OpiniónJueves, 25 de abril de 2024
Comiendo el pan para mayo, por Eduardo Vega Marisca

Hace unos días salió nuevamente una ley que permitirá sacar una parte los fondos de privados de pensiones de quienes hayan depositado una parte de su sueldo en las AFP. Como es obvio tras los requerimientos de la liberación de los fondos, siempre está la famosa muletilla de que las AFP no sirven para nada, seguida de los exabruptos populistas para autodeterminación del uso del dinero.

Obviamente, detrás de este argumento, sólo hay políticos interesados que se aprovechan del cortoplacismo en el que vive nuestra sociedad, y siempre quieren pescar a río revuelto. Sin embargo, creo que dicho sistema amerita ser defendido frente a las propuestas populistas de izquierda, con las que reiteradamente se plantea no sólo tirar abajo al sistema, sino también echar mano del dinero de los pensionistas.

Es cierto que abrir la posibilidad de que se puedan liberar hasta 4UIT (S/20,600.00) a cualquiera le viene bien, sobre todo si se lleva buen tiempo desempleado y las necesidades económicas están a menos de un paso, pero a mi modo de ver, esta situación no justifica que realizar mala propaganda al sistema en sí mismo, finalmente en este momento es gracias a ese sistema tenemos una gran cantidad de personas que podrán utilizar mañana parte del dinero “ahorrado” para su pensión. Si hubieran depositado los fondos en la ONP, no tendrían la misma posibilidad.

Claro está que gracias al periodo de hiperinflación vivido hace 40 años, pensar en ahorrar a largo plazo en moneda nacional era prácticamente un imposible, y quizá por esto, como bien me hacía reflexionar hace unos meses un amigo, los peruanos no somos una población concientizada respecto de la pertinencia e importancia del ahorro y, por el contrario, somos presa fácil de la ansiedad para el “aprovechamiento inmediato” del dinero, más aún si a ello sumamos los antecedentes y referencias de indebida utilización de fondos pensionarios ocurrida en Argentina o aquí en el Perú.

Por ello, con una población que ha sido maleducada en el ahorro y esperanzada en futuros actos populistas como Pensión 65, -que no hace sino generar una falsa expectativa de una obligación de manutención para jubilados sin aporte, aun cuando no sea con la dignidad correspondiente- ; es más que probable que esas 4UIT sirvan para comprar televisores o pagar los gastos en las recientes ofertas de los “cyber days” estratégicamente propuestos para aprovecharse de las esperanzas de las expectativas de la gente.

Se sabe que el Estado es un mal gestor, y peor inversionista, pues quien no tiene ni puede tener ánimo de lucro, difícilmente podrá reorientar su interés para lograr utilidad. Peor aún cuando sus entidades de dirección tienen tendencia a la propaganda política o pueden ser canalizados para estos fines, pero dudo aún más que la gran mayoría de peruanos que retiren esos dineros sean mejores gestores. Sin embargo, al ser efectivos titulares del dinero en cuestión, al malgastarlo directamente no tendrán a quien culpar por el detrimento de sus pensiones, aun cuando ello puede comprometer seriamente su futuro a largo plazo.

Las AFP, no solo son guardianes-depositarios de los fondos de jubilación de los futuros pensionistas, son también importantes partícipes del mercado financiero y bursátil, y se dedican a realizar inversiones para obtener ganancias en favor de sus aportantes. En este escenario, a la par que las AFP llevan a cabo el financiamiento de proyectos y/o trabajan con el mercado de valores para obtener la rentabilidad correspondiente, también son susceptibles de generar pérdidas cuando el negocio no sale bien, y en ese momento los aportantes somos los primeros perjudicados.

Ciertamente resulta siendo injusto que cuando “el negocio no sale bien” los que pierden sólo sean los futuros pensionistas, pues al no compartir el riesgo con las AFP -estas mensualmente cobran su comisión de manera puntual-, son éstas las que básicamente tienen asegurada su utilidad sin riesgo alguno. Así, el comportamiento de las AFP podría ser comparable al de un agente o corredor de bolsa. Dicho esto, considerando que el mercado bursátil no es para todos debido a sus riesgos y complejidades, es obvio que siempre resultará insuficiente cualquier justificación emitida por las AFP para cuando el negocio de las inversiones sale mal, mientras ellos no dejan de cobrar su comisión.

Hoy en día, el congresista José Luna Gálvez se muestra como un Paladín, defensor de los derechos de los ciudadanos que aportan en fondos privados de pensiones; prácticamente el cuco frente a las AFP. Sin embargo, me temo que lejos de ser un enemigo de las AFP, quizá sea en realidad un enemigo directo de los futuros pensionistas, si es que acaso en el futuro quedan personas que puedan tener la condición de pensionistas.

De no existir las AFP y los correspondientes fondos individuales de jubilación a los cuales se puede recurrir para financiar los gastos de hoy, todas las personas que hoy pueden retirar una parte o quizá todo el monto restante de su futura pensión no tendrían ni la más mínima esperanza de contar con dicho dinero.

Hay un viejo y conocido refrán que dice : “Hay que guardar pan para mayo”, en perfecta alusión a la necesidad de ser cautos con el consumo de alimentos antes del final del invierno (Hemisferio Norte) para así tener algo de comer al inicio de la primavera. Hoy, de alguna manera, nuestros políticos plantean reformas para hacer todo lo contrario, promoviendo por adelantado el consumo de los ahorros que deberían servir para que la correspondiente pensión tenga algún grado de dignidad, sin embargo, con cada retiro (van 7) ello parece un posible de alcanzar.

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