OpiniónJueves, 25 de abril de 2024
El genocidio desapercibido, por María Ximena Rondón
María Ximena Rondón
Periodista de El Reporte

Cuando pica el bicho de la curiosidad, uno comienza a buscar alguna efeméride interesante que coincida con el día de su cumpleaños. Al rebuscar en los baúles digital del conocimiento sobre el 24 de abril, encontré a un mártir, San Fidel, y la conmemoración del “Genocidio Armenio”, que este 2024 cumple su 109° aniversario.

Si no me falla mi memoria treintañera, el estudio de este suceso no se incluyó en la currícula escolar y universitaria. Si no lo hubiera buscado, habría vivido ignorante respecto a él.

Como yo, quizás hay muchas personas que desconocen la historia del “Genocidio Armenio” y si significado para la libertad religiosa y la persecución. Cuando uno piensa en persecuciones religiosas durante la primera mitad del siglo XX, inmediatamente se presenta la represion nazi hacia los judíos. Todos conocemos esa historia y las industrias culturales suelen hacérnosla recordar cada cierto tiempo con nuevas producciones.

Sin embargo, esas industrias culturales no han tratado mucho sobre el genocidio mencionado. Existe una película titulada “La Promesa” (2016), protagonizada por Christian Bale y Poe Dameron/Duque Leto Atreides/Oscar Isaac; que narra muy bien estos sucesos.

Entonces, qué es el ¿“Genocidio Armenio”?

Imaginen que son de ascendencia armenia, mayoritariamente cristianos, y que viven en el Imperio Otomano. Tienen negocios y una vida próspera hasta que en el año 1915 la situación cambiará y lo perderán todo.

Los detonantes fueron la influencia del partido radical nacionalista llamado “Jóvenes Turcos”, la guerra ruso-turca de 1887-1888 que tuvo como consecuencia la independencia de países como Rumanía, Serbia y Montenegro, el apoyo de los armenios al ejército ruso y evitar que los armenios formaran su propia nación y se convirtieran en una “amenaza”. Incluso desde 1914 empezó una campaña para desprestigiar al pueblo armenio y “fuerzas irregulares” comenzaron a perpetrar asesinatos masivos en las aldeas armenias ubicadas cerca de la frontera con Rusia.

El 24 de abril de 1915, las autoridades otomanas detuvieron a 235 miembros de la comunidad armenia, que en su mayoría eran cristianos, intelectuales e incluso miembros del parlamento otomano, en la ciudad de Constantinopla (actualmente Estambul) y los llevaron a Ankara para ejecutarlos. Días después esta cifra ascendió a 600 personas.

El 29 de mayo de ese mismo año, el Comité Central del Comité de Unión y Progreso aprobó la "Ley Temporal de Deportación" (Ley Tehcir), que otorgaba al gobierno otomano la autorización militar para deportar a cualquiera que fuera percibido como una amenaza para la seguridad estatal. ¿Y quienes eran una amenaza? Los armenios.

Amparados en esa ley, se ordenó la expulsión de toda la población armenia del imperio, la cual fue supervisada por los funcionarios civiles y militares otomanos. Así amelos armenios caminaron en medio del desierto, siendo atacados por “fuerzas irregulares” e incluso sufrieron abusos de las propias autoridades otomanas, que profesaban el Islam, que los acompañaban. Los sobrevivientes, llegaron a un campo de concentración ubicado en el área desértica de Siria. Allí, fueron asesinados o murieron por inanición.

Se estima que fallecieron más de 1.5 millones de armenios, casi todos cristianos, entre los años 1915 y 1923.

Esta masacre ha sido reconocida como genocidio por los parlamentos de países como Estados Unidos, en 2019, y negada como tal por naciones como Israel (por complicaciones diplomáticas) y la propia Turquía.

En el año 2015, la Iglesia Apostólica Armenia declaró "mártires" a estas 1.5 millones de víctimas y el día 24 de abril, en el aniversario número 100 de esta tragedia, el Papa Francisco celebró una Misa especial en el Vaticano donde afirmó que este fue el “Primer Genocidio del siglo XX”.

Este 2024, en Armenia se celebró una conmemoración en honor a los mártires y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, extendió sus condolencias al pueblo armenio, a pesar de que este país no ha reconocido la masacre como un genocidio.

Después de que el Papa Francisco afirmara públicamente en el 2015 que se trataba de un genocidio, Erdoğan lo criticó y lo amenazó para que no volviera a repetirlo. Sin embargo, tres años después, el presidente turco viajó al Vaticano, siendo la primera visita de un jefe de estado turco en 59 años; y allí el Pontífice le obsequió un medallón con un ángel, el cual describió como “el ángel de la paz que estrangula el demonio de la guerra”.

Actualmente, Armenia sufre por una guerra contra Azerbaiyán, que se presume tiene el apoyo de Turquía, que también pasa desapercibida para la opinión pública mundial. Desde el año 2023, Nagorno Karabaj, un territorio que era de mayoría armenia se encuentra bajo control azerbaiyano y las tensiones entre ambos países aún no han cesado.

Tengo conocidos y una amiga armenia muy querida que conocí cuando viví en Egipto. Incluso, he asistido a sus ceremonias religiosas y he compartido buenos momentos, donde también pude conocer a profundidad la historia del “Genocidio Armenio”.

Estoy agradecida de haberme enterado de este trágico suceso y cada cumpleaños se convierte en una oportunidad para recordarlo y rezar por ellos. Quizás haya más genocidios escondidos que debemos sacar a la luz.

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