OpiniónMiércoles, 22 de mayo de 2024
La fauna fragmentada, Ignacio Urquiaga

La desunión de la derecha llevó a que la elección anterior ganara Pedro Castillo. En aquella ocasión hubo tres partidos que competían entre sí: Avanza País, Renovación Popular y Fuerza Popular. Si uno suma los porcentajes de votos de esos tres partidos, la victoria electoral habría sido de la derecha en primera vuelta. Lamentablemente, no se han aprendido lecciones y de cara a las elecciones del 2026 la fragmentación será mayor no solo en la derecha, sino en todo el espectro político.

Actualmente, hay 28 partidos inscritos en el registro de la ONPE y el JNE. Del lado diestro están: Libertad Popular, Renovación Popular, Avanza País y Fuerza Popular. Es decir, fragmentación que podría generar que un líder radical de izquierda gane incluso con un bajo porcentaje de votos. Lo cierto es que del lado zurdo la situación no es muy diferente, de hecho, ha empeorado considerablemente. Es clave mencionar que la “decepción” del gobierno de Pedro Castillo ha generado que los partidos de este sector se multipliquen. Todos quieren ser el nuevo Lenin. Actualmente están: Juntos por el Perú, A.N.T.A.U.R.O., Perú Libre, Partido de los trabajadores y emprendedores y el Partido Demócrata Verde.

Aquí se pueden observar todos los matices de la izquierda. Los demócratas verdes son inspirados en los partidos “verdes” (valga la redundancia) de distintas organizaciones políticas europeas. Es un partido que según su web tiene como principales objetivos el bienestar animal, la cultura ecológica y el desarrollo ecoamigable. Agendas que en un contexto como el peruano de informalidad al 80%, pobreza creciente, pérdida de la categoría de inversión frente a índices financieros internacionales, son profundamente irrelevantes. Típica izquierda progre que pone sus ideales por encima de la realidad.

Por otra parte, el Partido de los trabajadores y emprendedores es Patria Roja. Sí, querido lector, el antiguo partido de izquierda, tiene una inscripción con el nombre mencionado anteriormente. De acuerdo con Manuel Guerra, secretario general de Patria Roja, por lo menos la mitad del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de los trabajadores y emprendedores está conformado por militantes de la organización que él preside. Asimismo, en todo este contexto expulsaron a Rolando Breña de Patria Roja. Claramente, el contexto del surgimiento de este nuevo partido es el conflicto dentro del histórico partido comunista. Ese tema daría para una columna aparte.

Además, competirán con Juntos por el Perú, una organización que la elección anterior sirvió de plataforma para Verónica Mendoza, una política de izquierda progresista bastante quemada y que no tiene llegada popular. El candidato con más chances de llegar a segunda vuelta en la izquierda es Antauro Humala. Este personaje, que fue entrevistado por Philip Butters hace algunos días, generaría altas simpatías en la población, según distintas encuestas. Ha afirmado reiteradas veces que de ganar no va a juramentar bajo la Constitución actual sino con la de 1979, que va a nacionalizar todos los medios de comunicación y empresas privadas, que estatizaría empresas de sectores estratégicos, entre otras medidas que no tienen sustento alguno ni forma de llevarse a cabo bajo nuestro ordenamiento jurídico actual.

Mientras tanto, en el denominado “centro” político también están fragmentados, aunque pueda sonar gracioso. Sí, los centristas, que en teoría los une ser “técnicos sin ideología”, ahora tienen sus divisiones. La novedad en este sector es la organización llamada Lo Justo. Dentro de este movimiento están personajes como Marisol Pérez Tello, el actor Lucho Cáceres, la actual congresista Flor Pablo Medina, Alberto de Belaúnde, entre otros.

Al parecer en el Partido Morado hubo problemas con los dirigentes, lo que habría llevado a varios militantes a irse del mismo y fundar otro partido. Aparte de estas dos organizaciones está “Perú Primero”, nada menos que del expresidente Martín Vizcarra. Y es que el “lagarto” quiere volver a Palacio de Gobierno. Ciertamente, después de su gestión, hay que tener sangre en la cara para tener semejante pretensión.

Así se van perfilando las nuevas organizaciones políticas de los distintos sectores. Ciertamente, es dañino para la democracia que exista un número tan masivo de partidos. Difícilmente, el elector leerá todos los planes de gobierno y lamentablemente, al final, el líder más populista y carismático prevalecerá.

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