OpiniónMiércoles, 15 de mayo de 2024
Concesiones versus estatismo trasnochado, por Ignacio Urquiaga

A puertas del primer cuarto del siglo XXI, en el Perú todavía existen políticos que se niegan a aceptar la inversión privada en cualquiera de sus formas, aún en las más nobles y productivas como son los mecanismos de concesiones.

Antauro Humala en recientes declaraciones a un canal de cable, señaló que buscaría revertir al Estado las concesiones del espectro radioeléctrico que poseen los canales televisivos de señal abierta en el país, así como los servicios de telecomunicaciones (léase telefonía celular). Las bravatas políticas no solo viven en el cerebro de Humala, sino también en algunos representantes del Congreso que se oponen a cualquier modelo que promueva la inversión privada y permita al Estado hacer alianzas público-privadas que generen libre mercado y el bienestar del país.

Las concesiones en el Perú han sido fundamentales en los últimos 30 años. En distintas áreas los sistemas de administración privada han demostrado eficiencia a nivel de gestión de los bienes públicos. Ya sea en el sector forestal, vial, servicios aeroportuarios o marítimos, las concesiones demostraron funcionar en un país donde la institucionalidad cada día decae más.

El pasado 7 de mayo el congresista Ilich López presentó una interpelación contra la actual ministra de vivienda, en donde cuestiona una inexistente propuesta de concesión de Sedapal, empresa pública que no necesariamente se caracteriza por la eficiencia en su gestión del servicio de agua. La crítica de López apunta a no reformar nada, desconociendo el aporte de las concesiones en distintos sectores en favor de la mejora de los bienes públicos, generando mejores servicios a los ciudadanos.

Un claro ejemplo del éxito de este sistema se puede observar en la concesión que realizó el año 2001 Valentín Paniagua a la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica (ACCA). Se trata de 145.918 hectáreas de bosque en Madre de Dios. La zona se llama “La Concesión Los Amigos” y prácticamente es una selva virgen. Hay más de 4300 especies de flora y fauna en este bosque y de forma permanente se siguen haciendo investigaciones. Para dicho fin la ACCA construyó un observatorio que tiene una capacidad para 60 visitantes, 250 metros cuadrados de laboratorios, una biblioteca científica, 30 kilómetros de trocha y tres torres de 60 metros de altura desde las que se puede observar por encima de los árboles. El desarrollo, conservación y eficiencia de la gestión de este bosque mejoró de forma significativa después de la concesión.

Adicionalmente, un buen ejemplo de las concesiones puede observarse en el sector de la infraestructura vial, en el Perú existen: La Red Vial Nacional, la Red Vial Departamental y la Red Vial Vecinal. En el caso de la Red Vial Nacional se ha utilizado el mecanismo de concesiones de forma frecuente para lograr la pavimentación de la mayor parte de las carreteras y rutas. La conclusión de la aplicación de las concesiones fue positiva: En 1990 sólo alrededor del 40% de rutas estaban asfaltadas, a julio del año 2022 el 84% de vías estaban asfaltadas y con mantenimiento, de acuerdo con datos del Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Sin embargo, en el caso de las Redes viales departamentales y vecinales la historia es diferente. Sólo el 17% y 2% respectivamente de dichos tramos de comunicación vial están asfaltados. En buena medida ello se debe a que la administración de las rutas en dichos casos no pasa por la alianza con el sector privado, sino que son operadas exclusivamente por el Estado en la mayoría de los casos.

Otro beneficio que se ha visto con el modelo de concesiones es que se ha reducido la tasa de accidentes en las rutas concesionadas en comparación con las que no lo son. Según el Instituto Peruano de Economía (IPE) hay un 64% menos de accidentes en las rutas concesionadas que en las que administra únicamente el Estado.

Los políticos de izquierda olvidan intencionalmente las concesiones que el Estado realiza de algunos colegios a la organización católica Compañía de Jesús que dirige la red de colegios Fe y Alegría. Si nos referimos al sector marítimo, la concesión del puerto del Callao a la empresa DP World es fundamental. Y en el sector aéreo concesiones de aeropuertos a empresas como el Consorcio Swissport GBH-Aeropuertos o Lima Airport Partners. Esta última ha invertido de forma reciente 1703 millones de dólares en la remodelación del Aeropuerto Jorge Chávez.

Bien dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Las evidencias con datos y cifras son claras. Una posible concesión de alguna de las Entidades Prestadoras de Servicios de agua potable y alcantarillado en distintas regiones del país, traería beneficios para los ciudadanos. Esperemos que Ilich López y sus aliados ideológicos estén en capacidad de comprender este concepto vital de las concesiones como un aliado importante para la gestión pública en el Perú.

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