda. Tenemos centros de estudios en nuestro país que son fábricas de profesionales con el cerebro formateado a favor de estas ideologías
El Perú como pilar de la batalla cultural.
¿El Perú es un buen ejemplo de país que se ha defendido de estas intromisiones foráneas? ¿La batalla cultural es suficiente?
El Perú es reconocido internacionalmente por ser un bastión en la defensa de los valores morales que nos definen culturalmente. Pero para lograrlo no ha bastado sólo percatarnos de que hay una batalla y quedarnos hablando de ella, sino que ha habido personas claves que se han atrevido a darla sin miedo. Las nuevas generaciones van abriendo los ojos. Estos han decidido vivir en un mundo libre, aceptando al otro a pesar de las diferencias, por más locas que les parezcan. No hay que tenerle miedo a los insultos, infamias y difamaciones. Eso es lo que el otro usa para sacarte del juego. Hay que tratar de vivir, a pesar de lo difícil que es, de manera recta y coherente. No hay que tener miedo. Hasta ahora siempre el bien ha prevalecido.