OpiniónViernes, 3 de mayo de 2024
¿Por qué no se debe humanizar terroristas?, por Patricio Krateil
Patricio Krateil
Comunicador

La época del terrorismo en el Perú fue la más sanguinaria de nuestra historia, dejando más muertos que la guerra con Chile y siendo el episodio más visceral de nuestra patria. Mis padres vivieron esos años, por suerte yo no. Ellos padecieron de los toques de queda, amigos fallecidos, apagones nocturnos, coche bombas y el susurro del terror en la puerta de sus hogares.

Sin embargo, personalmente, lo que me parece más preocupante de este capítulo de nuestra historia es que aún no se cierra. Si bien podemos aseverar que ganamos armamentísticamente al terrorismo (MRTA – SL), aún existen en los lugares más recónditos del país cédulas del mismo Sendero Luminoso, armados y con infiltraciones en sindicatos y centros educativos. Tampoco podemos olvidar a su brazo político: MOVADEF.

Ante todo esto, hay ciertas personas que no comprenden la magnitud de los eventos pasados o sencillamente se han visto atolondrados por su catecismo izquierdista que consideran que humanizar terroristas está bien, como es el caso de Carlos León Moya, este infame youtuber, que hace unos días saco un video (a raíz de la polémica que trajo la disputa entre el periodista Pancho de Piérola y el director Joel Calero) argumentando que es necesario humanizar a los terroristas.

El argumento de Moya esbozaba particularmente en que dado que hay un acto deliberado, es decir, escogieron actuar de determinada forma, se debe humanizar, puesto que no hacerlo sería quitarle el contexto en el que se dio su afiliación a esas ideas. Incluso sugiere, sutilmente, que no todos los terroristas deberían tener la misma condena porque no todos tienen el mismo background familiar, edad o educación en el momento que ejercieron su capacidad de agencia.

Error que más tarde trataré, pero antes es bueno comprender que es la humanización.

Esta es una función narrativa, basadas en determinadas variables expresivas, sensoriales o artísticas, cuyo fin es el despojar al personaje de sus valores morales más definitorios para situarlo en su primario ontológico. Dicho de otra manera, es buscar un relato que desligue a determinado actor (real o ficticio) de ciertas virtudes o vicios, bondades o maldades para explicarlo únicamente por lo que es, un ser humano. Es decir, evidenciar el mal como error en el caso del villano y el error como imperfección en el caso del héroe.

Desatanizar al villano y desmitificar al héroe.

El humano, en tanto ser humano, no viene encriptado con maldad ni bondad, no existe el genoma de la moral. Por el contrario, son sus decisiones las que lo someten a poder definirlos o más malos o más buenos. Entonces, presentar al villano como humano es presentar su inmoralidad como un mero error o desacierto.

En los grandes cuentos o películas muchas veces vemos este instrumento narrativo. Por ejemplo, se me viene a la mente Magneto, el enemigo de los X-Men, que es humanizado al mostrar su dolor cuando estuvo junto a su familia en un campo de concentración nazi, o Lotso, el oso malvado de Toy Story, el cual es humanizado cuando vemos cómo fue abandonado por su niña en el pasado. Existen múltiples historias, no solo contemporáneas, donde se da esta función narrativa. Pero habría que señalar que esta humanización viene con la idea de que hay un fundamento atrás que hace posible una conciliación.

La siguiente pregunta sería la misma que se hizo el socialista, Carlos León Moya, ¿Debemos humanizar a los terroristas? Pero a diferencia de Moya que no comprende ni qué es humanizar ni cuál es la esencia del terrorismo, su respuesta solamente busco reducir los crímenes a contextos inocuos.

Por ejemplo, le da igual que esos “actos deliberados” (como menciona) hayan sido sistematizados ideológicamente al punto de actuar completamente en disconformidad con la realidad y por ende, la sensibilidad que ésta ofrece.

El terrorismo no puede ser humanizado. De la misma forma que Hitler, Stalin o Charles Manson nunca lo han sido. Incluso, si nos vamos a la ficción, vemos como por ejemplo en Star Wars Darth Vader logra la humanización al confesar su paternidad y ayudar a su hijo Luke, mientras que Darth Sidious (el emperador) jamás goza de la posibilidad de reconciliación moral, pues no la tiene. Él es esencialmente malo. Estos personajes, como también lo serían Sauron (Señor de los anillos) o Voldemort (Harry Potter), no pueden al igual que Hitler, Stalin o Charles Manson ser humanizados, pues no existe el desacierto, infortuna o reinterpretación de los hechos. Hacen el mal no por error, sino por acierto.

Estos personajes (tanto ficticios como reales) tienen la característica de la sistematización de la maldad. Hay un pensamiento uniforme, preciso y detallado de hacer el mal. Únicamente mediante esa dinámica logran sus fines.

No hay medias tintas, no hay contextos, no hay infortunas o desaciertos. El mal para un terrorista, como poner una bomba en Tarata, no es un error, sino una precisión ideológica. Un acierto y saludo a sus ideas desarraigadas de la realidad y en consecuencia, imposibilitadas de la sensibilidad con el mundo.

Por ello, un terrorista no solo no debe, sino que no puede ser humanizado.

1. Porque al ser la ideología lo que baña sus acciones de sangre, esta es la afirmación de la inconformidad con la realidad. “Más allá del poder todo es ilusión” decía Lenin, pues efectivamente, la realidad no importa, nunca les importó. No hay una pretensión de percibir lo que ocurre para encontrar una solución a lo observado, sino todo lo contrario, existe una idea y en caso de que esta no esté amparada en la realidad “peor para la realidad”.

2. Además, el terrorismo es sistemático en sus acciones malvadas, pero no en sus acciones piadosas o misericordiosas. Es decir, no poner una bomba en Tarata hubiera sido el desacierto para Sendero Luminoso, no al revés. Por ejemplo, recordemos cuando Tony Montana en Scarface, no desea poner una bomba en el coche de un político porque ve que también hay niños. Eso fue un desacierto, a tal punto que luego es asesinado por la misma mafia, devolviéndole al personaje de Al Pacino cierta humanidad, precisamente porque narrativamente salió de la sistematización.

En resumen, el terrorista no puede ser humanizado porque está ideologizado (lo cual le prohíbe ver la realidad y tener una cercanía sensible a esta) y, además, porque sistematiza el mal al punto que lo bueno es el error. Es como si Voldemort le hubiera perdonado la vida a Harry Potter o Freddy Krueger dejara de meterse en las pesadillas de los niños.

En el caso de Joel Calero y su película. Tenemos que comprender que, sí, hay un proceso de humanización del terrorismo al presentarlo como un mero error. Ver el terrorismo como un acto pintoresco, pero no definitorio de la persona, está mal.

Tenemos que tener cuidado con esos relatos de humanización, porque si bien existen personajes históricos que podemos matizarlos, existen otros que nos son imposibles de justificar, como Sendero Luminoso o el MRTA. Y no por capricho personal, sino por la correcta comprensión de lo que realmente fueron.

Ni Dios puede hacer que lo que fue no haya sido.

Si quiere suscribirse a todo nuestro contenido Vía WhatsApp dele click a este link: https://bit.ly/49m0YNU

También puede ingresar a nuestra cuenta de Telegram: https://t.me/elreporteperu