OpiniónDomingo, 12 de mayo de 2024
El don de la maternidad, por Alfredo Gildemeister

Como todos los años, hoy celebramos el día de la madre, pero, irónicamente, nunca se ha atacado y criticado tanto a la maternidad como se viene haciendo sistemáticamente en estos convulsionados tiempos, en toda una diversidad de países, especialmente en los supuestamente “desarrollados”. Nuestro país aún constituye una especie de “isla” a nivel mundial, en donde aún la maternidad es importante. Sin embargo, las parejas de enamorados cada vez menos deciden casarse y aún menos tener hijos. ¿A qué se debe esta especie de “terror” a la maternidad -y por qué también no decirlo, a la paternidad- a la posibilidad de ser padre o madre y tener hijos? ¿Está en crisis la maternidad?

Es lógico que este fenómeno de “fobia” a la maternidad ocurra en una sociedad en donde se nos “vende” como meta suprema de la vida, que uno debe ser feliz sobre todo y sobre todas las cosas; pasarla bien siempre, no complicarse la vida, prima lo divertido, el descarte de todo aquello que se oponga a esa felicidad egoísta, materialista y hedonista con la que se nos bombardea a diario en los medios de comunicación, en la política, en la literatura, el cine, la TV, las redes sociales y hasta en ciertos colegios y universidades. Por tanto, si una pareja ya no te hace feliz, se la descarta o abandona y punto; si tu esposo o esposa ya no te hace feliz, se le deja, inclusive con hijos incluidos y listo, te buscas otro u otra y ya está; si un hijo no te va a hacer feliz, puesto que significa una importante responsabilidad y un límite a tu “felicidad” (viajes, compras, diversión, fiestas, paseos, reuniones, etc.), pues simplemente, no se le busca, o se le aborta y ya está.

De allí que hoy la maternidad y el tener hijos sea visto como una molesta “carga” y un gran “obstáculo” a “mi felicidad”. Mejor es no tenerlos, pasarla pipa, vivir el momento, buscar lo divertido y listo, evitando responsabilidades molestas. Este fenómeno de “antimaternidad” olvida algo que es fundamental: que precisamente en la posibilidad de ser madre y tener hijos, radica la verdadera felicidad de toda mujer y de todo matrimonio. Siempre he sido de la opinión que el don más grande que tiene una mujer, es la posibilidad de ser madre, la posibilidad de engendrar una nueva vida, un ser humano en cuerpo y alma, pues ello no puede ser otra cosa que un don de Dios hacia la mujer, que le permite participar con Él, de la creación de una nueva vida. Por ello es que constituye una aberración el que en diversos países se promueva el aborto en todas sus formas, esto es, el asesinato del ser humano que está por nacer, puesto que, para una sociedad sumergida en un hedonismo y egoísmo extremo, un hijo es un “problema”, una responsabilidad y, por tanto, un obstáculo para tu felicidad. Por tanto, lo mejor es eliminarlo, descartar o en todo caso no tenerlo. Hoy el matrimonio y la familia son atacados por doquier, puesto que atentan contra los “principios” de una sociedad hedonista en donde solo se promueve tu éxito y tu realización personal, profesional, olvidando que sólo con esa “realización” egoísta no vas a ser feliz. Por ello tenemos una gran cantidad de personas que sufren depresión, frustraciones, amarguras, etc. llegándose inclusive al suicidio y a toda edad.

El ser humano nació para trascender, y una forma de trascender es la unión con tu cónyuge basado en el amor -no quedarte solo en la simple sexualidad- para participar en la creación de una vida, esto es, tener hijos. De allí que la maternidad sea un don maravilloso, casi divino, en donde del amor surge una nueva vida. Cuando una mujer aborta a su hijo, está actuando contra natura, esto es, contra su propia naturaleza, y no es feliz, todo lo contrario, tendrá una profunda amargura para toda su vida.

Por tanto, lo que celebramos en el día de la madre es el don de la maternidad de toda mujer. Es la posibilidad de engendrar una nueva vida. No un problema, un obstáculo o una carga, tal como se le quiere ver hoy a la maternidad y a los hijos. Un hijo es una bendición, no un problema. Hoy podemos apreciar en diversos países, las graves crisis que afrontan precisamente por atacar a la maternidad y a los hijos. En la Europa actual misma, se prefiere tener un perro, una mascota, que un hijo. Un europeo promedio solo tiene un hijo o ninguno, mientras que una pareja de islámicos o musulmanes inmigrantes, por ejemplo, tiene siete u ocho hijos. De allí que Europa se encuentre destinada en el corto plazo a ser un continente en donde imperará el islam, por simple mayoría. El año pasado, por primera vez en España, el número de fallecidos fue mayor al número de nacimientos. ¡Que vayan aprendiendo árabe, pues pronto serán minoría frente a la población española islámica!

¡Celebremos hoy el día de la madre! ¡El don de la maternidad! Felicitamos a todas las madres peruanas, humildes, valientes y amorosas, que luchan día a día por sacar a sus hijos adelante, frente a la crítica de una sociedad hedonista y egoísta, que no quiere niños sino todo lo contrario, quiere asesinarlos irónicamente, en el mismo vientre materno ¡Vaya salvajada! ¡Feliz día de la madre para todas las madres peruanas que sacan a sus hijos adelante, contra todo y pese a todo! ¡Ustedes madres peruanas, son la esperanza del Perú!

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